Una manifestaci¨®n de ¡®sin techo¡¯ amenaza con sabotear el Mundial

¡°Si no cumplen con nuestras exigencias vamos a parar la Copa. Si no respetan nuestros derechos, el 12 de junio no habr¨¢ inauguraci¨®n¡±. La amenaza, recurrente, esta vez vino del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST), que protagoniz¨® este jueves el tercer d¨ªa de caos en las calles de S?o Paulo. La marcha, organizada con la Frente de Resistencia Urbana, fue calificada por los convocantes como "la mayor manifestaci¨®n del a?o en la ciudad". La Polic¨ªa Militar afirm¨® que cerca de 5.000 personas asistieron, mientras los organizadores elevaron el n¨²mero a 20.000.

¡°Nosotros tenemos una propuesta clara. No sacar provecho del Mundial sin que sean respetados nuestros derechos. El bal¨®n est¨¢ con el pueblo. Queremos nuestra rebanada del pastel y no migajas¡±, afirm¨® Guillherme Boulos, l¨ªder del MTST, antes de atacar tambi¨¦n las constructoras que ser¨ªan, seg¨²n ¨¦l, las principales beneficiadas por el evento. La amenaza fue clara: ¡°Nos dijeron en Brasilia que los recursos para vivienda acabaron, mientras los de la FIFA no. O aparece el dinero o el junio de la Copa se convertir¨¢ en un junio rojo [en referencia el color que identifica los movimientos populares]¡±.

Entre los activistas tambi¨¦n se encontraban estudiantes y grupos que, hace meses, levantaban la bandera contra la organizaci¨®n del Mundial en Brasil. La Frente de Resistencia Urbana, que tambi¨¦n coordina organizaciones de trabajadores sin techo, re¨²ne muchos otros movimientos sociales. Las reivindicaciones, reiteradas en tres protestas solo en este mes, abarcan, adem¨¢s de vivienda, salud, transporte y educaci¨®n, una pensi¨®n vitalicia para las familias de los obreros muertos e incapacitados durante las obras de la Copa. En total, nueve trabajadores han muerto durante los trabajos realizados en los estadios que ser¨¢n sede del torneo, cuyos gastos superan con diferencia los efectuados en los dos ¨²ltimos mundiales en Sud¨¢frica y Alemania.

La protesta arranc¨® bajo el grito: "Copa sin pueblo, todos a la calle de nuevo" y mantuvo cerradas varias v¨ªas importantes de la ciudad brasile?a durante horas punta. A las 19.00 horas, S?o Paulo, una de las metr¨®polis con el peor tr¨¢fico del mundo, registr¨® 248 kil¨®metros de lentitud, un tr¨¢nsito cercano al r¨¦cord del a?o, alcanzado en el mi¨¦rcoles cuando los conductores y cobradores de autobuses estacionaron sus veh¨ªculos en medio de la calle para exigir mejores condiciones de trabajado.

En S?o Paulo existen hoy cerca de 290.000 edificios deshabitados, seg¨²n la Secretaria Municipal de Habitaci¨®n. A pesar de ello, casi 3,2 millones de personas viven en condiciones inadecuadas, de acuerdo con un informe municipal. Esto significa que o no son propietarios de la casa donde viven por haber sido construidas irregularmente ¡ªcomo las favelas¡ª, pagan un alquiler excesivo en relaci¨®n con su renta o viven en ¨¢reas de riesgo. Se trata del 30% de los m¨¢s de 11 millones de habitantes de la ciudad.

A menos de un kil¨®metro del estadio en que se jugar¨¢ el partido inaugural de la Copa, la Arena Corinthians (Itaquer?o), hay una comunidad compuesta por 300 familias que esperan viviendas populares y viven con un alcantarillado abierto y con problemas de abastecimiento el¨¦ctrico. En la zona se instal¨® uno de los campamentos del MTST, que re¨²ne actualmente 5.000 familias en la denominada "Copa do Povo [Copa del Pueblo]", que reclama una casa propia del programa federal Minha Casa Minha Vida.

La cercan¨ªa del torneo ha empujado a los trabajadores de los m¨¢s diversos gremios ¡ªprofesores, polic¨ªas, conductores de transporte p¨²blico¡ª a convocar a la paralizaci¨®n de sus actividades para hacer una demostraci¨®n de fuerza justo antes de que inicie la Copa. El pasado ocho, durante la primera manifestaci¨®n del Frente de Resistencia Urbana, centenares de sin techo invadieron las sedes de las tres grandes constructoras en S?o Paulo: la Odebrecht, la Andrade Gutierrez y la OAS, todas responsables de obras de infraestructura para el Mundial. Entonces, los l¨ªderes de la protesta se reunieron con la presidenta Dilma Rousseff, que estaba de visita en la ciudad, quien se comprometi¨® a encaminar sus reivindicaciones y ajustarlos a los programas del Gobierno federal. La marcha de este jueves es un aviso de que no han olvidado esa promesa.