El asesinato de una l¨ªder de la revoluci¨®n empa?a las elecciones en Libia
La violencia campa en Bengasi y solo 630.000 personas votaron en las elecciones del mi¨¦rcoles
Era muy dif¨ªcil y se est¨¢ demostrando casi imposible. Las autoridades locales, los vecinos de otros pa¨ªses del inestable Magreb, la comunidad internacional, mediadores y observadores, estaban muy esperanzados en que las elecciones legislativas del mi¨¦rcoles en Libia, las segundas tras la ca¨ªda del dictador Muamar el Gadafi, provocaran un primer paso hacia alguna estabilidad en el pa¨ªs. Pero la violencia est¨¢ muy descontrolada, sobre todo en la zona de Bengasi, la segunda ciudad, en permanente disputa entre las guerrillas yihadistas, otros grupos terroristas y ahora el cerco militar del general golpista Jalifa Hifter. El mi¨¦rcoles, tras ir a votar, unos pistoleros asesinaron en su casa de Bengasi a la activista Salwa Bughagis, feminista y una de los l¨ªderes de la revoluci¨®n que derroc¨® en 2011 a Gadafi.
La noticia del asesinato de Bughagis provoc¨® una gran conmoci¨®n. La activista y abogada era muy respetada no solo en Bengasi, donde viv¨ªa, tambi¨¦n en el resto del pa¨ªs, y adem¨¢s era muy conocida y valorada en las m¨¢s relevantes organizaciones internacionales de lucha por los derechos humanos. En 2011 fue una de las cabecillas del movimiento que tumb¨® el anterior r¨¦gimen.
El mismo mi¨¦rcoles, por la ma?ana, acudi¨® a votar a las segundas legislativas, anim¨® a la participaci¨®n y volc¨® esas ¨²ltimas fotos en su p¨¢gina de Facebook. Por la tarde regres¨® a su casa, en el distrito de Hawari, y all¨ª esper¨® viendo la televisi¨®n con su familia el transcurrir de una jornada electoral que se anhelaba hist¨®rica para la estabilidad de su naci¨®n, muy convulsionada desde hace meses tanto en el aspecto pol¨ªtico como de la violencia. Econ¨®micamente Libia ha dejado de producir 1,5 millones de barriles de petr¨®leo al d¨ªa y apenas llega ahora a los 200.000, con muchos de sus principales puertos bloqueados por milicianos armados y fuera de control.
Seg¨²n distintas fuentes y agencias internacionales, cinco pistoleros encapuchados y vestidos con uniformes militares llegaron a su casa, la barrieron a tiros y acabaron con su vida. Bughagis fue trasladada al Benghazi Medical Centre y muri¨® poco despu¨¦s de ingresar. En su casa hab¨ªa destinado un vigilante al que los agresores tambi¨¦n dispararon, aunque su estado es estable. Del que no se sabe nada es de su marido, Essam Al-Ghariani, que estaba con ella en ese momento y que ahora est¨¢ desaparecido. Se sospecha que haya sido secuestrado.
Tanto Bughagis como su hermana Iman formaron parte del Consejo Nacional de Transici¨®n, que medi¨® tras la ca¨ªda de Gadafi, y ahora estaban involucradas en los acuerdos entre distintos partidos y asociaciones para favorecer un di¨¢logo que sacara al pa¨ªs del marasmo en el que est¨¢ enredado hace meses. Su apoyo radical a los derechos de las mujeres, adem¨¢s, le granje¨® tambi¨¦n enemigos entre los grupos yihadistas, entre los Hermanos Musulmanes y entre otras facciones violentas. Hab¨ªa recibido amenazas de muerte y a primeros de a?o abandon¨® Libia con su familia y hab¨ªa vuelto ahora para votar. Nadie ha asumido el atentado.
El asesinato de Bughagis en Bengasi ocurri¨® al final de la jornada electoral, y tras un ataque violento en este caso entre un grupo terrorista islamista y una cuadrilla de militares. Se estima que murieron siete soldados y otros 50 resultaron heridos. Bengasi es el centro de operaciones contra el que se est¨¢ volcando el general renegado Hifter, que ha intentado varios golpes en los ¨²ltimos meses y que pretende acabar por su cuenta contra la alianza que observa entre el terrorismo yihadista, la Hermandad islamista y algunos sospechosos apoyos externos. Hifter dispone de respaldos dentro del Ej¨¦rcito libio, especialmente en Bengasi y entre las fuerzas a¨¦reas.
En el resto del pa¨ªs, y en general, las elecciones hab¨ªan transcurrido con bastante normalidad y sin apenas incidentes, excepto en la ciudad de Derna (al este) y en alg¨²n otro n¨²cleo aislado donde los colegios electorales tardaron m¨¢s tiempo en poder abrir. En la capital, Tr¨ªpoli, mucha gente aprovech¨® el buen tiempo para acudir a la playa.
La primera rueda de prensa oficial de los responsables del Ministerio del Interior sirvi¨® para constatar que la afluencia de votantes hab¨ªa sido bastante escasa. Acudieron a las urnas apenas 630.000 libios de los 1,5 millones que se hab¨ªan inscrito sobre los 3,5 millones que ten¨ªan la posibilidad de votar. En las elecciones de 2012 se registraron 2,7 millones.
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