Eslovenia liquida su modelo
La privatizaci¨®n de empresas p¨²blicas heredadas del socialismo cuestiona los cimientos de la exrep¨²blica yugoslava y su transici¨®n econ¨®mica gradual
La historia, a veces, avanza en c¨ªrculos y en una pared del despacho de Ales Klavzar ¡ªel consejero delegado de Helios, una empresa eslovena que produce pinturas¡ª se halla colgado un papel que parece certificarlo.
El papel es una de las primeras acciones de Helios, emitidas el 5 de noviembre de 1924; el nombre del titular de la c¨¦dula es Ludwic Marx, el fundador de la empresa. Suena como un nombre alem¨¢n. Era austriaco. Eslovenia fue durante mucho tiempo parte del imperio austroh¨²ngaro, recuerda Klavzar.
Nueve d¨¦cadas despu¨¦s, tras las colectivizaciones de la ¨¦poca de Tito y el incierto abrazo de la Eslovenia independiente a la econom¨ªa de mercado, Helios acaba de volver a manos austriacas. La compa?¨ªa Ring International adquiri¨®, el pasado octubre, el 73% de las acciones por 106 millones de euros. El vendedor fue Eslovenia. Helios es la primera empresa vendida de un lote de 15 compa?¨ªas que Liubliana quiere privatizar a lo largo de este a?o.
El Parlamento aprob¨® por escaso margen la venta de 15 compa?¨ªas
La trayectoria de Helios muestra, a contraluz, la historia reciente de Eslovenia, exrep¨²blica yugoslava de unos dos millones de habitantes. Y, tambi¨¦n, un fragmento de la historia contempor¨¢nea de Europa, de esa pax germana que impera en el continente y que est¨¢ modificando el esp¨ªritu de muchas sociedades a golpe de ajustes fiscales o, en este caso, de privatizaciones.
Tras la independencia, en 1991, Eslovenia opt¨® por una transici¨®n gradual a la econom¨ªa de mercado, en claro contraste con las terapias de cambio abrupto adoptadas por pa¨ªses como Polonia. Esa pol¨ªtica, adem¨¢s de mantener cierta rigidez en el mercado laboral, retuvo en la ¨®rbita p¨²blica una importante cuota de la econom¨ªa (23 a?os despu¨¦s, a¨²n un sexto del valor a?adido total), incluido este fabricante de pinturas con sede en Domzale, unos 20 kil¨®metros al norte de Liubliana. Todav¨ªa hoy, el Estado controla directamente m¨¢s de 70 empresas, entre ellas los tres principales bancos, que han necesitado fuertes recapitalizaciones.
Tras varios lustros de notable desarrollo econ¨®mico ¡ªen los que Helios prosper¨® y se introdujo en nuevos mercados¡ª la crisis ha golpeado con dureza a Eslovenia, que estuvo a punto de convertirse en el sexto pa¨ªs de la zona euro en pedir un rescate. Las graves dificultades recientes han cuestionado el modelo esloveno, alabado hasta entonces como exitoso y garante de una apreciable cohesi¨®n social. En los primeros compases de la crisis, Helios y los sindicatos pactaron medidas para reducir costes. Pero en el cl¨ªmax del deterioro, el Gobierno dio un golpe de tim¨®n al poner en venta, con la autorizaci¨®n del Parlamento, 15 de las empresas, entre ellas la compa?¨ªa p¨²blica de telefon¨ªa; el segundo mayor banco del pa¨ªs y el aeropuerto de la capital.
La decisi¨®n, aprobada con tan solo 46 votos a favor en un Hemiciclo con 90 esca?os, toca la fibra profunda de la sociedad eslovena. Y por si el debate ideol¨®gico no fuese vibrante de por s¨ª, pocas semanas despu¨¦s de la venta la empresa puso en marcha un proceso de reducci¨®n de personal. Hasta final de febrero, unos 150 trabajadores fueron despedidos, un 10% de la fuerza laboral en las sedes eslovenas. Otros 60 ser¨¢n despedidos en la sucursal rusa.
?El alma en venta?
? Tras la independencia, Eslovenia opt¨® por abrazar con prudencia el capitalismo. El Estado retuvo el control de una parte importante de la econom¨ªa.
? El pa¨ªs ha sufrido en los ¨²ltimos a?os una dur¨ªsima crisis. Estuvo a punto de convertirse en el sexto Gobierno de la zona euro en pedir un rescate. La venta de 15 empresas p¨²blicas es una de las medidas estrella de las reformas econ¨®micas.
