"Lo que hay que renovar en Espa?a no debe salir del tipo de redacci¨®n de unos art¨ªculos que, en t¨¦rminos t¨¦cnicos, pertenecen al derecho constitucional, sino que es la idea constitucional superior la que debe ser renovada (¡) Y esta idea superior es la de la pluralidad de Espa?a o, si se quiere, de la plurinacionalidad. Si esta idea se admite, Espa?a estar¨¢ ya constituida. Y entonces la Constituci¨®n escrita no har¨¢ otra cosa que traducir esta idea en preceptos aplicables y pr¨¢cticos".
Estas son frases antiguas. Escritas entre 1942 y 1944, cuando no eran precisamente las ideas constitucionales las que estaban de moda. Pertenecen a un libro in¨¦dito durante los 70 a?os transcurridos desde su escritura, aunque algunas copias del original circularon de mano en mano entre una docena de intelectuales y dirigentes pol¨ªticos de la clandestinidad y del exilio. Su autor, fallecido en 1979, es Maurici Serrahima, abogado, senador real, escritor prol¨ªfico y, adem¨¢s, uno de los fundadores y primer secretario general de Uni¨® Democr¨¤tica de Catalunya, el partido dem¨®crata cristiano que ha vivido adosado a la Converg¨¨ncia Democr¨¤tica de Catalunya de Jordi Pujol desde 1978.
El volumen se titula Mentrestant y tal como se?ala el historiador y periodista Jordi Amat, editor del volumen y asesor de la Biblioteca del Catalanisme de RBA donde se ha incluido, es "el primer libro de pensamiento pol¨ªtico que se escribi¨®, como m¨ªnimo en el interior de Catalu?a, durante los a?os de la negra noche franquista". El editor lo rescat¨® del archivo de Josep Benet, uno de los privilegiados lectores del manuscrito, y lo ha puesto a disposici¨®n de los lectores junto a Noticia de Catalunya de Vicens Vives o Tot s'ha perdut de Agust¨ª CalvetGaziel; este ¨²ltimo, otro in¨¦dito tambi¨¦n rescatado por Amat.
Gustar al p¨²blico es lo que se lleva intelectualmente estos d¨ªas. Los libros pol¨ªticos de los que se habla en Catalu?a son las numerosas y alegres improvisaciones que llenan las estanter¨ªas con sus fant¨¢sticos dibujos del para¨ªso de una pr¨®xima y gratuita independencia, que se obtendr¨¢ como en la m¨¢quina dispensadora de bebidas refrescantes: se introduce la moneda de un deseo democr¨¢tico ferviente y sale inmediatamente la bebida helada de un Estado independiente y feliz integrado en Europa y aplaudido por la comunidad internacional.
Mentrestant no es un libro para gustar, sino para pensar. Gustar no puede hacerlo de verdad a nadie que busque confirmaci¨®n a sus prejuicios, pero puede ayudar a pensar y a salir del atolladero en que nos hemos metido entre unos y otros. Serrahima era un nacionalista indiscutible, que quer¨ªa para Catalu?a el mayor autogobierno posible: eso no gustar¨¢ al conformismo autonomista o al simetrismo federal. Pero era tambi¨¦n una inteligencia realista, consciente de la medida y la fuerza exacta de Catalu?a, algo que buena parte del soberanismo ha decidido perder de vista de una vez por todas. Y adem¨¢s, era un catalanista de ra¨ªz pratiana y camboniana, s¨®lidamente comprometido con el futuro de Espa?a, el v¨ªnculo y la aspiraci¨®n que precisamente quiere erradicar el independentismo sobrevenido de Converg¨¨ncia.
La fibra moral y cr¨ªtica del joven abogado catalanista de 40 a?os que escrib¨ªa Mentrestant bajo el franquismo contrasta con la frivolidad y la facilidad de las ideas morales y pol¨ªticas que suelen acompa?ar al proceso soberanista estos d¨ªas. Jordi Amat ha comparado Mentrestant con La extra?a derrota de Marc Bloch, libro escrito tras la r¨¢pida ocupaci¨®n alemana de Francia en 1939. No le falta raz¨®n, y no tan solo en la just¨ªsima dureza con que critica al gobierno catal¨¢n respecto al levantamiento armado contra la Rep¨²blica en 1934 y a su falta de autoridad e incluso de vocaci¨®n de autoridad a partir de 1936. En este aspecto, Mentrestant es tambi¨¦n un libro que conecta con Abans del sis d'octubre (Quaderns Crema) de Amadeu Hurtado.
