El suburbio tambi¨¦n vota a Le Pen
En el departamento 93, la abandonada periferia de Par¨ªs, la abstenci¨®n del 75% facilit¨® el triunfo hist¨®rico de la ultraderecha
Hace siete d¨ªas, el Frente Nacional gan¨® las elecciones europeas en Francia con 4,6 millones de votos, el 24,8%. La extrema derecha se impuso en 71 de los 101 departamentos (provincias). Sus resultados fueron espectaculares salvo en Par¨ªs, las provincias de Ultramar y el oeste del pa¨ªs. En la capital, Marine Le Pen obtuvo un 9,3%, y qued¨® relegada al quinto puesto. La alcaldesa, Anne Hidalgo, se felicit¨® por la ¡°excepci¨®n parisiense¡± y la participaci¨®n, 10 puntos superior a la media, que fue del 43,5%. El caracol parisiense, sin embargo, qued¨® rodeado por una gran baba bleu Marine. En la banlieue (los suburbios) de la capital hubo una abstenci¨®n del 75%, y el partido xen¨®fobo hizo estragos.
En ?le de France, la regi¨®n que incluye a la capital, el FN fue la segunda fuerza m¨¢s votada con un 17,3%, cuatro puntos menos que los conservadores de la UMP. Le Pen cuadruplic¨® los resultados de las europeas 2009 y gan¨® por primera vez en el departamento 93 (Seine-Saint-Denis), viejo feudo comunista y socialista agitado por los disturbios raciales en 2005.
En el primer turno de las presidenciales de 2012, Le Pen hab¨ªa obtenido en esta provincia, de fuerte presencia africana y musulmana, un 13,55%. Ahora, con su mejora de siete puntos, super¨® al Frente de Izquierdas por menos de un punto y se impuso en 24 municipios de 40. Aunque el triunfador real fue la abstenci¨®n ¡ªen el 93 solo vot¨® el 25% del censo¡ª, Le Pen gan¨® en sitios como Drancy (escenario de persecuciones antisemitas en la II Guerra Mundial), La Courneuve o Le Bourget, donde Hollande dio su mitin de campa?a en 2012 y se declar¨® enemigo de las finanzas.
En Clichy-sous-Bois, el municipio donde en 2005 comenzaron los disturbios, la abstenci¨®n super¨® el 78% y tambi¨¦n gan¨® por primera vez el Frente Nacional. En las municipales de marzo pasado, los socialistas recibieron el 65% de los votos. El FN no se present¨®.
Fabien Mariano Ortiz, cineasta de origen espa?ol que se cri¨® en el 93, explica que ¡°la victoria del FN en la banlieue se ve¨ªa venir. En Saint-Denis solo han votado los pocos franceses que quedan. Los j¨®venes est¨¢n en la fractura, y la din¨¢mica de izquierda es inexistente. Solo se mueven en las municipales, cuando la gente vota no por motivos pol¨ªticos, sino porque conoce al candidato¡±.
"Muchos africanos y ¨¢rabes pobres expresan as¨ª su hartazgo"
¡°Nos han olvidado¡±, advert¨ªa hace dos a?os en un reportaje televisivo un habitante del 93 para explicar su apoyo a la ultraderecha en las presidenciales. A su alrededor se ve¨ªa un paisaje desolador: buzones rotos, inmuebles insalubres... Un territorio abandonado. A 15 kil¨®metros de la Torre Eiffel, el cuarto mundo.
Nidhal Ben Salem, animador social de origen tunecino, de 32 a?os, que vive y trabaja en Saint-Denis, cuenta que la victoria del FN en el 93 ha sido ¡°una triste sorpresa¡±, pero la achaca a la abstenci¨®n. ¡°En n¨²mero de votos no han crecido, el problema es que los partidos no se movilizaron y no explicaron a los j¨®venes por qu¨¦ era importante votar¡±.
La banlieue de Par¨ªs sigue pareci¨¦ndose mucho a la de 2005. Siete de cada diez habitantes viven bajo el umbral de la pobreza; hay un 25% de paro y un 40% de desempleo juvenil. La mitad de la poblaci¨®n es menor de 25 a?os.
Tras el batacazo de los socialistas, Fran?ois Hollande pidi¨® a los franceses que se reunieran ¡°en torno a la Rep¨²blica en esta hora grave¡±. Pero la Rep¨²blica hace tiempo que no pasa por el 93, dice Ben Salem: ¡°Los disturbios no fueron las revoluciones ¨¢rabes. Aqu¨ª no ha cambiado nada y nada cambiar¨¢. Seguimos sufriendo discriminaci¨®n y racismo. Si ponemos la tele, no nos sentimos representados. La poblaci¨®n inmigrante nunca sale¡±.
Elise Mbock, una pol¨ªtica de origen africano del 93, ha subrayado en su blog la gran paradoja: el FN, un partido racista, tiene cada vez m¨¢s apoyo entre quienes sufren el racismo: ¡°Muchos africanos y ¨¢rabes pobres expresan as¨ª su hartazgo con el sistema. La iron¨ªa es que, si gobernara Le Pen, las ayudas a los inmigrantes se terminar¨ªan, y no habr¨ªa regularizaciones. Y sin embargo¡¡±.
Nidhal Ben Salem cuenta que ¡°muchos j¨®venes de los suburbios votaron por Hollande en 2012. Pero ven que el cambio no ha llegado, y que Manuel Valls se parece mucho a Sarkozy. Apoya a Israel contra Palestina y se mete con los gitanos para contentar a la derecha, porque su ¨²nica ambici¨®n es ser presidente en 2017¡±.
El soci¨®logo Eric Fassin, profesor en la Universidad Par¨ªs VIII, atribuye el avance del FN a la ¡°progresiva derechizaci¨®n del Partido Socialista en econom¨ªa y seguridad. La derecha lleva a?os imitando a la extrema derecha, y los socialistas copia a la derecha. Primero Sarkozy y luego Valls han retomado el vocabulario y las ideas sobre inmigraci¨®n e identidad de Le Pen¡±. ¡°Si un presidente o un primer ministro abrazan tesis as¨ª, resulta imposible prohibirlas y decir que son diab¨®licas. Al rev¨¦s, se legitiman. Y as¨ª, se cumple el teorema de Le Pen: la gente prefiere el original a la copia¡±.
El autor del ensayo Izquierda, el futuro de una desilusi¨®n subraya que ¡°los socialistas creen que la realidad es de derechas. Hollande ha exacerbado esto al defender el tratado Merkozy [el pacto de estabilidad de la UE] y dar su giro neoliberal, aplaudido por los medios de izquierdas, y al nombrar a Valls. La ¨²nica diferencia entre el PS y la UMP hoy es la pol¨ªtica sexual. Y el mensaje del PS es el triunfo p¨®stumo de Thatcher: ¡®No hay alternativa¡±.
?D¨®nde acabar¨¢ el auge de la extrema derecha? Fassin vaticina que, en 2017, Le Pen se jugar¨¢ el segundo turno de las presidenciales con el candidato de la UMP, y despu¨¦s entrar¨¢ en el Gobierno. ¡°Nos dir¨¢n que es un partido republicano como los dem¨¢s y que es necesario para luchar contra la extrema derecha violenta¡±.
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