Los l¨ªderes europeos respaldan a Juncker y dan la espalda a Cameron
El 'premier' no consigue bloquear la candidatura del luxemburgu¨¦s a presidir la Comisi¨®n
En Flandes Occidental murieron hace 100 a?os unos 50.000 soldados brit¨¢nicos y de la Commonwealth: Ypres, cerca de la frontera belga con Francia, es uno de los grandes s¨ªmbolos de la resistencia contra los alemanes en la I Guerra Mundial, uno de esos cap¨ªtulos por los que los l¨ªderes decidieron construir la Uni¨®n Europea. Ese fue anoche el escenario del pr¨®logo de la sensacional bronca que se espera para hoy en torno a las figuras de Jean-Claude Juncker, claro favorito a la presidencia de la Comisi¨®n Europea, y su antagonista, David Cameron. El primer ministro brit¨¢nico ha conseguido quedarse perfectamente aislado del resto de la UE por su feroz oposici¨®n a Juncker. En medio de esa pelea, los l¨ªderes de los Veintiocho no sacaron los cuchillos ayer, quiz¨¢ por el peso de la historia en Ypres, pero lo har¨¢n hoy en Bruselas tras dos meses muy tensos. Aunque puede haber sorpresas de ¨²ltima hora: al filo de la medianoche, el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, convoc¨® de urgencia a los embajadores, en una maniobra que podr¨ªa estar encaminada a ofrecer alguna concesi¨®n a Londres para evitar un ruptura, seg¨²n las fuentes consultadas.
Espa?a pide apoyo en las fronteras
El Gobierno espa?ol ha hecho llegar en los ¨²ltimos d¨ªas un listado de prioridades en materia de seguridad, justicia e inmigraci¨®n para tratar de acomodar sus intereses a la agenda comunitaria de los cinco pr¨®ximos a?os. El documento, al que ha tenido acceso EL PA?S, exige a las altas esferas europeas apoyo econ¨®mico a los pa¨ªses que, como Espa?a, asumen el control de la frontera exterior sur de la Uni¨®n Europea, y urge al Ejecutivo comunitario a presentar una propuesta de directiva de retenci¨®n de datos que sustituya a la recientemente anulada en abril por el Tribunal de Luxemburgo. El env¨ªo de peticiones a Bruselas es una pr¨¢ctica habitual entre los Gobiernos europeos en los momentos previos a la constituci¨®n de la arquitectura europea para el pr¨®ximo quinquenio.
En lo referente a inmigraci¨®n, el Gobierno exige a Bruselas mayor solidaridad ¡°pol¨ªtica, legislativa y financiera¡± con los pa¨ªses del sur ¡°que est¨¢n asumiendo el control de las fronteras¡± y pide que se dote a Frontex (la agencia europea que gestiona la cooperaci¨®n fronteriza) de los recursos adecuados y que se le asignen ¡°nuevas funciones complementarias¡±. La petici¨®n de m¨¢s ayuda para el control de la inmigraci¨®n irregular ha sido una constante durante el tramo final del mandato 2009-2014, que se ha saldado con varios choques entre el Ejecutivo espa?ol y sus hom¨®logos europeos. En uno de los m¨¢s sonados, la comisaria Cecilia Malmstr?m acus¨® a la Guardia Civil de provocar indirectamente la muerte de 15 inmigrantes al crear una situaci¨®n de ¡°p¨¢nico¡±.
Adem¨¢s, Espa?a pide a Europa que ¡°impulse¡± la realizaci¨®n de m¨¢s informes sobre corrupci¨®n con participaci¨®n de los Estados miembros.
Es dif¨ªcil ver un final feliz despu¨¦s de tanto jaleo. Juncker gan¨® las elecciones europeas y es claro favorito al cargo m¨¢s apetitoso de Bruselas, a pesar de los dos ¨²ltimos meses de amenazas e incluso golpes bajos por parte de Downing Street. Cameron, que no quiere ver ni en pintura el europe¨ªsmo federalista de Juncker, tiene as¨ª enormes posibilidades de volver a Londres humillado y con una endiablada agenda que incluye el refer¨¦ndum escoc¨¦s en septiembre, la consulta sobre la pertenencia brit¨¢nica a la UE en 2017 y una avalancha de cr¨ªticas por sus errores de c¨¢lculo. Lo parad¨®jico es que el divorcio de la UE le puede dar cierto r¨¦dito pol¨ªtico en casa, incluso en el ala m¨¢s a la derecha de su propio partido, ante la marea eur¨®foba de las ¨²ltimas elecciones a la Euroc¨¢mara.
