La pol¨ªtica, fuera de las mezquitas (por decreto real)
Marruecos proh¨ªbe a los imames propagar sus ideas en los sermones
Religi¨®n, pol¨ªtica y poder real. Una combinaci¨®n explosiva en cualquier lugar pero tremendamente difusa en Marruecos, que pretende exportar su modelo de islamismo malekita moderado a todo el mundo. El rey, que ya no es sagrado desde la Constituci¨®n de 2011, pero s¨ª el comendador de todos los creyentes, puso en marcha un plan hace 10 a?os tras los atentados de Casablanca que ha culminado justo ahora con cuatro decretos en los que regula la actividad de los imames en las mezquitas y les proh¨ªbe sermonear de pol¨ªtica. La idea era muy demandada, pero esconde el objetivo de controlar m¨¢s a los l¨ªderes religiosos y evitar que propaguen discursos yihadistas radicales.
En el exterior de la antigua Casa de Espa?a en Casablanca no figura ning¨²n cartel que conmemore nada. Los nuevos due?os de aquel espacio recreativo, que sufri¨® en mayo de 2003 los peores atentados que se recuerdan en Marruecos sobre cinco objetivos y con 45 muertos, no quieren llamar la atenci¨®n. Son jud¨ªos y han abierto otro establecimiento, que funciona durante el d¨ªa incluso en Ramad¨¢n. Aquel viernes negro marc¨® la decisi¨®n del nuevo rey, Mohamed VI, de intentar cambiar a toda costa el signo del islamismo que se impart¨ªa hasta entonces en Marruecos.
Marruecos se cre¨ªa inmune en ese ¨¢mbito religioso y terrorista. El pa¨ªs presume de facilitar una convivencia tranquila entre las tres creencias: la musulmana, la jud¨ªa y la cristiana. El rey, adem¨¢s, a¨²n era sagrado y la autoridad m¨¢xima para los creyentes. Aun ahora, cuando se alude al monarca en cualquier noticia en los medios de comunicaci¨®n se a?ade: ¡°Al que Dios ilumine¡±.
El atentado despert¨® muchos espejismos. Al a?o siguiente, en 2004, el monarca reestructur¨® el Gobierno y el Ministerio de Asuntos Religiosos para darle m¨¢s poder y otro sentido. En 2005, el Estado cre¨® una cadena de televisi¨®n y otra de radio para retransmitir las verdades del Cor¨¢n malekita frente a los mensajes de cadenas como Al Yazira o de las redes sociales, que se consideraban m¨¢s extremistas y dif¨ªciles de modular. En los 10 a?os desde su creaci¨®n, Radio Mohamed VI del Santo Cor¨¢n se ha convertido en l¨ªder, con cuatro millones de oyentes a la semana y una cuota de audiencia del 16,18%.
En 2006 el Estado estructur¨® una academia oficial y obligatoria para los imames, para formarles mejor y con edictos (fetuas) m¨¢s modernos, a cambio de un sueldo de 4.000 dirhams (335 euros al mes). En 2011, tras el aviso de la primavera ¨¢rabe en varios pa¨ªses vecinos, se reform¨® finalmente la Constituci¨®n y se modul¨® aparentemente el poder real y la influencia de la religi¨®n sobre la sociedad.
El calendario ha concluido ahora con la publicaci¨®n de cuatro decretos reales (dahir) in¨¦ditos en el mundo ¨¢rabe donde, por un lado, se proh¨ªbe a los imames y predicadores musulmanes expresamente compaginar su actividad religiosa con cualquier otra pol¨ªtica o sindical, se les insta a abstenerse de propagar as¨ª sus ideas u opiniones, y se les marca una serie de pautas y obligaciones. Deben estudiar y actualizar m¨¢s sus arengas y vestir adecuadamente seg¨²n lo que marca la tradici¨®n.
La primera reacci¨®n a la decisi¨®n real ha sido muy positiva en general. El pasado viernes, el exportavoz de la Casa Real, Hassan Aourid, un dirigente pol¨ªtico en auge, valoraba en una entrevista en el influyente semanario Telquel el paso de separar la pol¨ªtica y la religi¨®n y de fijar cu¨¢les deb¨ªan de ser las obligaciones del Estado y del poder pol¨ªtico y las necesidades de las asociaciones religiosas.
