El r¨¦gimen intenta sellar las fisuras del chavismo en un congreso
Maduro llama a ¡°pasar la p¨¢gina de las peleas¡± tras la salida de Giordani
El chavismo est¨¢ lleno de fisuras, pero intenta disimularlas con llamamientos a la unidad de sus correligionarios. Desde hace una semana, el presidente Nicol¨¢s Maduro parece m¨¢s conciliador con la cr¨ªtica interna, hecha p¨²blica a partir de la salida del Gabinete del mentor intelectual de Hugo Ch¨¢vez, Jorge Giordani, quiz¨¢s porque no parece dispuesto a pagar el precio del cisma. En sus ¨²ltimas declaraciones, el mandatario venezolano ha llamado a ¡°pasar la p¨¢gina de las peleas¡±. ¡°?Ya, est¨¢ bien! Ya nos dijimos todo lo que nos ten¨ªamos que decir. Ahora, la mano est¨¢ extendida y el abrazo listo para d¨¢rselo a todos los compa?eros que hicieron esto, que hicieron aquello¡±, dijo.
La discreci¨®n de Maduro es casi un calco de lo que sol¨ªa hacer su antecesor en momentos especialmente cr¨ªticos. Mientras tanto, la direcci¨®n nacional del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) est¨¢ recorriendo el pa¨ªs para intentar agrupar a todas las facciones en torno al liderazgo del jefe del Estado. No ser¨¢ este el momento de dirimir qui¨¦n interpreta mejor el legado de Hugo Ch¨¢vez, sino de cerrar filas con Maduro, la ¨²ltima voluntad del l¨ªder antes de morir en marzo de 2013. El chavismo es consciente de que una desbandada ser¨ªa mortal para un Gobierno con una popularidad en ca¨ªda libre.
El congreso del PSUV, que celebrar¨¢ su debate plenario nacional entre el 26 y el 29 de julio en Caracas, es la oportunidad de ver c¨®mo est¨¢ compuesto el chavismo y cu¨¢les son sus peleas intestinas. De la pol¨¦mica surgida con la destituci¨®n de Giordani y la publicaci¨®n de su carta pueden entreverse al menos dos grandes grupos. Por un lado, el ala militar desarrollista, encabezada por Diosdado Cabello, m¨¢s partidaria de no establecer excesivas trabas a la participaci¨®n del sector privado en el negocio petrolero y de relajar el estricto control de cambio de moneda. Por otro, la vieja guardia acad¨¦mica, representada por los profesores universitarios que conocieron a Ch¨¢vez mientras estuvo en prisi¨®n entre 1992 y 1994, quienes formaban parte del Grupo Garibaldi, vinculado al Centro de Estudios para el Desarrollo (Cendas) de la Universidad Central de Venezuela. Las pugnas no son nuevas y se remontan a la campa?a presidencial de 1998, la primera que gan¨® el l¨ªder bolivariano.
En este grupo est¨¢n, adem¨¢s de Giordani, los ex ministros de Educaci¨®n, H¨¦ctor Navarro, y de Medio Ambiente, Ana Elisa Osorio. Navarro fue apartado de la direcci¨®n nacional del PSUV por solidarizarse con Giordani. Las cr¨ªticas formuladas por ellos coinciden con lo que han dicho otros dirigentes que no formaron parte de la formaci¨®n inicial del Grupo Garibaldi, como el polit¨®logo Nicmer Evans, la periodista Vanessa Davies, el exalcalde de Caracas Freddy Bernal y el exministro de Finanzas Rafael Isea.
El silencio de Maduro podr¨ªa ser el anticipo de los cambios que vendr¨¢n en los pr¨®ximos d¨ªas. Existe la impresi¨®n entre los observadores de que el presidente busca limitar las parcelas de poder que han acumulado los grupos en pugna. Se ha mencionado insistentemente la salida de Rafael Ram¨ªrez, partidario de las asociaciones con las multinacionales para aumentar la producci¨®n de crudo, de la presidencia de Petr¨®leos de Venezuela y su paso a la vicepresidencia de la Rep¨²blica. Ser¨ªa el primero en la l¨ªnea de sucesi¨®n, pero perder¨ªa el cargo m¨¢s importante de la econom¨ªa venezolana, que ingresa 96 de cada 100 d¨®lares que llegan a las arcas nacionales desde el exterior. Ser¨ªa, pues, una manera de limitar la importancia pol¨ªtica que est¨¢ cobrando Ram¨ªrez como nuevo zar de la econom¨ªa local. Estos movimientos dejar¨ªan fuera de juego al actual vicepresidente, Jorge Arreaza, yerno de Ch¨¢vez, quien est¨¢ vinculado a Giordani.
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