Tras la ceremonia de recuerdo a los ca¨ªdos, los l¨ªderes se reunieron para una cena protocolaria, muy r¨¢pida, en un ambiente fr¨ªo y en la que no hubo ning¨²n debate. Nadie quer¨ªa empezar a disparar ah¨ª. Van Rompuy present¨® a los l¨ªderes de los Veintiocho (con la sonora excepci¨®n del espa?ol Mariano Rajoy, que prefiri¨® asistir a la cumbre africana de Malabo) las l¨ªneas maestras de la agenda de la Uni¨®n para los pr¨®ximos a?os. Pero cedi¨® a las presiones de Londres ¡ªCameron argumenta que la agenda est¨¢ indisociablemente unida a la elecci¨®n del presidente de la Comisi¨®n¡ª y prefiri¨® que el plan no se votara. Consigui¨® as¨ª dejar para hoy, ya en Bruselas, el ruido de sables alrededor de Juncker.
Esa agenda debe funcionar como una especie de br¨²jula para la futura Comisi¨®n, y de paso est¨¢ pensada para tender puentes hacia Londres: Cameron desea una mayor dureza en las pol¨ªticas de inmigraci¨®n y concesiones para reforzar el mercado interior y liberalizar los servicios en la UE. Y ya ha conseguido parte de lo que se propon¨ªa: devolver competencias a las capitales. ¡°La Uni¨®n deber¨ªa abstenerse de actuar cuando los Estados miembros puedan alcanzar mejor los mismos objetivos¡±, dice el texto redactado por el equipo de Van Rompuy. Ese texto, sin embargo, pod¨ªa sufrir a¨²n en la madrugada de ayer varios retoques finales, a modo de ¨²ltima bala ¡°para tratar de buscar una salida digna al Reino Unido¡±, seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas.
¡°La elecci¨®n de Juncker ser¨¢ mala para Europa¡±, repiti¨® Cameron incluso minutos antes de la cumbre. Pero todo parece atado y bien atado desde que la canciller Merkel le dio la espalda y concedi¨® su apoyo, siempre a rega?adientes, al luxemburgu¨¦s. La prueba del aislamiento del Reino Unido la dieron dos de sus aliados el mi¨¦rcoles: Holanda y Suecia respaldan p¨²blicamente a Juncker. Y el c¨ªrculo se cierra con Italia: a cambio de su apoyo, el socialdem¨®crata Matteo Renzi hab¨ªa exigido una flexibilizaci¨®n de las reglas fiscales. Esa suavizaci¨®n, aceptada por Alemania siempre que no se toque ni una sola coma de los tratados, ya aparece negro sobre blanco en el borrador de conclusiones de la cumbre.
Ese es un giro fundamental en la gesti¨®n de la UE, que busca salir de una crisis econ¨®mica, pero no puede evitar meterse en una profunda crisis institucional. Se cumple as¨ª un viejo adagio europeo: los problemas no se resuelven; simplemente son desplazados por otros problemas. Al cabo, todas las grandes crisis acaban teniendo graves sacudidas pol¨ªticas: est¨¢ por ver si esta vez la secuela es una fractura en las relaciones entre Londres y Bruselas, fuertes pero no profundas, e influidas ¨²ltimamente por las informaciones de una prensa brit¨¢nica cada vez m¨¢s refractaria a la UE.
Los predecesores de Cameron lograron en el pasado imponer una Europa inglesa ¡ªgrande, flexible, librecambista, abierta¡ª y tejer y destejer alianzas para boicotear candidaturas como las de Jean Luc Dehaene (democristiano del Benelux) y Guy Verhofstadt (liberal del Benelux) a la Comisi¨®n. Pero esta vez parecen incapaces de vetar a Juncker (socialcristiano del Benelux) y llevan tiempo sin poder frenar iniciativas poco favorables a sus intereses. Las cosas han cambiado en Europa, necesitada de activismo contra la crisis. Y eso dificulta el tradicional vetismo brit¨¢nico, como se vio a finales de 2011, cuando Cameron fue incapaz de boicotear las nuevas reglas fiscales.
En aquel caso la Uni¨®n le esquiv¨® con una argucia legal. Pero esta vez el rev¨¦s es m¨¢s impactante: Cameron ha buscado a sus tradicionales aliados, pero se ha ido quedando solo, con el ¨²nico apoyo de la ultraderecha h¨²ngara. Van Rompuy persegu¨ªa anoche un ¨²ltimo intento para evitar una fractura a la vista de que Juncker ¡°cuenta con una ampl¨ªsima mayor¨ªa¡±, seg¨²n fuentes consultadas en el Consejo, la Comisi¨®n y en media docena de delegaciones.
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