La reprivatizaci¨®n del petr¨®leo mexicano
La reforma energ¨¦tica representa un cap¨ªtulo m¨¢s en una larga lucha entre las fuerzas nacionalistas y progresistas del pa¨ªs
En cinco marat¨®nicas jornadas en el Senado mexicano, la alianza de derecha integrada por el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Acci¨®n Nacional (PAN) aprobaron un conjunto de reformas que permite la inversi¨®n privada en el sector de los energ¨¦ticos, entrega las ganancias petroleras a inversionistas privados y condena a la desaparici¨®n a las dos principales industrias de este sector: Petr¨®leos Mexicanos (Pemex) y la Comisi¨®n Federal de Electricidad (CFE).
Los partidos de izquierda, el Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica (PRD) y el Partido del Trabajo (PT) expusieron con argumentos t¨¦cnicos, hist¨®ricos y pol¨ªticos los graves riesgos que implica esta reforma, para la convivencia democr¨¢tica y las posibilidades de un estallido social derivado del malestar generado por el incremento en el precio de los combustibles y el encarecimiento de los productos de primera necesidad para el sustento de millones de familias.
Aunque todav¨ªa la C¨¢mara de Diputados tendr¨¢ que revisar lo aprobado por el Senado, esta reforma puede considerarse un hecho consumado, con lo cual se habr¨¢ realizado el mayor cambio en la historia reciente de M¨¦xico, por los impactos que estas modificaciones tendr¨¢n en el desarrollo econ¨®mico, la estabilidad laboral de cerca de medio mill¨®n de trabajadores de Pemex y de la CFE y la propia soberan¨ªa mexicana sobre sus recursos estrat¨¦gicos.
M¨¦xico habr¨¢ realizado el mayor cambio en su historia reciente, por los impactos que estas modificaciones tendr¨¢n
Las compa?¨ªas petroleras transnacionales ser¨¢n due?as del petr¨®leo, a trav¨¦s de varias modalidades de contratos y de licencias. El desempleo aumentar¨¢, porque Pemex y CFE ser¨¢n desplazadas por empresas extranjeras. Como ocurri¨® hasta inicios del siglo XX, campesinos e ind¨ªgenas ser¨¢n despojados de sus tierras para entreg¨¢rselas a las grandes firmas internacionales . Fomentar¨¢ la corrupci¨®n para beneficio de compa?¨ªas for¨¢neas, de funcionarios e incluso de algunos legisladores que promovieron estos cambios.
En suma, esta reforma representa un cap¨ªtulo m¨¢s en una larga lucha en donde las fuerzas nacionalistas y progresistas se enfrentan a las visiones que consideran que el sector de los energ¨¦ticos debe estar en el dominio de empresas privadas. En 1938, el entonces presidente, L¨¢zaro C¨¢rdenas del R¨ªo, nacionaliz¨® la industria petrolera, en ese tiempo en manos de empresas estadounidenses e inglesas, fundamentalmente.
En un contexto internacional complejo, mientras en Europa se cern¨ªa la amenaza de la Segunda Guerra Mundial alentada por el auge del nazismo, el fascismo y el comunismo, el Gobierno de C¨¢rdenas decidi¨® nacionalizar el petr¨®leo y enfrentar las presiones internacionales derivadas de esta decisi¨®n.
El Gobierno cardenista se caracteriz¨® por la realizaci¨®n de grandes reformas sociales como fueron un masivo reparto agrario, el respeto a la huelga de los trabajadores, una educaci¨®n de inspiraci¨®n socialista y el otorgamiento de asilo a los perseguidos pol¨ªticos, principalmente a los exiliados de la Rep¨²blica Espa?ola.
La expropiaci¨®n petrolera de C¨¢rdenas propici¨® m¨²ltiples muestras de apoyo popular. Comunidades enteras entregaron su ganado, parejas sus anillos de bodas y obreros sus exiguos ahorros, para contribuir al pago que el Gobierno mexicano ten¨ªan que realizar a las empresas extranjeras como indemnizaci¨®n.
Ahora la reforma del presidente Pe?a Nieto no ha despertado ning¨²n apoyo popular. Datos de encuestas oficiales y de las realizadas por empresas particulares, coinciden en se?alar que m¨¢s del 60% de la poblaci¨®n rechaza estos cambios.
?Qu¨¦ sigue despu¨¦s de la reforma? Lo que sigue es la petici¨®n por parte de la izquierda y de organizaciones de la sociedad civil de la realizaci¨®n de una Consulta Popular para el pr¨®ximo a?o, cuando se realizar¨¢n elecciones para elegir a la totalidad de los 500 diputados federales.
Esta forma de democracia directa constituye en camino real, legal y democr¨¢tico, para que la izquierda trate de revertir la privatizaci¨®n de dos recursos claves para el desarrollo de cualquier naci¨®n.
Miguel Barbosa Huerta es coordinador del Grupo Parlamentario del PRD en el Senado de M¨¦xico.
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