¡°Los europeos no existen¡±
El l¨ªder radical holand¨¦s encabeza los sondeos para las elecciones al Parlamento Europeo
Geert Wilders, el l¨ªder radical holand¨¦s, nunca ha tenido "menos poder, pero tambi¨¦n m¨¢s influencia pol¨ªtica que ahora". La frase es suya e ilustra la actitud con la que afronta la campa?a para las elecciones al Parlamento Europeo. Subido a un autob¨²s, y con los sondeos locales poni¨¦ndole en cabeza (tiene 4 esca?os en Estrasburgo y podr¨ªa sacar hasta 6), piensa recorrer su pa¨ªs en busca del voto m¨¢s euroesc¨¦ptico posible. El de los ciudadanos que no se sientan europeos, sino holandeses. Que sean patriotas de los buenos, es decir, los que defienden la identidad nacional, la libertad, y la democracia, pero sobre todo, el comercio. Una actividad para la que, seg¨²n dice, sobra el euro y la UE. En conjunto, un discurso provocativo compartido, al menos a grandes rasgos, por el Frente Nacional (Francia), la Liga Norte (Italia), Vlaams Belang (B¨¦lgica), FP? (Austria) y el Partido Nacional Eslovaco.
El pol¨ªtico colaborar¨¢ con los dem¨¢s grupos de extrema derecha, pero sin formar un partido
En la galer¨ªa de partidos afines que enumera, falta el brit¨¢nico UKIP, de Nigel Farage. Wilders predice un acercamiento para despu¨¦s de los comicios (entre el 22 y el 25 de mayo) porque "Farage tiene ahora otros frentes que atender, adem¨¢s de su propia opini¨®n p¨²blica", ha se?alado en La Haya, durante un almuerzo con la prensa internacional. En realidad, lo que le gusta es el modelo suizo, para poder firmar acuerdos comerciales, e imponer cuotas de inmigrantes sin que Bruselas le llame la atenci¨®n. Suiza es, por otra parte, el ideal de pa¨ªs alrededor del cual puede negociar con sus cinco colegas europeos el modelo de Europa que propone. "Diferimos en los grados de pertenencia a la UE. Unos quieren el euro y nada de Bruselas. Otros lo contrario. Yo deseo abandonar ambos, pero nos une el rechazo a una Europa integrada que impide tomar decisiones propias a sus miembros", ha dicho, sin probar bocado. Solo ha bebido agua, y poca.
Su frugalidad no ha desdibujado su conocido gusto por las grandes promesas y ha hecho votos por "devolver el poder a las capitales europeas", con dos frases demoledoras: "No hay europeos. Menos del 40% de los ciudadanos de la UE se siente as¨ª", ha asegurado. Para que nadie pensara que su compromiso es belicoso, ha a?adido enseguida que tiene muy claros sus l¨ªmites y el perfil de las agrupaciones con las que quiere deshacer el nudo de los 28 socios comunitarios "No me acercar¨ªa nunca al griego Amanecer Dorado. Tampoco a partidos racistas, militaristas o antisemitas", un ideario que no ha visto en la francesa Marine Le Pen, jefe del Frente Nacional, ni en el resto de sus colegas antieuropeos. Con ellos espera "colaborar, pero sin fusionarnos, ya lo saben". Presentado as¨ª, parece que habla de no formar un partido conjunto, aunque piensen sentarse juntos en Estrasburgo.
Soy un pol¨ªtico holand¨¦s que habla en nombre de miles de ciudadanos insatisfechos con Bruselas. Si sacamos el buen resultado que auguran las encuestas, las elecciones al Parlamento Europeo ser¨¢n un terremoto que modificar¨¢ el rumbo de las pol¨ªticas nacionales
Wilders ha perdido en las ¨²ltimas semanas ocho diputados y concejales por culpa del m¨¢s duro de sus discursos contra la inmigraci¨®n. Lo pronunci¨® tras las pasadas elecciones municipales y el pasaje donde dec¨ªa que quer¨ªa "menos, menos y menos marroqu¨ªes" en su tierra, le ha costado muy caro. Desde esa aparente debilidad, sin embargo, sigue clamando contra "los rumanos, b¨²lgaros y polacos, que vengan sin permiso de trabajo en regla". Tambi¨¦n rechaza a los "marroqu¨ªes, o canadienses, me da lo mismo, que cometan delitos violentos". "Si poseen doble nacionalidad, tienen que ser repatriados". Al final, claro est¨¢, repudia la penetraci¨®n del Islam, "una ideolog¨ªa violenta y totalitaria contraria a nuestros valores". Para la evidencia de que la mayor¨ªa de los musulmanes es practicante y moderado, recuerda que solo ha se?alado a los delincuentes holandeses de origen marroqu¨ª. "Aqu¨ª, m¨¢s del 60% de los menores de 23 a?os de esta comunidad ha tenido problemas policiales", puntualiza.
Enemigo de las etiquetas pol¨ªticas, Wilders no quiere ser de derecha o izquierda, una divisi¨®n que le parece trasnochada. "Soy un pol¨ªtico holand¨¦s que habla en nombre de miles de ciudadanos insatisfechos con Bruselas. Si sacamos el buen resultado que auguran las encuestas, las elecciones al Parlamento Europeo ser¨¢n un terremoto que modificar¨¢ el rumbo de las pol¨ªticas nacionales", ha dicho, a modo de despedida.
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