¡°Rob¨¦, s¨ª, pero poquito¡±
La confesi¨®n de un alcalde mexicano y otros esc¨¢ndalos reflejan los pocos logros anticorrupci¨®n
A Hilario Ram¨ªrez Villanueva, due?o de una empaquetadora de mangos, le gusta pasearse por el pueblo de San Blas, en la costa del Pac¨ªfico, con sombrero vaquero y la camisa desabrochada hasta el ombligo. As¨ª iba la tarde del 8 de junio en que, ante unos 50 vecinos, m¨¢s bien aburridos por el acto electoral de su exalcalde, solt¨® la frase que ha entrado en la historia peque?a de M¨¦xico. Subido a un escenario y micr¨®fono en mano, dispar¨®: ¡°Me han criticado porque me gusta mucho el dinero. ?Y a qui¨¦n no le gusta? [Y tambi¨¦n dicen] que le rob¨¦ a la presidencia. Pues s¨ª le rob¨¦, s¨ª le rob¨¦, s¨ª le rob¨¦, pero poquito, porque estaba bien pobre; fue nom¨¢s una rasuradita¡±.
Le rob¨¦ pero poquito. La frase, captada en un v¨ªdeo y colgada en Youtube, recorri¨® como una descarga el¨¦ctrica el espinazo del pa¨ªs norteamericano desatando primero la risa, luego el esc¨¢ndalo y ahora, m¨¢s de un mes despu¨¦s, el desencanto: el candidato independiente Ram¨ªrez se ha proclamado alcalde con el 40% de los votos. ¡°Como ver¨¢, no me fue tan mal. Y es que ellos saben que eso de robar no es cierto, que yo soy un hombre del pueblo, que yo me dedico al bien, que ayudo a los pobres, que hay pocos como yo¡±, se ufana Ram¨ªrez en conversaci¨®n con este peri¨®dico. A diferencia de cuando gan¨® en 2008, que acudi¨® a la toma de posesi¨®n a lomos de un purasangre valorado en 250.000 d¨®lares, esta vez el empaquetador de mangos celebr¨® su victoria repartiendo billetes de 20, 50 y 100 pesos a quien se le acerc¨®. Lo conociese o no. Una imagen que, para muchos mexicanos, representa el triunfo de la degradaci¨®n pol¨ªtica.
Uno de cada siete ciudadanos del pa¨ªs asegura haber sufrido esta lacra
¡°Es un personaje terrible que habla de nosotros y de la permisividad que hay con determinadas conductas. Hemos avanzado legalmente, pero nos falta acabar con la impunidad. Sin castigo no hay rendici¨®n de cuentas. Y aqu¨ª, de momento, quien persigue realmente es la justicia estadounidense, parece que tengamos un outsourcing [subcontrata] judicial con ellos¡±, afirma Juan Pardinas, director general del Instituto Mexicano de Competitividad. Su opini¨®n expresa un sentimiento muy extendido y que se ancla en una experiencia que se vive con especial amargura en el ¨¢mbito p¨²blico, donde uno de cada siete mexicanos confiesa haber sufrido esta lacra. El resultado es una fuerte p¨¦rdida de confianza en la autoridad, como demuestra, seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica, que la poblaci¨®n ponga en la c¨²spide de la corrupci¨®n a la polic¨ªa (90%), los pol¨ªticos (84,4%) y el ministerio p¨²blico (78,4%).
Las promesas para acabar con este deterioro han sido casi tantas como los silencios que las han seguido. La ¨²ltima y m¨¢s sonora lleg¨® en noviembre de 2012 con el anuncio de crear una Comisi¨®n Nacional Anticorrupci¨®n destinada a eliminar las purulencias del aparato administrativo. Casi dos a?os despu¨¦s, la iniciativa sigue congelada en el Congreso y sin que figure en la agenda de los partidos, absorbidos en la reforma de la energ¨ªa y las telecomunicaciones.
Donde s¨ª se ha registrado alg¨²n avance es en el combate cuerpo a cuerpo. Con los nuevos aires que soplan en M¨¦xico, personajes que antiguamente eran intocables han empezado a caer. La primera en ser fulminada esta legislatura fue Elba Esther Gordillo, l¨ªder del poderoso Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educaci¨®n. La Maestra, como se la conoc¨ªa, fue encarcelada en 2013 bajo la acusaci¨®n de malversar 200 millones de d¨®lares. La detenci¨®n de esta compradora compulsiva capaz de llevarse de una tacada 10 pares de zapatos de Jimmy Choo o diamantes por valor de 350.000 d¨®lares en Tiffany, se entendi¨® como una se?al del presidente Enrique Pe?a Nieto. Tras ella ha venido una cascada de altos cargos. Los hay de todos los colores. ¡°No hay un partido anticorrupci¨®n, todos est¨¢n afectados. Incluso el PAN, que ten¨ªa fama de incorruptible, la ha perdido tras su paso por el poder¡±, se?ala Pardinas.
