Obama, el m¨¢s europeo
Sus cr¨ªticos le dibujan como un presidente preocupado por las cuestiones sociales
Comparado con sus predecesores, Obama estaba destinado a ser el presidente menos europeo de todos. Europa fue siempre la referencia de los varones blancos que llegaron a la Casa Blanca. Pero Obama iba a ser diferente. Como cuenta en sus dos libros biogr¨¢ficos, las referencias vitales de su infancia est¨¢n dispersas entre las calles de Yakarta y un colegio en Haw¨¢i donde hab¨ªa una mezcolanza de etnias y culturas. Con un padre keniata y una madre antrop¨®loga que le transmiti¨® una mirada muy amplia sobre las religiones y culturas, era dif¨ªcil que Obama se sintiera muy de alg¨²n sitio. Si acaso, sus otras experiencias vitales m¨¢s intensas, sobre todo las vividas como voluntario en los barrios deprimidos de Chicago, junto con el impacto que la familia de su mujer, Michelle, tuvo en ¨¦l, decantaron su identificaci¨®n del lado afroamericano, asumiendo como propio el relato de la larga lucha desde la esclavitud hasta los derechos civiles de esa comunidad.
De su primera visita a Europa en abril de 2009 no ha quedado nada, apenas un discurso en Praga proponiendo una reducci¨®n sustancial de las armas nucleares. Y del resto de sus viajes a Europa tampoco se puede decir mucho: la incapacidad de los europeos para ponerse de acuerdo sobre la crisis del euro y la pol¨ªtica exterior han sido una fuente de irritaci¨®n que Obama nunca ha disimulado. Incluso se ha permitido ironizar en p¨²blico sobre la complejidad institucional de la Uni¨®n Europea: cuando recientemente David Cameron se trastabill¨® al referirse al Presidente del Consejo y de la Comisi¨®n Europea, a Obama le falt¨® tiempo para afirmar: ¡°Llevo a?os viniendo por aqu¨ª y tampoco entiendo muy bien cu¨¢l es la diferencia entre los dos¡±.
Pero, iron¨ªas de la historia, las cr¨ªticas que recibe Obama le dibujan como un presidente t¨ªpicamente europeo, es decir, preocupado s¨®lo por las cuestiones sociales y reticente a asumir ning¨²n compromiso exterior. Y no les falta raz¨®n. Obama ha consumido casi todo su capital pol¨ªtico en una reforma sanitaria Obacamare que pone fin a una incre¨ªble anomal¨ªa: que la ciudadan¨ªa del pa¨ªs m¨¢s poderoso del mundo careciera de una cobertura sanitaria universal. Y si le dejaran, seguir¨ªa por las escuelas, el medio ambiente y la inmigraci¨®n.
El resto lo ha dedicado a poner fin a los dos compromisos militares heredados (Afganist¨¢n e Irak) y a evitar dejarse arrastrar a otros conflictos que han ido apareciendo. Aunque criticado por su discurso del Nobel de la Paz, en el que aceptaba el uso de la fuerza como un instrumento leg¨ªtimo en las relaciones internacionales, se ha negado a bombardear Ir¨¢n, como le ha pedido Israel; adopt¨® un papel secundario en Libia, ha rechazado intervenir en Siria, y se lo est¨¢ pensando en Asia, Ucrania y, nuevamente, Irak. ?No es eso un presidente europeo? ?Incluso m¨¢s europeo que los europeos?
S¨ªgueme en @jitorreblanca y en el blog Caf¨¦ Steiner de elpais.com
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.