Muere una dinast¨ªa, nace un l¨ªder

La victoria de Narendra Modi supone un cambio radical en la trayectoria pol¨ªtica india, dominada hist¨®ricamente por la dinast¨ªa Gandhi que fundara Nehru. En la actualidad, ¨¦l v¨¢stago de la misma, Rahul Gandhi, ha sido el reflejo personal de la crisis de ese dominio. Frente a ¨¦l ha emergido la figura carism¨¢tica de Narendra Modi, del partido nacionalista BJP, avalado por la brillante gesti¨®n del Estado de Gujarat, con la ¨²nica sombra de las revueltas antimusulmanas de 2002, cuyas v¨ªctimas siguen ah¨ª sin ser reconocidas.

La victoria de Modi, m¨¢s all¨¢ de ser un nuevo estadio en los ciclos de alternancia de los grandes partidos, responde a los cambios estructurales que se han producido en la sociedad india en la ¨²ltima d¨¦cada al amparo de unas elevadas tasas de crecimiento econ¨®mico. El m¨¢s relevante de ellos es el aumento de la clase media y su creciente influencia al difundir y fortalecer los valores de la sociedad de consumo capitalista, que en India resultan naturalmente propios seg¨²n los principios hind¨²es de artha y kama, riqueza y b¨²squeda del placer, como con frecuencia muestra el prodigioso cine de Bollywood. Es este modelo el que parece haber surgido como aglutinador del mosaico de intereses indios, capaz de superponerse a las lealtades de casta y regi¨®n que desde 1989 hab¨ªan impedido alcanzar la mayor¨ªa parlamentaria a los partidos y que condenaba el futuro pol¨ªtico a un evidente anquilosamiento.

La creciente clase media, y los cientos de millones de indios que aspiran a engrosar sus filas, han visto en Modi una salida a los grandes problemas: corrupci¨®n end¨¦mica, clientelismo y gesti¨®n pol¨ªtica ineficaz. Modi, cuya forma de vida espartana contrasta con la de una clase pol¨ªtica desacreditada, se ha presentado como el l¨ªder id¨®neo para hacer extensivas las transformaciones que ¨¦l mismo ha llevado a cabo en Gujarat. Y lo ha logrado con un discurso capaz de fundir las m¨²ltiples identidades indias. Convertido en un comunicador de masas, la utilizaci¨®n de su imagen en m¨¢scara exhibida por todos sus seguidores en el territorio de la India ha protagonizado una revoluci¨®n en la propaganda pol¨ªtica.

Narendra Modi tiene por delante enormes desaf¨ªos. La gesti¨®n del gobierno de la India no es equiparable a la de un Estado como Gujarat y su programa es extremadamente ambicioso en todos los ¨¢mbitos. Son de prever cambios en la legislaci¨®n que agilicen la cultura de los negocios, abran el pa¨ªs a las inversiones extranjeras, y que en consecuencia recuperen el crecimiento econ¨®mico. Veremos a una India m¨¢s presente tanto a nivel regional como global. Habr¨¢ una revisi¨®n de la doctrina nuclear del pa¨ªs y se buscar¨¢n nuevas relaciones con China.

Queda por ver c¨®mo se gestionar¨¢ la agenda religiosa y cultural del nacionalismo hind¨², cuya implantaci¨®n ha estado tradicionalmente acompa?ada de enfrentamientos entre hind¨²es y musulmanes. De momento lo fundamental es que Modi es para India en su coyuntura actual el hombre de su tiempo.

Eva Borreguero, autora de Hind¨²: nacionalismo religioso y pol¨ªtica en la India contempor¨¢nea.