El retorno de los brujos
Los profetas procuran vaticinar el fin del Gobierno de Nicol¨¢s Maduro, un hecho que solo puede llegar con el voto popular
Cada vez que se habla de la afici¨®n que sienten muchas personas por las predicciones de astr¨®logos, videntes, tarotistas, fumadores de tabaco, lectores de la borra del caf¨¦ y dem¨¢s individuos con supuestas facultades para otear el m¨¢s all¨¢ y adivinar el porvenir, se piensa que su ¨¦xito solo es posible en pa¨ªses subdesarrollados, incapaces entre muchas incapacidades, de superar el estado primario de los pueblos en que prevalece el pensamiento m¨¢gico. Nada m¨¢s alejado de la realidad, Inglaterra es quiz¨¢ el pa¨ªs con mayor n¨²mero de esot¨¦ricos y afines en el mundo moderno y si quisi¨¦ramos avergonzarnos por lo que sucede en Venezuela desde hace quince a?os, s¨ªrvanos de consuelo que la naci¨®n m¨¢s poderosa del mundo en tiempos en que a¨²n era Imperio, estuvo gobernada por un presidente muy popular -Ronald Reagan- quien a su vez estuvo dominado por su esposa Nancy y esta a su vez por la astr¨®loga Joan Quigley. Esa int¨¦rprete de los designios astrales le hac¨ªa saber a do?a Nancy cu¨¢les eran los d¨ªas buenos, cu¨¢les los neutrales y aquellos que se deb¨ªan evitar para la toma de decisiones trascendentales. Fue tan poderosa su ascendencia sobre la Primera Dama que logr¨® modificar la agenda de la Casa Blanca con sus predicciones. Los d¨ªas eran clasificados por colores seg¨²n el consejo de la astr¨®loga Quigley y se decid¨ªan los m¨¢s convenientes para la seguridad y el ¨¦xito del presidente. El asunto alcanz¨® tales proporciones que condujo a que el presidente Reagan despidiera a su jefe de Gabinete, Donald Regan, por estar este en desacuerdo con el m¨¦todo de toma de decisiones seg¨²n se presentaba el color del d¨ªa.
Dicho esto los lectores podr¨ªan ser un poco m¨¢s comprensivos con lo que ha venido ocurriendo en Venezuela casi al un¨ªsono de la llegada de Hugo Ch¨¢vez al poder y de su divisi¨®n del pa¨ªs en dos bandos enfrentados: los que est¨¢n conmigo y los ¡°sinmigo¡±, es decir, los opositores que deb¨ªan ser aplastados como alima?as. Para un pueblo acostumbrado a vivir en democracia, a expresar p¨²blicamente y sin temores sus opiniones, a criticar abiertamente a los gobernantes sin que eso le acarreara consecuencias que lamentar, lo que nos estaba ocurriendo no pod¨ªa ser normal. Algo hab¨ªa en aquel hombre ordinario, insolente, abusador y vociferante para que m¨¢s de la mitad del pa¨ªs estuviera postrada a sus pies. Empez¨® a correr el rumor de unos babalaos que, instalados en la residencia presidencial -el Palacio de Miraflores-, hac¨ªan sacrificios de animales y le daban a beber la sangre al mismo Ch¨¢vez. Al mismo tiempo, en Cuba, ya transformada en la sede del verdadero gobierno venezolano, Fidel Castro ten¨ªa bajo sus ¨®rdenes a santeros que con sus Elegua, Ob¨¢tala, Chang¨® y Ogun, proteg¨ªan al pupilo Ch¨¢vez
Era de l¨®gica que los opositores no permaneci¨¦ramos con los brazos cruzados o mejor dicho, con las mentes cerradas a estas poco ortodoxas formas de hacer pol¨ªtica. Nuestra astr¨®loga m¨¢s popular iniciaba sus informes rutinarios con noticias que todos hab¨ªamos le¨ªdo en la prensa, luego utilizaba un lenguaje bastante cr¨ªptico para sugerir que en alg¨²n momento Ch¨¢vez saldr¨ªa de la presidencia. Antes nos anunciaba que morir¨ªa un personaje famoso y que habr¨ªa un terremoto en cualquier lugar del planeta lo que indefectiblemente ocurr¨ªa. Pero Ch¨¢vez, ayayay Ch¨¢vez, ese era realmente un hueso duro de roer hasta para la astrolog¨ªa. El fracaso estrepitoso de la astr¨®loga se produjo a ra¨ªz del paro semi nacional de fines de 2002 y primeras semanas de 2003, cuando -ya sin tapujos- nos asegur¨® que nos librar¨ªamos del caudillo bolivariano y socialista del siglo XXI. Ante ese desprestigio la astr¨®loga debi¨® autoexiliarse del pa¨ªs lo que no le impide seguir enviando sus predicciones pero sin asumir demasiados compromisos. Confieso que todas las semanas caigo en la tentaci¨®n de leer lo que nos va a suceder a los Capricornio, pero ni me dejan una herencia ni aparece la mujer de pelo negro que me har¨¢ da?o ni el hombre que est¨¢ loco por m¨ª ni el negocio que me har¨¢ rica.
