No hay lugar seguro para los vecinos de Gaza
El periplo de los Kilani, que murieron tras varios traslados, ilustra el desamparo
El profesor Ibrahim Kilani y su familia escaparon de su hogar en Beit Lahia ¡ªun pueblo al norte de Gaza¡ª el jueves, cuando los soldados de Israel empezaban su invasi¨®n terrestre de la Franja.
Muchos palestinos pensaban entonces que la infanter¨ªa y los tanques asaltar¨ªan el norte del territorio, as¨ª que Ibrahim y Tagrid llevaron a sus cinco hijos a Shiyaiya, al este de Ciudad de Gaza. Salieron de all¨ª a tiempo para evitar las bombas que arrasaron el barrio la noche del s¨¢bado y causaron la muerte a decenas de vecinos. Entonces se refugiaron en el edificio m¨¢s optimista de la Franja, la Torre de la Paz, en la c¨¦ntrica calle Omar el Mutjar. Sus seis plantas superiores se hundieron el lunes tras el impacto de dos misiles israel¨ªes. All¨ª murieron los Kilani, sus cinco hijos de entre 4 y 12 a?os y otras cuatro personas. Como ellos, m¨¢s de 600 palestinos han perdido la vida en dos semanas de intensos bombardeos israel¨ªes.
Cuando el Ej¨¦rcito de Israel ordena a los vecinos que abandonen un barrio, familias enteras como los Atar, de la aldea de Atatra, buscan cobijo en alguna de las 69 escuelas habilitadas como refugio por la ONU.
Ya se han refugiado en ellas m¨¢s de 100.000 desplazados. Israel atac¨® este martes uno de estos colegios convertidos en refugios. La ONU ¡ªque denunci¨® el hallazgo de cohetes en una segunda escuela¡ª confirm¨® el ataque, pero no detall¨® si el edificio hab¨ªa sido evacuado. La v¨ªspera, los ca?ones tiraron contra el hospital Al Aqsa, que estaba lleno de pacientes. Mataron a cinco personas. Los 1,8 millones de gazat¨ªes no pueden dejar la Franja. Israel, lo mismo que Egipto, mantiene cerrados todos los pasos fronterizos. Queda el mar, donde las patrulleras israel¨ªes acechan cualquier barco que se adentre en el Mediterr¨¢neo. ¡°En Gaza no hay, literalmente, ning¨²n lugar seguro¡±, recalc¨® desde Ginebra un alto cargo de Naciones Unidas.
Atrapados en lo que consideran una gran c¨¢rcel, muchos palestinos dan tumbos por la Franja como los Kilani, que creyeron que la guerra declarada por Israel ¡°contra los t¨²neles de Ham¨¢s¡± no afectar¨ªa al quinto piso de la Torre de la Paz. O como la viuda Nasha Suker, que tras dejar la devastada Shiyaiya, sin saber ad¨®nde ir, se refugia en la iglesia ortodoxa de San Porfirio con sus siete hijos, otros 50 familiares y varios cientos de palestinos m¨¢s.
El arzobispo griego Alexios abri¨® las puertas del templo tras ponerse de acuerdo con los responsables de la mezquita contigua. Sudoroso y agitado tras una noche sin pegar ojo, el arzobispo contaba ayer que los tanques israel¨ªes hab¨ªan bombardeado los dos cementerios adyacentes: el cristiano y el musulm¨¢n.
Las mujeres que cuidaban de los ni?os junto a Nasha explicaron que ¡°pedazos de metralla y piedras de las tumbas¡± hab¨ªan saltado con las explosiones hasta el patio donde jugaban sus hijos. No hubo heridos esta vez, pero la metralla, a¨²n f¨¢cil de encontrar ayer, rompi¨® los dep¨®sitos de agua.
Mientras el frente de Gaza se cobraba la vida de otro soldado israel¨ª, elevando el n¨²mero total de uniformados muertos en esta ofensiva a 28, la diplomacia internacional intensificaba los contactos para auspiciar un alto el fuego permanente entre Israel y las milicias palestinas, que continuaron disparando cohetes a Israel.
El primer ministro israel¨ª, Benjam¨ªn Netanyahu, hab¨ªa acusado a Ham¨¢s de usar ¡°la teleg¨¦nica muerte¡± de palestinos en Gaza ¡°para su causa¡±. Netanyahu insisti¨® este martes en que los palestinos que mueren en los bombardeos de Israel son ¡°v¨ªctimas del brutal r¨¦gimen de Ham¨¢s¡±. Israel admiti¨® que uno de sus soldados, Oron Shaul, est¨¢ desaparecido. Ham¨¢s anunci¨® su captura el domingo.
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