Pero no basta con criticar a los gobiernos. Hay un d¨¦ficit de virtudes c¨ªvicas, ya no de los gobernantes, sino del conjunto de los ciudadanos, que entra tambi¨¦n en el radio de observaci¨®n de Serrahima, con consideraciones perfectamente v¨¢lidas en las actuales circunstancias: somos "un pueblo que tiene una mayor consciencia de sus derechos que de sus deberes", con una "visi¨®n de la naci¨®n como un derecho, o un conjunto de derechos a ejercitar, m¨¢s que como un deber colectivo".
La publicaci¨®n de Mentrestant explica mucho sobre el talante y el nivel de la Catalu?a actual. En otro pa¨ªs y en otro tiempo la aparici¨®n de un in¨¦dito de este calibre hubiera sido un acontecimiento pol¨ªtico e intelectual de primer orden. Aqu¨ª en EL PA?S le ha dedicado un magn¨ªfico art¨ªculoValent¨ª Puig, en las p¨¢ginas en catal¨¢n del Quadern, y de momento poca cosa m¨¢s. A nuestro rico y pluralista espacio comunicativo catal¨¢n le interesan m¨¢s otras cosas.
Catalu?a es un pa¨ªs sin constituir y esta es al base de todos los fracasos, resume eficazmente Puig en su rese?a. Nada lo demuestra mejor que la desatenci¨®n y el despiste intelectual de nuestras clases dirigentes, incapaces de valorar y utilizar el pensamiento catal¨¢n m¨¢s genuino justo en el momento pol¨ªtico que se declara m¨¢s decisivo de nuestro devenir colectivo.
Comentarios
En Espa?a estamos asistiendo a un fen¨®meno no visto anteriormente en nuestra historia pasada.Que ha nacido como consecuencia de cuarenta a?os de calma y trabajo.A nivel nacional, de crecimiento y progreso en todos los niveles, dejando atr¨¢s a otras naciones que nos han considerado a Espa?a siempre un pa¨ªs muy atrasado y subdesarrollado.Y hoy en Espa?a tenemos mejores infraestructuras y redes viarias que muchos pa¨ªses de primera l¨ªnea.y de ah¨ª ha nacido un sentido cr¨ªtico con la mala gesti¨®n que ya no se puede tapar con fanfarrias y alardes patrios de los estilados en otros tiempos.Lo cort¨¦s no tapa lo valiente, ni el sentido com¨²n la inteligencia.Por eso hoy se se?ala la mala gesti¨®n venga de quien venga y se condena sin pa?os calientes.Sin que ninguna letan¨ªa nos nuble la vista ni el ¨¢nimo democr¨¢tico que la ciudadan¨ªa ha hecho suyo.Sin facciones ni fanatismos de ning¨²n tipo.Porque la mayor¨ªa entendemos que es la injusticia, la malversaci¨®n, y el ninguneo social con lo p¨²blico la base de todos los descalabros.Sin que las ideolog¨ªas intervengan, que son las personas particulares quienes gestionan.En provecho propio, algo que no es nuevo, pero que antes se desdibujaba soltando un anatema.Y todos contentos.Hoy no tenemos contubernios, lo que tenemos es conflicto de intereses que quieren permanecer y perpetuarse a costa de la inteligencia y la mayor¨ªa de edad de toda la ciudadan¨ªa.Es lo que vemos, no son las ideas malas o buenas de tendencias pol¨ªticas.Sino que son los hechos absolutamente deleznables cometidos en la gesti¨®n p¨²blica, desde la responsabilidad legal y p¨²blica.Dejando desvalidos a los ciudadanos y ciudadanas.Y eso hoy se detecta a la legua, la mala gesti¨®n.Que nada tiene que ver con ser de derechas o de izquierdas, ya que habas se cuecen en todas partes.Ni buenos ni malos.Ciudadanos libres y con la ley en la mano.Exigiendo en igualdad ser dignos y tomados en serio.
