El di¨¢logo tiene pendiente el desarme de las FARC y el trato a las v¨ªctimas
Los negociadores han logrado acuerdos parciales sobre narco y desarrollo rural
Juan Manuel Santos ha recibido con su reelecci¨®n un mandato para finalizar las negociaciones de paz ya abiertas con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y ahora, con el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional (ELN), la otra milicia colombiana. El presidente sell¨® en la noche del domingo su compromiso de sacar adelante las negociaciones, que comenzaron hace 18 meses en La Habana y que han avanzado en tres de los cinco puntos planteados.
Los esfuerzos que hizo Santos en las ¨²ltimas semanas para movilizar a unos colombianos hasta ahora esc¨¦pticos frente al ¨¦xito que pueda tener el di¨¢logo con la guerrilla m¨¢s antigua del continente dieron resultado, aunque con un margen muy estrecho sobre aquellos que como el uribismo piensan que su modelo de negociaci¨®n es "una paz con impunidad". Los cerca de siete millones que votaron por ?scar Iv¨¢n Zuluaga, lo hicieron por una "paz con condiciones".
Aun as¨ª, para el analista Camilo Echand¨ªa, profesor de la Universidad Externado, los resultados fueron un refrendo a la paz. "La campa?a uribista dijo muchas cosas que no son ciertas y una vez la negociaci¨®n [con las FARC] est¨¦ lista, la opini¨®n de los colombianos va a tener una base real para votar a favor o en contra, y es ah¨ª cuando se va a dar cuenta que no se le est¨¢ entregando el pa¨ªs a las FARC", afirma. En esto coincide Alejo Vargas, director del Centro de Pensamiento y de Seguimiento al conflicto de la Universidad Nacional, para quien muchos de los que votaron por Zuluaga lo hicieron sobre ideas equivocadas. Sin embargo, el analista recomend¨® a Santos tener un acercamiento con Zuluaga, pero sobre todo, hacer un trabajo de pedagog¨ªa que le explique a los colombianos lo que sucede en la mesa. "Debemos ponernos de acuerdo porque la paz tiene que ser algo que nos convoque a todos, no puede ser una paz impuesta", dijo, sin ignorar que hay un amplio rechazo a las FARC. "Ese es parte del desaf¨ªo que tiene Santos por delante".
En la ¨²ltima semana de campa?a antes de la segunda vuelta, Santos tuvo a su favor dos noticias de gran impacto. Primero el anuncio de que las v¨ªctimas podr¨¢n participar en la mesa de negociaci¨®n, lo que incluy¨® el reconocimiento de las FARC, por primera vez, sobre su responsabilidad frente a sus v¨ªctimas. El otro anuncio es el comienzo de conversaciones con el ELN.
Estos hechos fortalecieron a Santos en su campa?a por mostrarse como el candidato que estaba m¨¢s cerca de lograr el fin del conflicto, a pesar de que para buena parte de los colombianos las negociaciones con las FARC se han tornado lentas y se oponen a que una vez dejen las armas participen en pol¨ªtica sin responder por sus cr¨ªmenes, algo por definir en la mesa de negociaciones. "Lo que debe tratar la mesa de ahora en adelante es de ponerle el acelerador. Lo que viene es muy dif¨ªcil, pero es la menor parte", dice Vargas en alusi¨®n a que hay acuerdos parciales en tres de los cinco puntos de la agenda. Solo faltan el trato a las v¨ªctimas (el conflicto se ha cobrado 220.000 muertos) y c¨®mo se desmovilizar¨¢n las FARC. Hasta ahora ha habido acuerdos parciales en desarrollo agrario, participaci¨®n pol¨ªtica y narcotr¨¢fico.
Santos tambi¨¦n es consciente de que muchos de sus opositores le apoyaron para dar un espaldarazo a la paz. "La votaci¨®n que obtuvo est¨¢ amarrada a muchos de sus opositores, lo que muestra que ese mandato por la paz es condicionado y parcial", dice Sergio Guar¨ªn, de la Fundaci¨®n Ideas para la Paz.
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