Era una demanda que hab¨ªan planteado muchos partidos pol¨ªticos, organizaciones y entidades sociales. El propio decreto real, firmado el 26 de junio y que no se conoci¨® hasta varias semanas m¨¢s tarde, justifica esta medida ante el auge de las proclamas m¨¢s radicales del islamismo en otras naciones, pero que han captado adeptos en determinadas zonas de Marruecos. El pa¨ªs, de hecho, sigue en estado de m¨¢xima alerta ante el riesgo de un atentado y se han detenido 65 c¨¦lulas yihadistas en estos dos lustros. Desde los p¨²lpitos no se emitir¨¢n frases ¡°que atenten contra las condiciones de tranquilidad, serenidad, tolerancia y fraternidad¡±.
?Qui¨¦n decide qu¨¦ es intolerante y poco adecuado? El Gobierno bajo la influencia real. Algunos, pocos, se han atrevido a criticar esa posible discrecionalidad. Como lo ha hecho Youssef Belal, analista y autor de Sociolog¨ªa religiosa del islam pol¨ªtico en Marruecos, que tambi¨¦n ve detr¨¢s el inter¨¦s del Majzen (la corte real) por cortar un poco las alas al Partido Justicia y Desarrollo (PJD), del islamista moderado Abdelilah Benkirane, ahora primer ministro y antes predicador en las mezquitas. Pero incluso desde la oposici¨®n en el Parlamento, como ha subrayado Tarek Hassan, de la Uni¨®n Socialista de Fuerzas Populares, se ha destacado que es mejor limitar la influencia del PJD que dejar espacio para el cultivo del yihadismo violento.
No se han facilitado m¨¢s explicaciones sobre las intenciones reales con este decreto. Los imames tampoco se han pronunciado. Este diario intent¨® contactar con varios y la respuesta fue que el Ministerio de Asuntos Religiosos no les permit¨ªa expresarse. El ministerio ejerce un f¨¦rreo control sobre los imames, a los que nombra para las 46.000 mezquitas repartidas por todo Marruecos, tiene a sueldo y cita en momentos clave para coordinar mensajes y evitar la infiltraci¨®n de radicales. Ha pasado numerosas veces. As¨ª sucedi¨® tras la guerra del golfo, cuando algunos religiosos arremetieron contra George W. Bush y fueron reprendidos. Pasa cuando se produce alg¨²n problema en Ceuta y Melilla y ocurri¨® igual en 2012 cuando visit¨® el S¨¢hara Occidental el enviado de Naciones Unidas Christopher Ross.
Gira para exportar imanes
El rey Mohamed VI emprendi¨® este invierno, a finales de febrero, una gran gira por varios pa¨ªses africanos para exportar Marruecos. Es una de sus obligaciones y la hizo a fondo. Acudi¨® a varias naciones subsaharianas con una comitiva bien cargada de pol¨ªticos, empresarios y coranes. En varias de sus paradas don¨® hasta 10.000 libros sagrados del rito malekita, que en Marruecos se considera el islam moderado y contrapuesto al m¨¢s radical suf¨ª. El pa¨ªs ha firmado en los ¨²ltimos meses acuerdos de colaboraci¨®n con Nigueria, Guinea-Conakry, Mal¨ª, T¨²nez y Libia para enviar sus imanes a extender sus ideas.
A los imanes marroqu¨ªes se les exige, con la nueva normativa, respetar al pie de la letra la doctrina malekita a expensas de ser multados y castigados por el Ministerio de Asuntos Religiosos. No es una orden a voluntad. Cada im¨¢n asume su responsabilidad. Algunos, pese a todo, se han atrevido a saltarse en el pasado esos mandatos, como hizo Al Faqui Abdal¨¢ Nahar¨ª, en la mezquita en Uchada, cuando pidi¨® al rey en la primavera de 2011 que tomara nota de las revueltas que se estaban viendo en las calles de T¨²nez, Egipto o Libia. Mohamed VI registr¨® el aviso y ese a?o reform¨® la Constituci¨®n pero antes cit¨® a los imanes para que hicieran campa?a a favor en el refer¨¦ndum que convoc¨® y que gan¨® por abrumadora mayor¨ªa.
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