Arturo: ?el primero de una nueva generaci¨®n de huracanes?
El aumento del nivel del mar por el calentamiento global, obliga a los pa¨ªses del Caribe a prepararse mejor para hacerle frente a estos fen¨®menos
En cuesti¨®n de d¨ªas, la costa Este de los Estados Unidos sufrir¨¢ los embates de Arturo, la primera tormenta tropical de 2014. Con vientos de hasta 100 kil¨®metros por hora con un recorrido previsto desde Florida hasta Massachusetts, el fen¨®meno es parte de una nueva generaci¨®n de huracanes que se alimenta y desplaza en oc¨¦anos cuyo nivel ha subido 3,2 mm por a?o en los ¨²ltimos 20 a?os (el doble que en los 80 a?os anteriores).
Cuando concluya su recorrido, hacia finales de esta semana, Arturo, y los da?os que deje a su paso, se sumar¨¢n a otros nombres y cifras que han quedado registrados en la historia de los desastres naturales de los ¨²ltimos 20 a?os: da?os por 212.000 millones de d¨®lares, casi el doble del PIB de todos los pa¨ªses caribe?os, por ejemplo.
Y si bien los meteor¨®logos prev¨¦n una temporada de huracanes menos activa que en el pasado, lo cierto es que ¨¦stos provocan sus mayores impactos en las peque?as islas del Caribe, una regi¨®n desproporcionalmente afectada ya por inundaciones y terremotos.
Para esta parte del mundo donde siete de cada 10 personas viven cerca de la costa ¡ªy con casi todas de sus ciudades m¨¢s importantes a menos de 1,5 kil¨®metros del mar¡ª, es imperativa una respuesta regional para protegerse frente esta amenaza.
A ese panorama se a?ade la alta vulnerabilidad de las islas a los efectos de cambio clim¨¢tico. Todav¨ªa no se sabe definitivamente cu¨¢l ser¨¢ el resultado del aumento en la temperatura promedio mundial en el ciclo de tormentas, pero los expertos s¨ª est¨¢n de acuerdo de que el Caribe se llevar¨¢ la peor parte.
¡°Es un ¨¢rea gris, todav¨ªa no hay evidencia del incremento en intensidad o el n¨²mero de tormentas,¡± explica Jerry Meier, un experto en cambio clim¨¢tico. ¡°Pero lo que es indiscutible es que el nivel del mar aumenta¡±.
Aunque de momento es imposible evitar que los huracanes toquen tierra en el Caribe, s¨ª se pueden tomar algunas medidas para impedir que el fen¨®meno se convierta en una cat¨¢strofe una vez que llega a las costas. O al menos para disminuir su impacto.
En el Caribe, siete de cada 10 personas viven cerca de la costa.?
¡°Cada pa¨ªs puede reducir su vulnerabilidad,¡± destaca Remi Trier, especialista en agua y saneamiento del Banco Mundial. ¡°Anticipar los peligros y evaluar las vulnerabilidades de la poblaci¨®n y la infraestructura es el eje de la gesti¨®n del riesgo de desastres¡±.
Es una advertencia que la mayor parte de los pa¨ªses del Caribe han tomado muy en serio.
Los pobres, los m¨¢s afectados
En 1979, el hurac¨¢n David dej¨® 2.000 muertos solo en la Rep¨²blica Dominicana y m¨¢s de 2.600 millones de d¨®lares en p¨¦rdidas. Despu¨¦s de este evento y otros similares, hoy la mayor¨ªa de los pa¨ªses del Caribe cuentan con programas para gestionar el riesgo de los desastres naturales que enfrentan todos los a?os, entre los que destaca una mejor gesti¨®n de las ciudades.
Estos desastres, adem¨¢s, se ensa?an especialmente con los m¨¢s pobres. De hecho, cuando la Rep¨²blica Dominicana se vio afectada por el cicl¨®n Noel en 2007, el 90% de las v¨ªctimas directas viv¨ªan por debajo de la l¨ªnea de pobreza.
¡°Los efectos adversos de desastres naturales no se limitan al corto plazo,¡± coment¨® Trier. ¡°Pueden impulsar a los hogares a caer en la pobreza, de la cual no ser¨ªa posible recuperarse sin asistencia externa¡±.
En una regi¨®n en la que entre el 14% (Bahamas) y el 65% (Hait¨ª) de la poblaci¨®n es pobre, con viviendas endebles o en lugares donde no hay infraestructura adecuada, las comunidades tienen menos recursos para prepararse ante la amenaza de huracanes o tormentas, y las inundaciones que provocan.
La situaci¨®n es tan preocupante para las familias como para los pa¨ªses. En Jamaica, por ejemplo, se calcula que el 96% de su PIB se ve amenazado por dos o m¨¢s riesgos naturales. No es solo el peligro de un hurac¨¢n, sino tambi¨¦n los 120 r¨ªos y arroyos, que aumentan el riesgo de inundaciones tras una tormenta tropical.
En 2007, 16 pa¨ªses caribe?os se juntaron para formar un fondo com¨²n para hacer frente al riesgo de una cat¨¢strofe y mitigar los efectos econ¨®micos de un posible desastre. Se trata de una especie de seguro colectivo que representa un cambio de paradigma para la regi¨®n en cuanto a la forma de hacer frente al riesgo y de c¨®mo prepararse para una cat¨¢strofe natural.
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