Los sindicatos locales clamaron contra la medida, publicando una carta abierta a la primera ministra, Alenka Bratusek, de centroizquierda. ¡°Hemos intentado convencerles durante mucho tiempo de que la privatizaci¨®n es un error. Esta es una empresa que ha dado beneficios durante muchos a?os. Adem¨¢s, el mantenimiento del empleo garantiza cohesi¨®n social y cotizaciones. Pero, incluso m¨¢s all¨¢ del dinero que se recaude con las ventas, yo creo que el asunto es que deben cumplir con lo que pide Bruselas¡±, comenta Tomaz Kumer, jefe del comit¨¦ sindical de Helios.
Los despidos derivados de la privatizaci¨®n inflamaron la pol¨¦mica. La empresa explica que eran inevitables, fuera quien fuera el due?o. ¡°A lo largo de la crisis, nuestros mercados de la antigua Yugoslavia sufrieron, pero estas dificultades fueron compensadas por buenas ventas en Ucrania y Rusia, nuestro principal mercado. Pero el a?o pasado, tambi¨¦n a causa de las tensiones pol¨ªticas, esos dos mercados han empeorado. As¨ª que nos vimos obligados a reducir costes. Empezamos con otras medidas, incluidas reducciones en los salarios de los ejecutivos, pero al final no tuvimos m¨¢s remedio que reducir tambi¨¦n el personal¡±, explica Klavzar.
Matej Runjka, miembro del comit¨¦ directivo del SOD, entidad estatal que gestiona activos p¨²blicos, est¨¢ convencido de que Eslovenia necesita avanzar en la senda privatizadora. Comparte la tesis de algunos economistas seg¨²n la que el gradualismo ¡ªtal y como se conoce la pol¨ªtica de transici¨®n suave del socialismo al capitalismo¡ª es el ¡°pecado original¡±. ¡°S¨ª, lo es. Quiz¨¢ durante los primeros a?os tuvo sentido. Pero, al menos despu¨¦s de la entrada en la zona euro, deber¨ªamos haber cambiado el paso¡±, dice.
Uros Cufer, ministro de Finanzas, tiene una visi¨®n algo diferente. ¡°El gradualismo no era una oposici¨®n frontal a las privatizaciones, sino un rechazo a la terapia de choque. As¨ª que no creo que el problema fuera el gradualismo per se. Pero s¨ª estoy de acuerdo en que la excesiva presencia del Estado en la econom¨ªa y el alto nivel de participaciones cruzadas entre empresas son problemas¡±, contaba, en su despacho, a mediados de abril.
Los nuevos due?os despidieron al 10% de la plantilla de pinturas Helios
M¨¢s all¨¢ de las 15 empresas ya puestas en venta, su Gobierno estaba preparando, a petici¨®n del Parlamento, una clasificaci¨®n de todas las dem¨¢s entre estrat¨¦gicas y no estrat¨¦gicas. Estas ¨²ltimas podr¨ªan ser vendidas tambi¨¦n. Pero un cambio de liderazgo interno en el partido de la primera ministra ha puesto en cuesti¨®n el futuro del Ejecutivo. La propia Bratusek prev¨¦ elecciones anticipadas el pr¨®ximo junio y quiz¨¢ podr¨ªa reabrirse el debate ideol¨®gico vinculado a las privatizaciones.
Eslovenia se cay¨® por la pendiente de una crisis bancaria aparentemente parecida a la irlandesa y la espa?ola. Pero, en el caso esloveno, el problema no es el sector inmobiliario, sino los grandes cr¨¦ditos concedidos descabelladamente a empresas, a menudo para financiar adquisiciones que no ten¨ªan sustento en un m¨²sculo econ¨®mico real. Muchos observadores culpan de ello a un sistema que permiti¨® a la pol¨ªtica interferir en la econom¨ªa y en las finanzas a trav¨¦s de participaciones p¨²blicas; y que, a la vez, obstaculiz¨® la entrada de competidores externos.
Una historia de largo sometimiento a poderes lejanos (Viena, Belgrado) ha incentivado el deseo de retener el control de ciertos activos. Las privatizaciones rompen con esa l¨ªnea.
¡°Es verdad que los pol¨ªticos han interferido y causado problemas. Pero la soluci¨®n no es privatizar. La soluci¨®n es cambiar a los pol¨ªticos. Ahora tenemos los mismos pol¨ªticos, y estamos perdiendo las joyas p¨²blicas¡±, dice Kumer, el sindicalista.
Algunos s¨ªntomas alentadores respaldan, sin embargo, la gesti¨®n del Ejecutivo. Eslovenia ha vuelto a colocar deuda en los mercados a tipos razonables. Las previsiones de crecimiento mejoran. ¡°Estamos saliendo del t¨²nel¡±, cree el ministro Cufer. Quiz¨¢ esta muda de piel mejore la econom¨ªa eslovena. Est¨¢ por ver. Lo indudable es que la crisis est¨¢ cambiando el alma de muchas sociedades europeas.
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