¡°Los soldados no dejaron escapar a nadie. Los mataron a todos¡±
Amnist¨ªa Internacional documenta los cr¨ªmenes contra civiles cometidos en Sud¨¢n del Sur El Gobierno de Juba anuncia que dejar¨¢ de atacar a los rebeldes durante un mes
Makuar tiene 88 a?os, seg¨²n el relato recogido por Amnist¨ªa Internacional (AI). Vive en Bentiu, principal ciudad del Estado de Unity, en el noroeste de Sud¨¢n del Sur. El pasado 10 de enero, casi un mes despu¨¦s de que la violencia se apoderase de gran parte del pa¨ªs y ante la arremetida de soldados del Gobierno junto a su vivienda, ¨¦l eligi¨® quedarse en casa. "Me negu¨¦ a irme porque soy viejo. No pod¨ªa correr", ha relatado Makuar a un equipo de la organizaci¨®n presente en el terreno. "Pens¨¦ que si el Gobierno ven¨ªa estar¨ªa bien, pero estaban matando a gente", cuenta el octogenario en uno de los apartados del informe Nadie a salvo: civiles atacados en Sud¨¢n del Sur (en ingl¨¦s). "Los soldados no dejaron escapar a nadie. Los mataron a todos", prosigue Makuar, de la etnia nuer, a la que pertenecen muchos de los alzados contra el presidente Salva Kiir.
Ni siquiera Amnist¨ªa se atreve a cerrar una cifra de civiles muertos tras recoger los testimonios de muchos de los huidos -m¨¢s de un mill¨®n de desplazados por el conflicto-? en las ciudades de Juba, la capital del pa¨ªs, Malakal, Bentiu y Bor. Lo que s¨ª se puede constatar es que la violencia no cesa. El Gobierno de Kiir anunci¨® este mi¨¦rcoles que suspende los ataques a los rebeldes durante un mes. Pero si sus tropas son agredidas responder¨¢n.
Est¨¢ previsto que Kiir, de la etnia mayoritaria dinka, como gran parte de su gabinete y fuerzas armadas, se vea esta semana cara a cara con su oponente y l¨ªder de los alzados, el exvicepresidente Riek Machar. Eso si prospera el di¨¢logo entre partes en Addis Abeba, capital de Etiop¨ªa. El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, manifest¨® la pasada semana desde Juba que el actual presidente se ha comprometido a poner en marcha un Ejecutivo de transici¨®n.
"Escuchamos disparos cerca y corrimos a casa de un vecino", narra en otro apartado del informe Chuol, de 40 a?os y vecino del barrio de Mia Saba, en Juba. "Es un soldado dinka y buen amigo", prosigue este sursudan¨¦s, que no dud¨® en esconder a su mujer y cinco hijos. "Vimos dos furgonetas llenas de soldados y escuchamos disparos junto a la casa... Cuando se marcharon encontramos a siete familiares asesinados", relata Chuol. Algunos de ellos hab¨ªan recibido disparos en la parte posterior del cuello. La mayor¨ªa fueron alcanzados en la cabeza y la parte superior del cuerpo, seg¨²n este testimonio.
Pero la violencia m¨¢s atroz no se ha limitado a un par de episodios en Sud¨¢n del Sur. Seg¨²n las informaciones recogidas por AI, muchas v¨ªctimas a manos de las fuerzas gubernamentales han aparecido mutiladas. En el reporte se describe el estado en el que se encontr¨® el cad¨¢ver de un farmace¨²tico nuer de Yida reci¨¦n llegado a Bentiu. Apareci¨® con la garganta cortada, los ojos arrancados de cuajo y sus pies amputados.
Los investigadores de la organizaci¨®n pro derechos humanos viajaron tambi¨¦n hasta la ciudad de? Malakal, en el Estado de Upper Nile, en el noreste del pa¨ªs. Entre el 13 y 14 de enero, 10 d¨ªas antes de que se firmara un alto el fuego a la postre fallido, milicianos opositores la emprendieron con cuatro trabajadores de la etnia shilluk. Peter sobrevivi¨®: "Estaban armados, con ropas de civil y pa?uelos rojos. Despu¨¦s de decirles que ¨¦ramos shilluk dispararon a matar". Peter fue alcanzado en el cuello y dado por muerto. Uno de sus compa?eros, Opedi Yor, muri¨® en el sitio. Este testigo no sabe qu¨¦ fue de los otros dos porque se desmay¨®, aunque cree que tambi¨¦n murieron.
Tambi¨¦n en Malakal, el informe de Amnist¨ªa documenta c¨®mo fuerzas rebeldes se han cebado con los pacientes del hospital. "Dos rebeldes en uniforme llegaron a la habitaci¨®n [del hospital]", inicia el relato Nyachan. "Primero pidieron dinero y luego dispararon a mi hijo en la cabeza. Era el ¨²nico var¨®n de la sala". La organizaci¨®n denuncia de igual modo en el informe que la violencia sexual perpetrada por las dos partes contra mujeres y ni?as -muchas viven ya sin la compa?¨ªa de varones debido al conflicto- est¨¢ extendida en un Estado en el que la ley se ha borrado del mapa.
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