La venganza del Comandante Cero
El nicarag¨¹ense Ed¨¦n Pastora revela detalles in¨¦ditos sobre el asesinato de su padre
La historia de Am¨¦rica Central abarca episodios tan terribles como el inducido por la viuda del nicarag¨¹ense P¨¢nfilo Pastora, que persigui¨® a los asesinos de su esposo durante diez a?os, sin piedad ni descanso, hasta el d¨ªa en que los sicarios pagados para hacer justicia le entregaron la ¨²ltima cabeza. Elsi G¨®mez, no volvi¨® a ir a misa, ni a comulgar, ni a confesarse, pero muri¨® apaciblemente, convencida de que Dios hab¨ªa entendido su venganza. ¡°Mi mam¨¢ era arrecha, cosa seria. De esa leche mam¨¦ yo¡±, se enorgullece en Madrid Ed¨¦n Pastora, conocido como Comandante Cero desde que el 22 de agosto de 1978 asaltara el Palacio Nacional de Managua, tomando a m¨¢s de 2000 rehenes, entre ellos a todos los diputados, ¡°un atajo de cerdos que le hac¨ªan el juego a la sucesi¨®n din¨¢stica. Por eso se le llam¨® ¡®operaci¨®n chanchera¡¯ (cochiquera). Un a?o despu¨¦s ca¨ªa el tirano Anastasio Somoza.
Las generaciones de las nuevas tecnolog¨ªas apenas saben de las aventuras y desventuras de este hombre de 78 a?os, que cumple el sue?o de cuatro decenios para el gobierno de Nicaragua: limpiar el delta del r¨ªo San Juan, fronterizo con Costa Rica, para hacerlo navegable e incorporarlo a la soberan¨ªa nacional. Costa Rica ha protestado la draga y en ¨²ltima instancia decidir¨¢ el Tribunal Internacional de la Haya. De paso por Espa?a en gesti¨®n empresarial, el ex guerrillero, que se dice socialdem¨®crata, desvela detalles in¨¦ditos sobre un hecho cardinal en su vida: la muerte de su padre a manos del general Camilo Gonz¨¢lez, jefe de estado mayor del Ej¨¦rcito de Anastasio Somoza Garc¨ªa (1895-1956), para arrebatarle la finca familiar.
Aquel gorila somocista, tenido como uno de los homicidas del h¨¦roe nacional Augusto C¨¦sar Sandino (1894-1935), se mov¨ªa por Nicaragua con un malet¨ªn de dinero y una metralleta Thompson: compraba propiedades ganaderas por cuatro perras y asesinaba a los campesinos que le rechazaban. P¨¢nfilo Pastora fue uno de ellos. Ed¨¦n ten¨ªa ocho a?os cuando lo mataron ¡°Mis hermanos varones dejaron a mi madre toda la responsabilidad. Lamento haber tenido ocho a?os. Si llego a tener 15, no queda ni el gato en casa de los asesinos, que estaban caradamente identificados. ¡±. Una partida de pistoleros fue tras ellos. A los 30 d¨ªas, la viuda mand¨® matar al primero, al a?o, al segundo y a los diez a?os, al tercero. ¡°S¨ª, porque cuando mand¨® a quebrarse al primero y al segundo, el tercero se perdi¨®. Mi madre, lo busc¨® y lo busc¨®; pagaba y pagaba para que le dieran informaci¨®n de d¨®nde estaba, hasta que lleg¨® un campesino y le dijo ¡°Ah¨ª est¨¢. Antenor S¨¢nchez acaba de llegar al valle. Cuando mi madre lo supo, a los treinta d¨ªas ya le hab¨ªan puesto 42 machetazos. los dos ¨²ltimos en el cuello para llevarse la cabeza¡±.
Un so?ador con visos de loco
P. Muchos j¨®venes no saben quien es Ed¨¦n Pastora, ni el Comandante Cero.
R. Es un luchador social que se vio obligado a entrar en la pol¨ªtica armada en la Nicaragua de mi juventud porque Somoza no nos dej¨® otro camino que el espantoso camino de la guerra. Era de la ¨²nica forma que pod¨ªamos luchar socialmente en beneficio del pueblo con la esperanza de tomar el poder y hacer una revoluci¨®n en libertad y democracia. Soy un so?ador, un rom¨¢ntico, un idealista, a veces con visos de loco y aventurero porque lo revolucionarios necesitamos de toda esas cosas. Si fu¨¦ramos cuerdos el cien por ciento no har¨ªamos esas cosas.
