Veracruz, un agujero negro en M¨¦xico
Los secuestros crecen un 80% en esa regi¨®n del Golfo del pa¨ªs El caso de DJ Patas, un popular organizador de fiestas desaparecido hace casi un a?o, sigue sin resolverse
En la noche, Elio Lagunes se despierta sobresaltado. Se levanta de la cama y recorre aturdido el pasillo. ¡°?Habr¨¢ cenado mi hijo?¡±, se pregunta entonces, como si pensar en las rutinas de quien no est¨¢ lo mantuviera con vida. Luis Guillermo, de 30 a?os, fue secuestrado hace casi un a?o en ese agujero negro en el que se ha convertido el estado de Veracruz, en el Golfo de M¨¦xico. En los ¨²ltimos tres a?os, desde que all¨ª gobierna un pol¨ªtico del PRI llamado Javier Duarte, han desaparecido 715 personas.
En las fiestas y bodas de la clase alta veracruzana sol¨ªan escucharse siempre las mismas canciones, las que pon¨ªa desde su mesa de mezclas Luis Guillermo Lagunes, conocido como Dj Patas por el enorme tama?o de su pie. El joven se hizo muy popular entre pol¨ªticos y famosos. Cre¨® su propia empresa de organizaci¨®n de eventos y contrat¨® a unos chicos que le cargaban sus cosas. El d¨ªa que desapareci¨® dej¨® una treintena eventos apalabrados en distintas ciudades del pa¨ªs y unos padres que siguen busc¨¢ndolo todav¨ªa. Elio y la madre de Luis Guillermo, Luc¨ªa de los ?ngeles,?se han topado una y otra vez con la ineficacia de una investigaci¨®n que no va a ninguna parte.
A Luis Guillermo lo secuestraron la noche del 28 de junio de 2013, casi de madrugada. Unos hombres armados entraron en su casa del puerto de Veracruz, le pidieron que se vistiera y se lo llevaron junto con su costoso equipo de m¨²sica. Dj Patas estaba acompa?ado por una persona que trabajaba con ¨¦l, un tal C¨¦sar Lara, que no avis¨® de lo sucedido hasta la semana siguiente, cuando la madre de Luis Guillermo insisti¨® en saber d¨®nde estaba su hijo. Llevaba d¨ªas sin responder al tel¨¦fono ni contestar a los mensajes.
En las siguientes semanas, los trabajadores de Dj Patas enviaron a los secuestradores cantidades de dinero de la empresa y una motocicleta con el prop¨®sito de que lo liberaran. Las declaraciones de los empleados sobre esas entregas son confusas en cuanto a hechos concretos, fechas y nombres. Los partes policiales, un galimat¨ªas. El caso se ha enmara?ado hasta volverlo casi incomprensible. Sus padres buscan una pista en medio de esa nebulosa que los lleve hasta su hijo.
Xalapa, la capital de Veracruz est¨¢ empapelada con los rostros de los que ya no est¨¢n entre nosotros. Los secuestros han crecido en la regi¨®n un 80%, pasando de 36 a 65 investigaciones si se comparan los cuatro primeros meses de 2013 con los de 2014. El gobernador Duarte asegura que de los 715 casos que se le han presentado, su Gobierno ha resuelto con ¨¦xito 186. Del resto no se sabe nada.? "Queremos vivo a nuestros hijos", reza en un cartel junto a la foto de una joven sonriente que desapareci¨® hace dos a?os.
Los padres de Dj Patas presentaron la denuncia de su desaparici¨®n ante el Ministerio P¨²blico de Veracruz el 8 de julio. Los investigadores nunca revisaron las c¨¢maras de seguridad de la zona donde se hicieron entregas de dinero. No hicieron un retrato hablado de los sospechosos. La cuenta del banco de Luis Guillermo nunca ha sido revisada. El n¨²mero que se envi¨® a las autoridades bancarias para que autorizaran su intervenci¨®n era err¨®neo y el proceso se dilat¨® hasta el infinito. Los padres pidieron que se avisara al registro de veh¨ªculos sobre la desaparici¨®n de la moto pero un funcionario contest¨® que "el sistema estaba ca¨ªdo". El tel¨¦fono m¨®vil de Luis Guillermo estuvo durante meses activo pero a nadie se le ocurri¨® rastrearlo.
Las autoridades designaron para el caso de Dj Patas a los comandantes policiales Gazca y Medrano. Prometieron no reparar en gastos y seguir cualquier pista por min¨²scula que fuera. Medrano profundiz¨® m¨¢s en la investigaci¨®n y fue al puerto de Veracruz a seguir el rastro de Luis Guillermo. Estuvo varios d¨ªas all¨ª y se mand¨® mensajes e intercambi¨® llamadas con los padres. Un d¨ªa dej¨® de contestar al tel¨¦fono y desde entonces se ha mantenido en un estricto silencio. No hay respuestas.
Uno de los grandes males que afecta al pa¨ªs es el de los ciudadanos que desaparecen sin causa conocida y sin resultados en las investigaciones. ?Cu¨¢ntos son en total? El presidente de la Comisi¨®n Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Ra¨²l Plascencia, dijo el martes en el Senado que hay 24.800 personas desaparecidas desde 2005. El Gobierno calcula que hay alrededor de 19.000. ?D¨®nde est¨¢n todos esos mexicanos de los que no se sabe nada?
Un padre desesperado se agarra al ¨²ltimo madero del oc¨¦ano. A Elio le dieron el n¨²mero de tel¨¦fono de un tipo. Quedaron en una cafeter¨ªa de carretera y Elio le cont¨® el caso. El se?or misterioso que pod¨ªa resolver el problema agarr¨® su tel¨¦fono y comenz¨® a hablar con alguien. Colg¨® y le dijo a Elio que hab¨ªan tenido suerte. En ese preciso momento estaban a punto de arrojar al mar a su hijo pero esa llamada lo hab¨ªa evitado. Elio ten¨ªa que darle 1.700 d¨®lares y en las pr¨®ximas semanas hasta medio mill¨®n y una camioneta de lujo para que se lo devolvieran con vida. Elio sac¨® la cantidad de dinero que le permiti¨® el cajero, se lo dio al hombre y condujo en direcci¨®n a casa con la promesa de que estar¨ªan en contacto los pr¨®ximos d¨ªas. Por el camino se dio cuenta -si es que no lo sab¨ªa desde el primer momento y solo se estaba enga?ando a s¨ª mismo- que aquel tipo no era m¨¢s que un burdo estafador. Elio rompi¨® la tarjeta donde hab¨ªa apuntado su n¨²mero y la arroj¨® en pedacitos por la ventanilla.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.