El miedo vac¨ªa Irak de cristianos
Un ultim¨¢tum de los yihadistas les insta a convertirse, pagar un impuesto o huir de Mosul
El padre Vicent van Vossel coge el cuaderno y empieza a dibujar con un trazado lento y cuidado. Es un mapa. En el noroeste sit¨²a Mosul; en el sureste, Erbil. Une los dos puntos con una suerte de carretera a bol¨ªgrafo. En el medio queda Qaraqosh. Rodea esta ciudad con una espiral, con la que quiere marcar que ah¨ª, tambi¨¦n a sus alrededores, vive una comunidad de iraqu¨ªes que profesa el cristianismo, muchos huidos por culpa de la violencia. Vive o viv¨ªa porque el p¨¢rroco desconoce si siguen all¨ª ante la amenaza lanzada por el Estado Isl¨¢mico (EI) tras la toma de Mosul, el 10 de junio. Qaraqosh se sit¨²a a 32 kil¨®metros y los peshmergas (fuerzas kurdas) protegen el per¨ªmetro. Mucho peor lo tienen las familias cristianas que resistieron la ocupaci¨®n. Seg¨²n adelant¨® el viernes la cadena Al Yazira, el EI les ha enviado un escrito en el que asegura que matar¨¢ al que no acceda a pagar un impuesto especial para no musulmanes, se convierta al islam o abandone Mosul. El plazo se cumpli¨® ayer.
Van Vossel, nacido en B¨¦lgica, es el sacerdote de una peque?a iglesia del barrio de Karrada, en el centro de Bagdad. Tom¨® las riendas del templo por iniciativa propia. Ya no hab¨ªa qui¨¦n lo hiciera y el patriarca le dio su visto bueno. ¡°Cada domingo¡±, dice, ¡°vienen a misa unas 50 o 60 personas¡±. M¨¢s lo hac¨ªan en ¨¦poca de Sadam Husein. Entonces, alrededor de dos millones de cristianos viv¨ªan en Irak. Ahora, el noreste del pa¨ªs, alrededor de Mosul, cuna para muchos cristianos de Mesopotamia, es tierra prohibida gobernada por yihadistas. ¡°Deben quedar muy pocas familias cristianas en Mosul¡±, se?ala Van Vossel.
Louis Sako, patriarca de la Iglesia caldea, que congrega a un 75% de los cristianos de Irak, calcula que unos 25.000 resid¨ªan en esa ciudad. Eso antes de la amenaza del EI: ¡°No les esperar¨¢ m¨¢s que la espada¡±, dec¨ªa el escrito de los yihadistas. ¡°Las familias se dirigen a Erbil y Dohuk [en el Kurdist¨¢n iraqu¨ª]¡±, afirm¨® ayer a France Presse el patriarca Sako, quien lament¨® adem¨¢s que ¡°por primera vez en la historia de Irak, Mosul se vaya a quedar sin cristianos¡±. Testigos en la ciudad iraqu¨ª relataron c¨®mo los radicales hab¨ªan tomado ya las viviendas de muchas de las familias huidas.
No muy lejos de la peque?a iglesia bagdad¨ª de Van Vossel, protegida por pilares de hormig¨®n, entreabre sus puertas la que, seg¨²n su p¨¢rroco, es la iglesia m¨¢s grande de Bagdad, bajo el manto del rito oriental siriaco. Se celebra un funeral. A la salida, Ganime Daud, de 75 a?os, cuenta, entre sollozos, que teme por su familia en Mosul. Muchos de sus miembros, como su hermano, se han desplazado a pueblos de alrededor. ?En Bagdad tambi¨¦n tienen miedo? ¡°S¨ª¡±, dice esta iraqu¨ª, ¡°el otro d¨ªa nos llamaron a casa para amenazarnos y pedirnos dinero¡±. No sabe qui¨¦n fue, pero s¨ª que lo hicieron por ser ellos cristianos.
Davide, de 36 a?os, aguarda a que la familia del fallecido salga de la iglesia. Regres¨® hace poco de Italia, pero es iraqu¨ª. ¡°En tiempos de Sadam¡±, dice, ¡°no hab¨ªa problemas con los cristianos, pero ahora s¨ª¡±. Davide calcula que en Bagdad deben quedar unas 55.000 personas que todav¨ªa profesen el cristianismo. Las cifras giran en torno a los 400.000 creyentes en todo Irak, una quinta parte aproximadamente de los que resid¨ªan en el pa¨ªs que gobernaba Sadam Husein.
Tambi¨¦n en el coraz¨®n de Bagdad se levanta como nueva la iglesia caldea de Santa Mar¨ªa. Como nueva porque, se apresura a recordar el obispo Shlemon Warduni, en voz baja y tras santiguarse, un atentado hace cinco a?os destroz¨® parte del templo. Dos iraqu¨ªes perdieron la vida. ¡°La situaci¨®n es muy dif¨ªcil para todos¡±, apunta Warduni, ¡°no podemos dividir entre cristianos y otras religiones¡±. La Iglesia caldea contaba antes de 2003, a?o de la intervenci¨®n estadounidense, con una treintena de iglesias en uso. Ahora son una docena. El obispo reza por Mosul. ¡°Les decimos que resistan, pero no podemos garantizar su seguridad, y si quieren irse se ir¨¢n¡±, afirma Warduni.
Cinco personas de su congregaci¨®n en esa ciudad, dos monjas y tres menores de un orfanato, permanecen secuestradas. ¡°No sabemos ni d¨®nde est¨¢n ni qui¨¦n los ha capturado¡±, dice. ?Fue por ser cristianos? ¡°No s¨¦¡±, responde inc¨®modo, ¡°pero pienso que hay un complot en nuestra contra, ?por qu¨¦ nos tratan as¨ª?¡±. Ni cree que lo que proclaman los yihadistas sea la ¡°voluntad de Dios¡±, ni comparte esa ¡°moralidad¡± que predican. ¡°Ni los criminales hacen algo as¨ª¡±, exclama. ?Teme que desaparezca la comunidad cristiana? ¡°S¨ª, claro¡±, contesta como un resorte Warduni, ¡°los cristianos pueden desaparecer de aqu¨ª¡±. Una petici¨®n para acabar: ¡°Por favor, pida que en Espa?a recen por nosotros¡±.
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