Ben dit. Ben articulat. No estem sovint d'accord pero quan hi som, no hi ha cap vergonya en aplaudir.@ Publicado por: Alcal¨¢ | 21/07/2014 10:57:08 Somos tan buenos q nuestros partidos y ¨¦lites han creado un sistema economico que arroja un paro estructural que no baja del 25%. Obsoleto y maniqueo. Economia para idiotas!Somos tan buenos q seguimos desmemoriados y cientos de miles de cadaveres sin identificar en las cunetas...Vivan la indecencia y la falta de estructura intelectual! Todo es legitimo puesto q los/las chorizos/as son los mismos que crearon las leyes q nos rigen, verdad?Hay alguien con rigor intelectual en ese pais q antano llamaron el reino de las Espanas?
Si ya lo dice Vicens Vives en el pr¨®logo de su Noticia de Catalu?a, cuando habla de que lo primero es conocernos antes de enredarse en otros proyectos: "Hay que penetrar a fondo en el coraz¨®n de nuestro ser colectivo. Algunos carecen del valor suficiente para limpiar de telara?as la ventana y dejar que un chorro de luz lo esclarezca todo y nos permita ver lo que de verdad hay en la despensa de nuestra cultura. Otros lo hicieron ya con los instrumentos hist¨®ricos, sociol¨®gicos y ling¨¹¨ªsticos que entonces ten¨ªan a su alcance. No debemos hablar mal de ellos. Releyendo nuestra producci¨®n intelectual de los ¨²ltimos setenta a?os, encontramos dos o tres intentos interesantes de llegar hasta el ¨²ltimo tabique de nuestra esencia colectiva. Pero la frialdad de uno, la el apasionamiento de otro y, sobre todo, la falta de estudios serios y completos sobre las diferentes facetas del esp¨ªritu social, del hombre vivo del pa¨ªs, no permitieron conseguir resultados convincentes". Quiz¨¢s se refiriera a este libro el gran historiador catal¨¢n. No lo s¨¦, pero s¨ª creo que si hoy viviera sentir¨ªa verg¨¹enza de quienes hoy dirigen la naci¨®n catalana con seso de sebo.
Excelente art¨ªculo. Resulta curioso c¨®mo, frecuentemente, las voces m¨¢s equilibradas y juiciosas quedan ahogadas, olvidadas, por el ruido, el vocingler¨ªo, la venta de humo y efectos pirot¨¦cnicos con que nos hemos acostumbrado a vivir en democracia. Arist¨®teles ya advirti¨® contra la demagogia, como forma corrupta o degenerada de la Rep¨²blica. Arist¨®teles sosten¨ªa que cuando en los gobiernos populares la ley es subordinada al capricho de los muchos, surgen los demagogos que halagan a los ciudadanos, dan m¨¢xima importancia a sus sentimientos y orientan la acci¨®n pol¨ªtica en funci¨®n de los mismos. Arist¨®teles define por lo tanto, al demagogo como ¡°adulador del pueblo¡±. Actualmente la acusaci¨®n entre rivales pol¨ªticos de demagogia es moneda frecuente, hasta el punto de que el demagogo acusa al demagogo rival de demagogia. Est¨¢ pasando con este concepto lo que suele pasar con las palabras que se repiten mucho e indiscriminadamente: acaban por no significar nada. La pr¨¢ctica de la demagogia acaba produciendo como efecto la eliminaci¨®n de toda oposici¨®n, y con ello de la base misma de la democracia. Los demagogos, arrog¨¢ndose el derecho de interpretar los intereses de las masas como int¨¦rpretes de toda la naci¨®n, confiscan todo el poder y la representaci¨®n del pueblo. En esto de la demagogia ni son todos los que est¨¢n en los medios ni est¨¢n todos los que son. Al demagogo se le conoce fundamentalmente porque atiende al inter¨¦s de unos pocos por encima del inter¨¦s de todos.
Don Lluis, supongo que a una mente pensante como la suya no se le escapa la diferencia entre la expresion:Pluralidad de Espa?a y plurinacionalidad, con la primera una gran mayoria estamos de acuerdo con la segunda ya no tantos hasta que no defina claranete lo que se entiende y se pretende por ser nacion, a veces un gazapo consentido o no puede cambiar el sentido de toda la reflexion con la que estoy muy de acuerdoJose Luis Espargebra Meco un espa?ol desde Buenos Aires
Algo parecido escribi¨® Castelao en "Sempre en Galiza", pero durante d¨¦cadas las ¨¦lites nacionalistas han satanizado la idea de Espanya, Espa?a, Hespa?a, en los medios de comunicaci¨®n que controlan as¨ª como en los centros educativos.
