Las dos vidas de Izolyatsia
Cuando conoc¨ª a Paco de Blas, el espa?ol que dirige ¡°Izolyatsia¡±, una plataforma de iniciativas culturales privada fundada en 2010 en las dependencias de una antigua f¨¢brica de aislamientos t¨¦rmicos y ac¨²sticos de Donetsk, pens¨¦ que por fin podr¨ªa contar una historia l¨²dica y optimista sobre ese entorno industrial deprimido y amenazado de Guerra Civil.
Pero mientras estaba escribiendo este texto mis planes se torcieron al toparme con la biograf¨ªa de la otra ¡°Izolyatsia¡±, la f¨¢brica sovi¨¦tica inaugurada en los a?os cincuenta, que sigue viva, en calidad de empresa estrat¨¦gica innovadora, en una p¨¢gina de web actualizada hasta 2007. Entre las dos existencias de Izolyatsia, la f¨¢brica sovi¨¦tica supuestamente mod¨¦lica, y la f¨¢brica privatizada y supuestamente arruinada, hay una laguna.
De Blas supo que no pod¨ªa rechazar la oferta de Liuba Mij¨¢ilova, la due?a de Izolyatsia, cuando contempl¨® por primera vez el vasto espacio de la antigua f¨¢brica de elementos aislantes, en el sudeste de Donetsk. Mij¨¢ilova, a quien De Blas conoci¨® en una exposici¨®n en R¨ªo de Janeiro, le hab¨ªa propuesto dirigir la plataforma de iniciativas culturales. El fil¨®logo espa?ol, que estaba trabajando en el Instituto Cervantes en Brasil, vino en misi¨®n de reconocimiento a Donetsk en la primavera de 2013 y volvi¨® en oto?o, para ponerse al frente del proyecto. Paco de Blas me lo cuenta en un caf¨¦ semivac¨ªo cerca de la sede de la Administraci¨®n Provincial, ahora ocupada por activistas de la autoproclamada Rep¨²blica Popular de Donetsk (RPD).
Mij¨¢ilova, una mujer de mundo que pasa largas temporadas en Nueva York, es la hija de Iv¨¢n Mij¨¢ilov, que fue el director de Izolyatsia desde 1974 y el director de la sociedad de accionistas del mismo nombre desde 1995. En una entrevista, Mij¨¢ilova afirmaba ser economista, asesorar empresarios y haber vivido en Grecia, Austria, Canad¨¢ y Francia.
Isolyatsia es una isla de 7,5 hect¨¢reas sobre la que se alza una cincuentena de edificios. Entre hierros oxidados, aparecen talleres, almacenes y naves ruinosas y hasta una v¨ªa f¨¦rrea por el que se tra¨ªa la materia prima, el carb¨®n. Hasta hay una monta?a de residuos recubiertos de hierba, que seg¨²n De Blas, sigue respirando y en ocasiones emite un bufido de humo. Por los tonos de la luz que se filtra por los cristales polvorientos de color lim¨®n, por la textura de los muros, por su ac¨²stica y por su misterio, algunos de estos espacios son hermos¨ªsimos y ¡°el sue?o de un arquitecto¡±, seg¨²n de De Blas, quien advierte que en Isolyatsia hay espacios contaminados y cerrados a cal y canto. Entre las obras dejadas por los artistas, hay algunas que juegan con el tema del ¡°maid¨¢n¡±, las protestas que acabaron por hacer caer el gobierno de Ucrania. Hay un papel estampado con ¨¢rboles de Navidad y escenas de represi¨®n, cuadros realizados con el humo de neum¨¢ticos ardiendo, y hasta un cubo vac¨ªo que contuvo ¡°sonidos del maid¨¢n¡±.
Izolyatsia es un juguete fascinante, pero no menos fascinante son los restos de la vieja Izolyatsia en el Internet. La f¨¢brica, muerta en la vida real, est¨¢ viva en el mundo virtual, incluida la p¨¢gina dedicada a las ¡°joyas de la industria¡± de Donetsk. En el espacio virtual nos cuentan que Iv¨¢n Mij¨¢ilov era ¡°un especialista muy cualificado, un h¨¢bil organizador¡± que reconstruy¨® tres veces la empresa y que daba gran importancia a la modernizaci¨®n de la misma. Iv¨¢n Mij¨¢ilov, ¡°trabajador em¨¦rito de la industria de Ucrania¡±, condecorado en m¨²ltiples ocasiones, autor de m¨¢s de treinta inventos, capaz de ¡°movilizar al colectivo para resolver las m¨¢s dif¨ªciles tareas¡±, consigui¨® que Izolyatsia funcionara de modo estable durante muchos a?os. ¡°El sueldo de los obreros aumenta y se paga sin retrasos¡± y el surtido de la empresa, desde la guata mineral a fibra de basalto extrafina, tiene todos los certificados ecol¨®gicos y sanitarios posibles. Gracias a un dirigente como Mij¨¢ilov, ¡°los trabajadores de la f¨¢brica miran con seguridad el luminoso futuro de la sociedad ¡±, afirma la p¨¢gina de web de la empresa. Corr¨ªa el verano de 2007, ?Qu¨¦ pas¨® despu¨¦s? ?C¨®mo pudo desaparecer una de las principales compa?¨ªas de Ucrania en su especialidad, si ten¨ªa un director tan capaz y renombrado?
Hay m¨¢s preguntas: ?Cu¨¢l es el precio del terreno en la zona donde est¨¢ la plataforma cultural? ?C¨®mo se ver¨¢ revalorizado si Izolyazia consigue que los artesanos monten talleres en sus dependencias? ?Qu¨¦ representa la inversi¨®n cultural y filantr¨®pica de los ricos de Donetsk (y de los ricos de Ucrania y de Rusia por extensi¨®n) en relaci¨®n a lo que se les podr¨ªa exigir en impuestos por los beneficios obtenidos gracias a la privatizaci¨®n de la propiedad popular? Intuyo que tendr¨ªan que pagar mucho m¨¢s si los beneficios, en vez de ser administrados con criterios de mecenazgo paternalista, se transformaran en impuestos as¨¦pticos.
Izolyatsia es hoy creatividad y diversi¨®n. Apela a las vanguardias, a las clases medias, a los estudiantes, y fue aqu¨ª donde a fines de abril Mija¨ªl Jodorkovski, el ex jefe de la petrolera rusa Yukos, se reuni¨® con la intelectualidad local. Sin embargo, De Blas reconoce que la plataforma cultural no ha llegado todav¨ªa a conectar con la vecindad, los antiguos obreros, residentes cerca de la f¨¢brica, que est¨¢ domiciliada en la calle Sendero Luminoso n¨²mero 3. fotos: Cortesia Izolyatsia y Pilar Bonet
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