Obama defiende un liderazgo multilateral y pac¨ªfico de Estados Unidos
El presidente de EE UU renuncia a cualquier tipo de intervenci¨®n b¨¦lica en el conflicto sirio
Estados Unidos seguir¨¢ siendo durante d¨¦cadas la indiscutible primera potencia y ¡°la naci¨®n indispensable¡±, dijo este mi¨¦rcoles el presidente Barack Obama, pero el liderazgo mundial no se basar¨¢ en la fuerza militar ni en acciones unilaterales sino en la diplomacia y la cooperaci¨®n.
En un discurso en la academia militar de West Point (Nueva York), templo del militarismo norteamericano, Obama formul¨® una teor¨ªa sobre el papel de EE UU en el mundo y una pol¨ªtica exterior que, en los ¨²ltimos meses, ha provocado dudas en su pa¨ªs y entre los aliados sobre su influencia real. El repliegue dictado por el presidente tras m¨¢s de una d¨¦cada de guerras en Irak y Afganist¨¢n ha dejado espacio a potencias emergentes y viejos rivales. En Asia, la pujante China no esconde sus ambiciones regionales; en Europa, Rusia se ha anexionado una parte de otro pa¨ªs soberano, Ucrania; en Siria, los titubeos de la Casa Blanca han permitido que contin¨²e una guerra que, en tres a?os, ha dejado m¨¢s de 150.000 muertos.
Obama intent¨® disipar estas dudas en el discurso de graduaci¨®n de la academia militar. Explic¨® que la hegemon¨ªa de EE UU no puede tener como ¨²nico componente su poder¨ªo militar. Subray¨® que la mayor amenaza no son otros estados sino grupos terroristas y que combatirlos no exige despliegues de ej¨¦rcitos sino operaciones con otros pa¨ªses o acciones con comandos o aviones sin piloto. Y argument¨® que es la existencia de unas instituciones internacionales fuertes y el respeto de la legalidad internacional lo que refuerza la influencia de EE UU.
¡°Am¨¦rica siempre deber¨¢ liderar en la escena mundial. Si no lo hacemos nosotros, nadie m¨¢s lo har¨¢. Las fuerzas armadas en las que vosotros hab¨¦is ingresado son, y siempre ser¨¢n, la espina dorsal de este liderazgo¡±, dijo Obama a los cadetes. ¡°Pero la acci¨®n militar de EE UU no puede ser el ¨²nico, ni el principal, componente de nuestro liderazgo en todas las instancias¡±.
En t¨¦rminos pr¨¢cticos, la doctrina que Obama present¨® en West Point significa, por ejemplo, que EE UU no intervendr¨¢ militarmente en Siria y, c¨®mo m¨¢ximo, prestar¨¢ ayuda a los rebeldes moderados en forma de entrenamiento militar. Tambi¨¦n implica que, tras la retirada en 2011 de Irak y tras anunciar el martes que a finales de 2016 no quedar¨¢n tropas norteamericanas en Afganist¨¢n, el foco se desplazar¨¢ a la lucha antiterrorista en Oriente Medio y ?frica. Uno de los pocos anuncios concretos en el discurso fue la petici¨®n al Congreso para que cree un fondo de 5.000 millones de d¨®lares para preparar a otros pa¨ªses para combatir el terrorismo.
Am¨¦rica siempre deber¨¢ liderar en la escena mundial. Si no lo hacemos nosotros, nadie m¨¢s lo har¨¢"
El presidente de EE UU busc¨® un punto medio entre las dos tendencias que, como un p¨¦ndulo, han marcado la pol¨ªtica exterior de su pa¨ªs: el aislacionismo y el intervencionismo; la realpolitik que ve el mundo en funci¨®n de los intereses nacionales y el idealismo que pretende exportar los valores de democracia y derechos humanos, aunque sea a golpe de misil. La respuesta de Obama es un t¨ªpico ejercicio ¡®obamiano¡¯ de equilibrismo: liderar, s¨ª, pero junto a otros aliados y sin sobrecargar con misiones a las fuerzas armadas; replegarse, tambi¨¦n, pero sin perder influencia.
El aislacionismo, dijo Obama, ¡°no es una opci¨®n¡±. El intervencionismo irreflexivo ¡ª¡°la voluntad de lanzarnos a aventuras militares sin pensar en las consecuencias¡ª, tampoco. La cuesti¨®n no es si EE UU liderar¨¢ el mundo, sino c¨®mo. Estos matices reflejan las dudas de la opini¨®n p¨²blica norteamericana, reacia al intervencionismo pero inquieta por la imagen de debilidad internacional de su comandante en jefe.
El presidente explic¨® que s¨®lo en casos de amenaza directa a los intereses y la seguridad de EE UU contemplar¨¢ una intervenci¨®n unilateral al estilo de la invasi¨®n de Iraq en 2003, decidida por su antecesor, George W. Bush. Sin amenaza directa, el ¡°umbral¡± para intervenir ser¨¢ m¨¢s exigente y en todo caso EE UU nunca lo har¨¢ en solitario. El ejemplo aqu¨ª es la intervenci¨®n en Libia en 2011.
Con una Al Qaeda ¡°descentralizada¡±, con franquicias en varios pa¨ªses y sin Osama bin Laden ¡ªmuerto por fuerzas de EE UU en 2011¡ª, ¡°las posibilidades de ataques a gran escala al estilo 11-S se ha reducido¡±. La amenaza ahora afecta a personal norteamericano en otros pa¨ªses, como ocurri¨® con el ataque en Bengazi (Libia) en 2012, o contra civiles, como el centro comercial de Nairobi (Kenia) en 2013. Esto exige colaborar con los poderes locales. ?frica es el nuevo escenario de la guerra contra Al Qaeda y grupos afines.
La otra pata de la doctrina Obama es la diplomacia. El presidente mencion¨® las sanciones de EE UU y la UE contra Rusia y la celebraci¨®n, el domingo, de elecciones en Ucrania, como un ejemplo de este m¨¦todo. Otro ejemplo son las negociaciones nucleares con Ir¨¢n.
¡°Esto es el liderazgo americano. Esta es la fuerza americana. En ambos casos, construimos coaliciones para responder a un desaf¨ªo espec¨ªfico¡±, dijo. ¡°Creo en el excepcionalismo americano con cada fibra de mi ser. Pero lo que nos hace excepcionales no es nuestra capacidad de vulnerar las normas internacionales y el respeto de la ley, sino nuestra voluntad de afirmarlos a trav¨¦s de nuestras acciones¡±.
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