Un gesto de independencia s¨ª pedir¨ªa a los catalanes a la hora de decidir sobre el decidir, siquiera plebiscitariamente en las pr¨®ximas auton¨®micas: que no se dejen llevar por la estupidez de los dirigentes espa?oles a secas sino que se gu¨ªen por la de los dirigentes catalanes a secas. Que si deciden meterse en un berenjenal, al menos sea motu proprio por convicci¨®n propia y no por el est¨ªmulo de la incapacidad mental de quienes hoy viven en La Moncloa. Que tontos hay en todos sitios, desde luego, pero no se sirvan en exclusiva de los supuestamente ajenos para consolarse de los pretendidamente propios. Que no por ser m¨¢s tonto el primero, el segundo deja de serlo, y ya puestos, la estulticia de aquel deriva de la manifestada por ¨¦ste, que es quien realmente les est¨¢ metiendo en un verdadero l¨ªo y no precisamente por su amor a la voluntad popular.
Estas ideas de Serrahima, como tantas otras consideraciones de personas con cierta altura intelectual de los siglos XIX y XX, adolecen de caducidad hist¨®rica. Las concepciones identitarias y sus diversas salidas pol¨ªticas, planteadas a lo largo de los dos pasados siglos, estaban basadas en el estado de un mundo que la evoluci¨®n cient¨ªfica y sociol¨®gica contempor¨¢nea (muy acelerada en las dos pasadas d¨¦cadas) ha dejadado atr¨¢s. ?Qu¨¦ sentido tiene hablar de un ¡°Volk¡± restringido a la minucia cultural de unos usos determinados o al reducido espacio de una regi¨®n geogr¨¢fica cuando los flujos culturales, econ¨®micos y humanos apenas pueden ser confinados por las fronteras y, cada d¨ªa que pasa, resultan m¨¢s patentes los problemas globales de la Humanidad? Su ¨²nico sentido ata?e a la socilog¨ªa pol¨ªtica: el mantenimiento de centros de decisi¨®n fragmentados para permitir el sustento de cierto n¨²mero de bander¨ªas con distinto grado de control oligocr¨¢tico del poder. Cualquier ¡°soluci¨®n¡± planteada desde la contemplaci¨®n del pasado como algo actual, en suma, tiene la apariencia de un bucle de retroalimentaci¨®n que refuerza la persistencia de conflictos y antagonismos que el siglo XXI ha vuelto anacr¨®nicos. Siempre habr¨¢, por supuesto, una base at¨¢vica en el comportamiento del ser humano, una irracionalidad esencial que, ciertamente, resulta muy dif¨ªcil hacer patente ante quienes no perciben la medida en que su afectividad pueda ser manipulada en contra del curso general de los problemas humanos del presente. Ocurre en muchos lugares, no s¨®lo en Catalu?a, pero no por ello deja de tratarse de un fen¨®meno contrario al mismo fundamento del tiempo en que vivimos. Es un error no combatir los nacionalismos en cuanto tienen de excluyente, obtuso y periclitado. Si una virtud ten¨ªa ¨Cy a¨²n tiene- la Constituci¨®n de 1978 es que convert¨ªa en inclusiva la diversidad y en mutua, la solidaridad entre territorios; si un defecto ha tenido su desarrollo posterior es que ha dejado la creaci¨®n de las estructuras institucionales que demanda todo estado moderno en manos de quienes han tratado de minimizar tal virtud.
