Un esc¨¢ndalo de escuchas a pol¨ªticos sacude Polonia
El primer ministro insin¨²a que Rusia est¨¢ detr¨¢s del plan por el apoyo de Varsovia a Kiev
El oscuro esc¨¢ndalo de escuchas que sacude desde la semana pasada a la clase pol¨ªtica polaca amenaza no solo con tumbar el Gobierno liberal-conservador de Donald Tusk, sino tambi¨¦n con enturbiar las relaciones de Varsovia con pa¨ªses vecinos y aliados. Coincidiendo con la visita de Mariano Rajoy a Gdansk, la ciudad donde naci¨® el sindicato Solidaridad de Lech Walesa, el primer ministro polaco aprovech¨® la comparecencia conjunta tras la cumbre bilateral para denunciar en tono muy grave un enorme complot ¡°para desestabilizar Polonia, el Gobierno y el partido que apoya al Gobierno¡±.
Tusk, que cancel¨® la habitual rueda de prensa conjunta precisamente para evitar las preguntas de la prensa local, hizo una larga declaraci¨®n para salir al paso de la publicaci¨®n de conversaciones privadas de varios ministros y empresarios sobre asuntos clave del pa¨ªs, como la relaci¨®n con EE UU o las negociaciones en Bruselas. Tusk se defendi¨® atacando a quien le pide dimisiones y dej¨® caer que detr¨¢s de esta operaci¨®n podr¨ªa estar incluso Rusia, contrariada por la actitud dura ante Mosc¨² que ha adoptado Varsovia. Tusk no lleg¨® a citar a los rusos, pero la acusaci¨®n se deduc¨ªa de sus palabras.
¡°Este esc¨¢ndalo de escuchas provoca una crisis pol¨ªtica desconocida. No tengo ninguna duda de que el responsable es un grupo delincuente organizado. No lo hicieron movidos por el inter¨¦s p¨²blico. El ¨²nico resultado es desestabilizar el estado polaco en un momento muy delicado, cuando la posici¨®n fuerte de Polonia tiene mucha importancia en las decisiones que tome la Uni¨®n Europea sobre Ucrania¡±, insisti¨® ante un Rajoy at¨®nito. ¡°Las escuchas no est¨¢n pensadas para causar la dimisi¨®n de uno u otro ministro, sino para paralizar el Gobierno entero. Los pol¨ªticos que est¨¢n satisfechos tienen una visi¨®n muy corta¡±, a?adi¨®, en una clara referencia a la oposici¨®n.
La declaraci¨®n era de tal gravedad que Rajoy se vio obligado a intervenir. ¡°Yo no iba a hablar de este tema, pero voy a hacerlo ante lo que he escuchado. Me solidarizo con todas las personas que han sido objeto de grabaciones ilegales y quieren defender un derecho fundamental, que es de la privacidad de las comunicaciones. Quiero desearte suerte a ti y a tu Gobierno¡±, dijo mirando a Tusk.
Las revelaciones hechas por la revista Wprost han dejado perplejo al pa¨ªs durante las ¨²ltimas dos semanas. El esc¨¢ndalo tiene una doble vertiente. Por una parte, la publicaci¨®n de las escuchas deja en una situaci¨®n muy dif¨ªcil a dirigentes tan importantes como los ministros de Interior y Exteriores o el gobernador del Banco Central. Pero al margen de que las escuchas puedan precipitar la convocatoria de elecciones, como reconoci¨® el propio Tusk la semana pasada, la pregunta que todo el mundo se hace es qui¨¦n orden¨® poner los micr¨®fonos. Las elucubraciones van desde grupos empresariales afines a la oposici¨®n hasta rivales pol¨ªticos de Tusk pasando por el Kremlin.
El esc¨¢ndalo tiene varios episodios. El primero lleg¨® cuando la revista revel¨® la conversaci¨®n en la que alguien que parece ser el ministro del Interior, Bartlomiej Sienkiewicz, ped¨ªa al gobernador del banco central, Marek Belka, medidas para impulsar la econom¨ªa con el objetivo nada oculto de ganar las elecciones de 2015. ¡°Mi condici¨®n, disculpen, es el cese del ministro de Finanzas¡±, dec¨ªa en la cinta Belka. La destituci¨®n del titular de Finanzas a los cuatro meses parece confirmar un acuerdo que dejar¨ªa en entredicho la independencia del banco central.
Una semana m¨¢s tarde lleg¨® otro golpe a la credibilidad del Ejecutivo Tusk. El ministro de Asuntos Exteriores, Radoslaw Sikorski, que suena como candidato para sustituir a Catherine Ashton al frente de la diplomacia europea, se ha complicado su futuro y el de su Gobierno despu¨¦s de que se conocieran sus declaraciones. ¡°La alianza entre Estados Unidos y Polonia no vale nada aunque algunos pardillos crean que es fant¨¢stica¡±, dec¨ªa en las escuchas hechas p¨²blicas el fin de semana. Sikorski us¨® su cuenta de Twitter para negar la autenticidad de estas palabras, pero el da?o pol¨ªtico ya estaba hecho.
El esc¨¢ndalo tiene a¨²n m¨¢s flecos, como la redada que la polic¨ªa efectu¨® en la redacci¨®n de la revista Wprost, que puede acabar con la carrera del fiscal general. Son muchos los que reclaman su dimisi¨®n por una actuaci¨®n policial que pone en duda la libertad de prensa en un pa¨ªs que este mes celebr¨® el 25 aniversario de sus primeras elecciones libres.
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