Los ¨²ltimos due?os del narco en Colombia
Tres bandas criminales controlan el negocio de las drogas y la miner¨ªa ilegal del pa¨ªs
Hace solo un par de d¨ªas, el principal sindicato obrero del sector petrolero denunci¨® que al oriente de Colombia, donde se desarrolla una de las m¨¢s agresivas exploraciones en busca de crudo, llegaron las bandas criminales a prohibirles que se reunieran con la comunidad. D¨ªas antes, en Buenaventura, el principal puerto sobre el Pac¨ªfico, encontraron las partes de un cuerpo desmembrado, una pr¨¢ctica de estas bandas, formadas por antiguos paramilitares que se rearmaron y que se disputan entre s¨ª las rutas de droga y el control del microtr¨¢fico local.
No son hechos aislados. Hoy en d¨ªa, las bandas criminales o bacrim, como se les conoce en Colombia, son responsables de una buena parte de los homicidios, masacres, desplazamientos forzados, extorsiones y amenazas en el pa¨ªs. En Buenaventura se descubri¨® que tienen casas donde mutilan a sus v¨ªctimas. El miedo en este puerto es el com¨²n denominador y el culpable de que en 2013 huyeran m¨¢s de 13.000 personas, seg¨²n Human Rights Watch.
Aunque las autoridades aseguran que en Colombia solo quedan tres bandas criminales que en total agrupan a unos 4.000 hombres, el impacto humanitario que provocan sus violentas disputas por el control del narcotr¨¢fico, la miner¨ªa ilegal del oro, la extorsi¨®n, el contrabando y el microtr¨¢fico, son un problema de seguridad nacional.
En los ¨²ltimos a?os han capturado a miles de sus integrantes, incluidos sus m¨¢ximos jefes, pero lo que los analistas ven es que aunque hoy hay menos grupos, estos tienen m¨¢s hombres y hacen presencia en los mismos territorios que cuando surgieron en 2006, tras la desmovilizaci¨®n de los paramilitares. ¡°Es un espejismo. Antes eran 30 banditas desarticuladas y ahora son estructuras mucho m¨¢s fuertes. Que haya menos estructuras no significa que tengan menos poder¡±, dice Rodolfo Escobedo, experto en crimen organizado.
Las bandas criminales son responsables de una buena parte de los desplazamientos forzados, las masacres, extorsiones y amenazas que se dan en Colombia
Hace ocho a?os las autoridades reconocieron que hab¨ªa 33 de estas bandas al servicio de narcotraficantes que hoy se han reducido a tres, de las cuales Los Urabe?os (2.300 hombres) son el grupo m¨¢s poderoso, al mando de Dar¨ªo Antonio ?suga, conocido con el alias de Otoniel. Las otras dos son Los Rastrojos (1.200) y reductos del Ej¨¦rcito Revolucionario Popular Anticomunista de Colombia, Erpac (300).
Todas han sido golpeadas no solo por las autoridades sino tambi¨¦n por sus rivales. Sin embargo, lejos de debilitarse, se renuevan r¨¢pidamente. Esto ocurre no solo porque el negocio es muy lucrativo, sino tambi¨¦n por la forma en que se combate a estas organizaciones, cuyo ¨¦xito el gobierno mide por las capturas e incautaciones de droga. ¡°Pero al mirar la judicializaci¨®n de los integrantes de estas bandas se ve que no es tan efectiva. Se los acusa de delitos menores porque a¨²n se est¨¢ empezando a entender que forman parte de grandes estructuras de crimen organizado¡±, dice Carlos Prieto de la Fundaci¨®n Ideas para la Paz. A los problemas en la judicializaci¨®n se suma la corrupci¨®n. ¡°El narcotr¨¢fico es tan atractivo que su capacidad de corrupci¨®n es casi invencible¡±, a?ade Escobedo.
De las tres bandas que hoy act¨²an en Colombia, la de Los Urabe?os es la ¨²nica con alcance nacional. Los Rastrojos, por su parte, est¨¢n fraccionados y los del Erpac, aliados con Los Urabe?os.
A diferencia de los grandes capos como Pablo Escobar, a los jefes de estas bandas no les interesa tener un perfil alto. ¡°Est¨¢ el capo-capo, como Otoniel, que tiene los contactos internacionales; luego vienen los jefes de regiones, que se encargan de la distribuci¨®n, el embarque de la droga y otros negocios ilegales, y en la base est¨¢n las redes criminales, que las contratan para servicios puntuales¡±, explica Prieto. Sus tent¨¢culos tambi¨¦n trascienden las fronteras y tienen redes en Am¨¦rica Latina y Europa. Hace solo un mes, la polic¨ªa logr¨® desmantelar una oficina de cobro que ten¨ªan Los Urabe?os en Espa?a.
Colombia es reconocida a nivel internacional por su lucha contra el narcotr¨¢fico y los grupos armados ilegales, entre esos a la guerrilla de las FARC, que hoy controlan gran parte de los territorios con cultivos de coca. Sin embargo, el presidente Juan Manuel Santos ha dicho en medio de su campa?a por la reelecci¨®n, que si se firma un acuerdo de paz con esa guerrilla, esto le permitir¨ªa al Estado ¡°destinar m¨¢s hombres y recursos para combatir a las bacrim¡±.
La violencia que generan estas bandas es de tal magnitud que uno de los grandes temores que existen es que si las FARC dejan las armas, el reacomodamiento de las estructuras criminales, incluidos guerrilleros que no se desmovilicen, incrementar¨¢ la violencia. Ante esa probabilidad, analistas como Prieto creen que el Estado est¨¢ hoy m¨¢s preparado para afrontar ese tipo de fen¨®menos despu¨¦s de la experiencia con los paramilitares. ¡°Parte de la lecci¨®n est¨¢ en c¨®mo el Estado asume el reto de copar los espacios que dejen las FARC, si es que se llega al acuerdo de paz¡±.
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