Fueron muchos otros los astr¨®logos que con sus anuncios de la muy pr¨®xima salida de Ch¨¢vez, previos ba?os de sangre y otra serie de tragedias y luego la llegada de un tiempo luminoso para Venezuela, nos robaban tiempo precioso de nuestras incursiones en Internet. Entonces se enferm¨® Ch¨¢vez. No recuerdo que haya sido alg¨²n esot¨¦rico quien advirtiera lo que iba a sucederle a aquel hombre de apenas 57 a?os. Fueron los m¨¦dicos cubanos quienes lo diagnosticaron, operaron, trataron y enterraron. Pero poco antes del desenlace para algunos fatal, apareci¨® en el escenario nacional un hombrecito de perenne sonrisa, cola de caballo y ojillos entrecerrados, que con una vocecita de marcado acento brasilero, nos fue llevando hasta la fecha exacta en que el comandante presidente pasar¨ªa a la eternidad. No se crea que se trataba de un vidente cualquiera, era nada menos que el Profeta de Am¨¦rica. Su fama deven¨ªa de haber vaticinado el ataque terrorista a las torres gemelas de Nueva York y otras cu¨¢ntas cat¨¢strofes. El Profeta estaba metido d¨ªa y noche en nuestros hogares mir¨¢ndonos con aquellos ojillos y casi contando los d¨ªas de vida que le quedaban al moribundo que, al fin y como era de esperar, muri¨®. El profeta fue elevado r¨¢pidamente al rango de h¨¦roe. Pero poco dura la alegr¨ªa en casa del pobre y de los profetas. Apenas empezaron las protestas estudiantiles el 12 de febrero de este a?o, el profeta le fij¨® fecha a la inminente salida de Nicol¨¢s Maduro: ?cuatro d¨ªas! Han pasado m¨¢s de tres meses.
Decepcionados de tantos estafadores de esperanzas parec¨ªamos resignados a soportar indefinidamente al desastroso sucesor del desastroso Hugo Ch¨¢vez, cuando un te¨®rico marxista exasesor del difunto, el alem¨¢n Heinz Dietrich, sentenci¨® que a Maduro le quedaban ocho semanas en la presidencia. Han pasado diez. Pero el 22 de mayo un peri¨®dico alem¨¢n public¨® como una novedad el plazo de las 8 semanas por lo que suponemos que Dietrich pidi¨® una pr¨®rroga.
Con tantos fracasos a cuestas, es muy l¨®gico que una parte de la oposici¨®n venezolana haya dado paso a otra clase de profetas, los del desastre. Los que ya no creen en salidas electorales, ni en di¨¢logos, ni en la dirigencia pol¨ªtica que organiz¨® unas primarias impecables y luego condujo a la oposici¨®n a las elecciones del 7-10-12 y del 14-4-13. Tampoco cree en el candidato que si no le gan¨® a Maduro en abril de 2014, lo empat¨® y eso despu¨¦s de un esfuerzo tit¨¢nico apenas al mes del fallecimiento de Ch¨¢vez y de toda la explotaci¨®n electorera de su muerte. Esos esc¨¦pticos e indignados regresan, sin percatarse de ello, al pensamiento m¨¢gico y a la esperanza en soluciones r¨¢pidas enviadas por alguna fuerza ignota, una que no es de este mundo: aqu¨ª va a pasar algo o tiene que pasar algo, pero nadie sabe c¨®mo ni cu¨¢ndo. Ojal¨¢ pasara, me cuesta creer en fuerzas sobrenaturales que producen milagros, pero que bueno ser¨ªa que ocurriera alguno para no tener que esperar a que este infame gobierno sea expulsado por el voto popular.
Paulina Gamus es abogada y activista venezolana?
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