Buk, un producto de la Guerra Fr¨ªa
No deber¨ªa ser excusa alegar que confundieron el vuelo MH17 con un vuelo militar
El sistema Buk es un producto cl¨¢sico del final de la Guerra Fr¨ªa, una ¨¦poca en la que se pensaba en un enfrentamiento a gran escala entre bloques opuestos. En ese contexto, la artiller¨ªa antia¨¦rea constitu¨ªa el elemento principal para parar el primer golpe de los aviones enemigos.
En funcionamiento desde 1979, fue ampliamente distribuido en los a?os siguientes entre los pa¨ªses sat¨¦lites de Rusia y otros afines como India o Siria y, por supuesto, Ucrania. La experiencia de las guerras ¨¢rabe-israel¨ªes y la seguridad de que un conflicto en Europa deb¨ªa ser muy m¨®vil, llev¨® a los dise?adores a la conclusi¨®n de que el sistema ten¨ªa que ser autopropulsado y deb¨ªa contar, adem¨¢s, con un radar de tiro propio que lo hiciera independiente de cualquier estaci¨®n fija. La soluci¨®n fue montarlo sobre un veh¨ªculo de cadenas y colocar en su parte superior un lanzador con cuatro misiles asociados a un radar monopulso cuya funci¨®n era guiar al misil hacia el objetivo.
Cada veh¨ªculo ten¨ªa que ser aut¨®nomo a la hora de hacer fuego, si bien lo normal era que se agrupasen por bater¨ªas. Cada bater¨ªa inclu¨ªa un puesto de mando desde donde se controlaba el tiro de los distintos lanzadores, un radar de adquisici¨®n para localizar blancos a grandes distancias y varios veh¨ªculos de municionamiento.
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Sobre este modelo b¨¢sico, que la OTAN denomin¨® caprichosamente Gadfly (¡°T¨¢bano¡±), se hicieron varias versiones posteriores, algunas de ellas con un radar adicional de onda continua para mejorar la detecci¨®n de los aviones que volasen a baja cota. Con un alcance de hasta 32 kil¨®metros de profundidad y hasta 22 kil¨®metros de altura, el sistema Buk se convirti¨® en la columna vertebral de la defensa antia¨¦rea de muchos pa¨ªses.
Evidentemente, un sistema tan sofisticado requiere un personal muy cualificado para su manejo. Aunque pueden ser soldados de reemplazo o reservistas que hayan hecho su servicio militar en unidades antia¨¦reas, los operadores tienen que ser profesionales instruidos con una visi¨®n muy clara de lo que est¨¢ volando por encima, por lo que deber¨ªa resultar casi imposible confundir un avi¨®n civil con uno de combate.
Como elemento adicional y como ocurre con la mayor¨ªa de los sistemas antia¨¦reos modernos, cuenta con su propio sistema de identificaci¨®n amigo-enemigo (IFF) imprescindible para saber qui¨¦n vuela por encima. Para ello, un radar secundario interroga al avi¨®n pregunt¨¢ndole electr¨® nicamente ¡°qui¨¦n es el que est¨¢ volando¡±. La aeronave, sea comercial o no, responde autom¨¢ticamente a esta se?al. Si por el motivo que sea, no hay respuesta, los operadores saben que no es amigo, pero no pueden confirmar que sea enemigo. En estos casos, al igual que cuando el IFF no funciona, hay que aplicar las reglas de enfrentamiento que establecen claramente que no se puede derribar un avi¨®n no identificado como enemigo, salvo para autodefensa.
Hacerlo constituye una acci¨®n criminal que no compensa cualquier ventaja t¨¢ctica que pudiera buscarse. No deber¨ªa ser excusa alegar que confundieron el vuelo MH17 de Malaysia Airlines con un vuelo militar. Los operadores deber¨ªan saberlo.
Ignacio Fuente Cobo, coronel de Artiller¨ªa, fue jefe del Regimiento de Artiller¨ªa Antia¨¦rea 74 Hawk/Patriot y es analista principal del Instituto Espa?ol de Estudios Estrat¨¦gicos.
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