En el ramillete de ca¨ªdos, destacan, por el peso que les otorga el sistema federal mexicano, los gobernadores. Y entre ellos brilla como una perla negra Tom¨¢s Yarrington, que lleg¨® a postularse en el PRI como aspirante a la presidencia de M¨¦xico. Este antiguo gobernador de Tamaulipas, un Estado fronterizo con Texas, se dio a la fuga despu¨¦s de que la justicia estadounidense ordenase su captura por fraude bancario, lavado de dinero negro, cobro de sobornos del c¨¢rtel del Golfo e incluso contrabando de coca¨ªna. Desde el limbo del pr¨®fugo, el elegante Yarrington, que se presenta como un ¡°enamorado de su pa¨ªs¡±, ha abierto recientemente una p¨¢gina de Facebook en la que defiende su inocencia y se declara v¨ªctima de una persecuci¨®n pol¨ªtica.
En el vecino Estado de Coahuila tambi¨¦n gozan de la experiencia de un gobernador en fuga. Se trata de Jorge Torres, nuevamente del PRI, buscado por blanqueo de dinero, y cuyo rostro, anta?o poderoso, acaba de ser colgado en las p¨¢ginas de la DEA, la agencia antidroga estadounidense, junto con una variopinta gama de fugitivos malencarados. La recompensa, se indica, es negociable.
Personajes que antiguamente eran intocables han empezado a caer
A otros no les ha dado tiempo a escaparse. En la levantisca Michoac¨¢n, cuna de las autodefensas, el pri¨ªsta Jes¨²s Reyna, secretario de Gobernaci¨®n y que fuera mandatario interino en 2013, durante la etapa m¨¢s virulenta del enfrentamiento con los narcos, ha sido encarcelado por sus nexos con el c¨¢rtel de Los Caballeros Templarios, al que supuestamente combat¨ªa. Y su jefe durante a?os, el gobernador electo Fausto Vallejo, ha renunciado hace pocas semanas alegando ¡°motivos de salud¡± justo cuando se destaparon los supuestos v¨ªnculos de su hijo con dicha organizaci¨®n criminal.
La lista es larga y alcanza en una escalera descendente a amplios espacios de la administraci¨®n. Los peri¨®dicos destapan casi a diario nuevos casos. Los ceses est¨¢n a la orden del d¨ªa. Pero la insatisfacci¨®n sigue ah¨ª. ¡°M¨¦xico ha avanzado mucho en temas de transparencia, se han descubierto asuntos que antes permanec¨ªan ocultos. Ahora se habla de ellos, se publican, pero falta el siguiente paso, porque la impunidad sigue ah¨ª. Se necesita una amenaza de sanci¨®n cre¨ªble. Se destituye, se inhabilita, se imponen multas, pero rara vez se condena a prisi¨®n¡±, explica Eduardo Boh¨®rquez, director en M¨¦xico de Transparency International, organismo que sit¨²a al pa¨ªs en el puesto 106 (de 177) del ?ndice de Percepci¨®n de la Corrupci¨®n, a la altura de N¨ªger.
Las soluciones pasan, seg¨²n los analistas, por un fortalecimiento de los aparatos de justicia y la generaci¨®n de un r¨¦gimen punitivo cre¨ªble. Ese es el camino, se?alan, para recuperar la deteriorada confianza en los pol¨ªticos. Un estamento que, en palabras del reci¨¦n elegido alcalde de San Blas, Hilario Ram¨ªrez, est¨¢ representado por ¡°chupadores que se han olvidado del pueblo¡±. No como ¨¦l, que ya ha anunciado para su pr¨®ximo cumplea?os, el 22 de febrero de 2015, una gigantesca fiesta con actuaci¨®n de la muy popular Banda El Recodo, el sacrificio de 50 reses y el reparto de 50.000 cartones de cerveza. Exactamente cinco por cada habitante de su pueblo. Es su forma ¡°honrada¡± de hacer pol¨ªtica.
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