"despiste intelectual"
En fin, ya saben, el padre grit¨¢ndole al nene, y algunos al lector, que por qu¨¦ se va de casa, por todos los diablos, si en casa se vive p**** madre, aunque la madre se haya ido aterrorizada tiempo ha, y quien grita, pap¨¢, sea un enloquecido borracho irresponsable, que le da una paliza al hijo cada vez que dice que quiere, no ya vivir como la gente de su edad, sino sobrevivir, y que lo amonesta verboso y brutal con el gastado e in¨²til consejo de que se guarde de las malas compa?¨ªas que lo incitan a la rebeld¨ªa y a abandonar la casa del padre sin raz¨®n a la vista, sencillamente porque s¨ª. .Eso dije, y aun a?ado que el ¨²nico problema que habr¨ªa planteado Catalunya en todo tiempo no habr¨ªa pasado de un leve y saludable tensioncilla con Espa?a, siempre que Espa?a fuera tan poco y al tiempo tanto como una naci¨®n europea civilizada m¨¢s, en lugar de una jaula de grillos por civilizar en la que algunos, con todo, se entienden a la perfecci¨®n, porque cada uno va a lo suyo, y lo suyo, curiosamente, coincide siempre con lo suyo del m¨¢s poderoso, jam¨¢s con lo nuestro. .La regla es de tres y, por lo mismo, tonta en su sencillez: conforme m¨¢s sube el nacionalismo espa?ol, m¨¢s suben los 'nacionalismos perif¨¦ricos'. Y de hecho, hubo unos a?itos que, aun sin poder llenarnos la boca de democracia, o de libros le¨ªdos, con todo, los espa?olistas parec¨ªan diluidos en la bendici¨®n de no tener que o¨ªrseles siquiera y en los que todos nos sent¨ªamos m¨¢s o menos ligeros de equipaje y casi conformes con lo que hab¨ªa, no mucho, pero que llenaba la tripa. Fue llegar el PP, esas boquitas que para hablar prescinden de la raz¨®n, el seny y el buen gusto, y decir uno de sus m¨¢s conspicuos miembros que hab¨ªa que espa?olizar Catalunya, y no solo, y claro, hasta a m¨ª misma, que no soy catalana, se me pusieron los pelos de punta, no ya por el peligro de siempre, el nazionacatolicismo, sino el mal gusto... Pues eso, para qu¨¦ seguir, si somos muchos los que conjugamos el verbo espa?olizar a la 'wertfecci¨®n'..http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/10/10/actualidad/1349859896_604912.html
El pretendido federalismo descentralizador que algunos opinadores como Bassets y poderes f¨¢cticos como El Pa¨ªs se esfuerzan en predicar se ha visualizado solo ante el auge del soberanismo catal¨¢n, mientras que no se movi¨® ni un ¨¢pice ante la recentralizaci¨®n que opera el nacionalismo espa?ol, especialmente desde el cepillado legal del estatuto catal¨¢n. La "tercera v¨ªa" es fabricada y operada ¨²nicamente para desarticular el crecimiento del soberanismo entre los ciudadanos catalanes. As¨ª lo indica la coincidencia de argumentos planteados por los "libres e iguales" y por los "m¨¢s federales". Incluso uno de los l¨ªderes de opini¨®n nacionalismo espa?ol en Catalu?a, Francesc de Carreras, fichado por El Pa¨ªs y que refuerza su mensaje espa?olista, reconoce que los dos manifiestos surgidos estos d¨ªas son complementarios y lo son, al menos, en negar la posibilidad que los ciudadanos de Catalunya podamos decidir como queremos organizar nuestra vida en com¨²n. Adem¨¢s, los nacionalistas espa?oles centralistas o no, y aunque se camuflen de ¡°tercera v¨ªa¡±, suelen coincidir en argumentos (el estado catal¨¢n vagar¨¢ desvalido por el universo) y en estrategias descalificadoras (los soberanistas catalanes solo plantean para¨ªsos). Demuestran unos niveles de seriedad y de rigor bajos y preocupantes.
Con este nivel de an¨¢lisis y de opini¨®n, se?or Bassets, est¨¢n ustedes en plena sinton¨ªa con lo m¨¢s florido de Libertad Digital, por ejemplo. As¨ª, muchos ciudadanos catalanes tendremos que enfrentarnos con pocas razones pero con todo el conglomerado de intereses y medios de presi¨®n y de comunicaci¨®n del nacionalismo espa?ol (el de siempre y el habilitado ¨²ltimamente para no parecerse al de siempre) ejerciendo la libertad de manifestaci¨®n y de voto. Afortunadamente, no podr¨¢n minimizar (aunque estoy seguro que lo intentar¨¢n, como siempre) las manifestaciones ni los votos soberanistas. Al final, sus actitudes despreciativas se convierten en acicates y en motor para intentar cambiar este estado de las cosas.
