Pasajes en bus que cuestan la quinta parte del salario de un trabajador
Los sistemas de transporte p¨²blico latinoamericanos podr¨ªan enfocar mejor los subsidios para que los usuarios de menos recursos tambi¨¦n se suban al autob¨²s

Usar el transporte p¨²blico en algunas ciudades de Am¨¦rica Latina puede ser un verdadero v¨ªa crucis. Unidades viejas, peligrosas y contaminantes, que no pasan con suficiente frecuencia a las horas pico, tienen tarifas elevadas o rutas que no circulan por donde hay m¨¢s demanda.
En respuesta a esta situaci¨®n han surgido sistemas de transporte p¨²blico con buses de alta capacidad, eficientes, poco contaminantes, e integrados al resto de la red.
Se trata de una tendencia continental. El Transmilenio de Bogot¨¢, la Ecov¨ªa de Monterrey, el sistema de buses a tr¨¢nsito r¨¢pido de Curitiba, en Brasil, por ejemplo, fueron todos concebidos con estos principios en mente.
El problema, sin embargo, es que tanto en sistemas modernos como en los m¨¢s tradicionales, pagar el transporte p¨²blico es una carga importante para millones de latinoamericanos de escasos recursos. Las tarifas, en muchos casos, consumen cerca de la quinta parte del ingreso de los usuarios de menores recursos.
Victoria G¨®mez, por ejemplo, toma el Transmilenio de Bogot¨¢ para ir al trabajo cada d¨ªa. ¡°Me gasto entre 70 y 90 mil pesos mensuales¡±, dice G¨®mez, quien califica el servicio con una sola palabra: ¡°caro¡±. Eso equivale a unos 50 d¨®lares por mes, una cantidad considerable si se toma en cuenta que el salario m¨ªnimo de Colombia es de alrededor de 318 d¨®lares mensuales.
En realidad, el Transmilenio no es mucho m¨¢s caro que el transporte tradicional. La diferencia es que en los buses convencionales el usuario puede negociar un descuento porque hace la transacci¨®n en efectivo y directamente con el conductor.
No es extra?o o¨ªr en los autobuses de Bogot¨¢ ¡°?me lleva por mil pesos?¡±. Es decir, 400 pesos (0,20 d¨®lares) menos que la tarifa oficial. Seg¨²n una investigaci¨®n de la Universidad de Carolina del Norte/Chapel Hill y EMBARQ, una iniciativa para el desarrollo del transporte sustentable en el Mundo, el 23% de los usuarios de estos buses negocia este ¡°subsidio informal¡± con los conductores.
En Transmilenio, en cambio, los usuarios no pueden negociar un descuento con el conductor de la unidad porque todas las transacciones se hacen con una tarjeta inteligente pre-pagada.
El reto para estos nuevos modelos de transporte es precisamente ese: c¨®mo hacer para que las personas que no pueden pagar el boleto tengan acceso al mismo transporte eficiente, limpio y de alta calidad que los dem¨¢s.
En muchas ciudades se est¨¢ empezando a ofrecer descuentos a cierto grupo de usuarios como estudiantes y jubilados. ¡°Pero en los pa¨ªses de la regi¨®n donde la pobreza y la desigualdad son altas, estas pol¨ªticas se quedan cortas porque no llegan a los m¨¢s pobres,¡± dice la experta en transporte Camila Rodr¨ªguez.
Rodr¨ªguez afirma que la tecnolog¨ªa actual puede servir para poner en pr¨¢ctica una soluci¨®n bien implementada que atienda las necesidades de la gente pobre.
En Bogot¨¢, por ejemplo, los usuarios de bajos recursos del nuevo transporte p¨²blico que califican dentro de ciertos par¨¢metros, reciben el equivalente a un descuento de 40% para 21 viajes por mes.
Para identificar a los beneficiarios de este descuento se usa la misma herramienta que para Familias en Acci¨®n, un programa que da efectivo a familias pobres, a cambio de que los hijos vayan a la escuela y visiten regularmente al m¨¦dico.
Los expertos dicen que se ha logrado implementar este apoyo en Bogot¨¢ porque el sistema ya exist¨ªa y hac¨ªa m¨¢s f¨¢cil determinar los beneficiarios del subsidio. Adem¨¢s, el uso de las tarjetas inteligentes pre-pagadas, ha hecho m¨¢s eficiente monitorear el uso de los subsidios y evitar su abuso.
En efecto, los expertos destacan tres puntos importantes a tener en cuenta:
- Un sistema eficiente de selecci¨®n de beneficiarios como el SISBEN, para saber qui¨¦n deber¨ªa recibir el subsidio
- El uso de tecnolog¨ªas como las tarjetas pre-pagadas de Bogot¨¢; o nuevas tecnolog¨ªas como el uso de la huella dactilar junto a una tarjeta magn¨¦tica, usada en la ciudad de Aracaju, en Brasil. Esto permite evitar abusos o fraudes.
- Monitorear el impacto para la gente beneficiada.
¡°Los avances logrados en Bogot¨¢ son muy importantes y prometedores para crear una pol¨ªtica de subsidios para el transporte p¨²blico que realmente se dirija a los pobres¡±, dice Rodr¨ªguez.
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