P. ?Cuando se sabr¨¢ toda la verdad sobre la revoluci¨®n sandinista?
R. La historia de la revoluci¨®n bolchevique se ha escrito cinco veces falsa. Hasta que desaparecieron todos los actores pol¨ªticos no pudo escribirse la verdadera. Hasta que no hayamos muertos todos nosotros no se sabr¨¢ la historia verdadera de Nicaragua
P. ?Eso quiere decir que tiene papeles escritos que no se conocen?
- S¨ª.
P. ?Saldr¨¢n al a luz?
R. Van a salir, pero vete saber cuando. Hay cuatro cajones de cart¨®n llenos de papeles Yo le digo a mi mujer: "Yolanda, eso es lo ¨²nico que te dejo. V¨¦ndelo, pedacito, a pedacito. Ah¨ª hay sapos, culebras y tiburones. Cuento tambi¨¦n c¨®mo fue que mi madre hizo justicia.
Como el Comandante Cero heredo el brav¨ªo temperamento materno, se sublev¨® a tiros contra Somoza para hacer posible una revoluci¨®n libre y democr¨¢tica en la Nicaragua de los muertos de hambre. Pero el Frente Sandinista de Liberaci¨®n Nacional (FSLN) condujo la revoluci¨®n hacia el marxismo leninismo, hacia la dictadura, seg¨²n la denuncia de Pastora, y, en 1981, renunci¨® a sus cargos oficiales. Volvi¨® a la guerrilla armada contra la direcci¨®n sandinista, conspir¨® con la CIA y, cosas de la vida y de la pol¨ªtica, se amig¨® con Ortega hacia 2007. Ahora es su delegado en la draga nacionalista.
Ed¨¦n Pastora Niega que haya engendrado 19 hijos. ¡°Son 21 y todos tienen mi apellido, me respetan y me quieren. Ha habido tiempo para la guerra y para el amor¡±. El miliciano tuvo tiempo durante sus a?os de exilio, trincheras y bombas, y tambi¨¦n cuando le invad¨ªa la tristeza, porque Pastora ha matado mucho y le han querido matar, pero uno puede morirse riendo y sufrir como un perro cundo se pierde la familia por los principios, seg¨²n recuerda en una conversaci¨®n madrile?a distendida, tangencialmente pol¨ªtica, divertida cuando recuerda su reuni¨®n con el ex presidente costarricense Jos¨¦ Figueres (1906-1990) para pedirle armas
¡°Me dio unas cuantas granadas de mano y me dijo: ¡°Yo no las necesito pero como ustedes todav¨ªa andan mat¨¢ndose¡¡± Una de ellas la lanz¨® Pastora contra los seis soldados que le salieron al paso durante la toma del Palacio Nacional. ¡°Solt¨¦ la anilla y la lanc¨¦. Esperaba que hubiera explotado al contar siete, como me dijeron pero nada. Cont¨¦ hasta 21 y nada. Los soldados se hab¨ªan refugiado detr¨¢s de unas columnas, pero volvieron al ver que no estallaba. De repente explot¨® y cayeron los seis. Resulta que las granadas de don Pepe Figueres ten¨ªan la mecha fr¨ªa y tardaron en activarse¡±.
El recuento de las ¡¯travesuras¡¯ de Ed¨¦n Pastora ser¨ªa enciclop¨¦dico y obligar¨ªa a una inmersi¨®n en las selvas y conspiraciones centroamericanas, en sus pesquer¨ªas de tibur¨®n, en sus quimeras y tragedias; tambi¨¦n, en las recurrentes ruinas econ¨®micas de un hombre que vendi¨® su le¨®n vegetariano y el anillo de oro regalado por el caudillo paname?o Omar Torrijos (1929-1981). La fiera y su due?o eran herb¨ªvoros a fuerza. ¡°El hideputa me ped¨ªa carne cuando ni yo la com¨ªa¡±. Hay que avanzar a saltos sobre el macondiano comandante para llegar a junio del 2014 y encontrarle al frente de una flotilla de dragas en el r¨ªo San Juan, desatascando su desembocadura al mar Caribe, tamponada por la Espa?a colonial para impedir la entrada de corsarios. ¡°Le dije a Daniel (Ortega) que esas tierras del r¨ªo son Nicaragua y estaban olvidadas de Dios y de los hombres. Ahora, hacemos soberan¨ªa todos los d¨ªas. Cada gramo de arena que sacamos del r¨ªo es soberan¨ªa¡±.
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