En el proceso soberanista de Catalu?a no dejan de seer sorprendentes las alianzas seguramente interesadas y seguramente tambi¨¦n justificadas que se tejen, ciertamente en ambas orillas. No solo Jos¨¦ Zaragoza, capit¨¢n de capitanes del Baix Llobregat le proporciona los micr¨®fonos mortad¨¦licos a Alicia S¨¢nchez Camacho, m¨¢s diva que l¨ªder de la derecha heredera y evolucionada del franquismo. Tambi¨¦n vemos, leemos y o¨ªmos declaraciones de amor de perfiles socialistas catalanes del sector espa?olista hacia los sectores m¨¢s conservadores de CIU, loando por ejemplo el ¡°sentido de estado¡± (espa?ol, para m¨¢s se?as) de Duran Lleida y similares. Pero en este proceso tambi¨¦n podemos observar ciertas incomodidades, como las de algunos que se reclaman a la izquierda del PSOE por el hecho de compartir posiciones espa?olistas con el principal conglomerado financiero del pa¨ªs, la Caixa, y el sector m¨¢s conservador del gran empresariado catal¨¢n, los caballeros ecuestres y fomentadores.
Por cierto, este art¨ªculo tan superficial de Bassets, en la l¨ªnea de superficialidad la mayor¨ªa de art¨ªculos de la potente n¨®mina de articulistas espa?olistas en El Pa¨ªs, superficialidad quebrada a mi parecer por los art¨ªculos si bien con monotema argumental (la legalidad...), este s¨ª m¨¢s trabajado, de Francesc de Carreras, me proporciona alguna que otra reflexi¨®n m¨¢s. Si Bassets ve ¨²til aportar las reflexiones de Serrahima como argumento contra el soberanismo ciudadano al considerarlas, por no romper con el estado espa?ol, v¨¢lidas y deseado espejo de lo que ¨¦l cree que ser¨ªa sensato, deber¨ªamos preguntarnos porque despu¨¦s de la noche franquista y despu¨¦s tambi¨¦n de tres d¨¦cadas de democracia, a¨²n no se han materializado las propuestas que el pol¨ªtico dem¨®crata cristiano planteaba a inicios de los a?os 40 del pasado siglo. Efectivamente, como reconoce Bassets, impl¨ªcitamente, 30 a?os de democracia en Espa?a no han sido suficientes para materializar su pluralidad o su plurinacionalidad. Ni parece que lo sean en el futuro, visto el percal que gastan PP y PSOE, y no digamos ya los perfiles cultivados alrededor del nacionalismo (de estado, en principio, y total, al final) como UPyD.
Hay que tener mucha fe en Espa?a o mucha ingenuidad o mucha malicia para esperar que la materializaci¨®n de la plurinacionalidad de Espa?a ocurra en los pr¨®ximos 30 o 300 a?os. Por lo que se vio en el Congreso hace unas semanas, en el debate con la delegaci¨®n del Parlament de Catalunya, estamos a a?os o a siglos luz de llegar a este estadio, o mejor dicho, directamente, es imposible. A no ser que algunos, Sr. Bassets, tengan informaci¨®n que los ciudadanos corrientes desconocemos.
Vaya, parece que el clan Pujol lleva casi los mismos a?os de la democracia ocultando bienes heredados, porque parece que no encontraba el momento para hacerlo. A mi me pasa lo mismo con el caj¨®n de la mesilla de noche, cierto es que m¨¢s vac¨ªo. En fin,
... en fin, qu¨¦ no har¨¢ una herencia que no haga el vino a deshoras. Y sobre todo, ?qu¨¦ no har¨¢ un padre por sus hijos en trance de entrar en la c¨¢rcel? Pues qu¨¦ va a hacer, lo que no hizo por un padre que falleci¨®, declarar lo que no declar¨®, bien que ahora trufado de m¨¢s mentiras para hacer pasar por legal lo que ni por asomo presenta visos de ello. Y ahora me salgo que no se puede comentar cargado... por raz¨®n que se lleve..
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Escribe en EL PA?S columnas y an¨¢lisis sobre pol¨ªtica, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ¡®El a?o de la Revoluci¨®n' (Taurus), sobre las revueltas ¨¢rabes, ¡®La gran verg¨¹enza. Ascenso y ca¨ªda del mito de Jordi Pujol¡¯ (Pen¨ªnsula) y un dietario pand¨¦mico y confinado con el t¨ªtulo de ¡®Les ciutats interiors¡¯ (Galaxia Gutemberg).