¡°Era preciso derrocar a Morsi por el riesgo de guerra civil¡±
El dentista y escritor egipcio se ha significado por su defensa del golpe de Estado
El dentista y escritor egipcio Alaa Aswany (El Cairo, 1957), autor del best seller El edificio Yacobi¨¢n, se ha significado por su oposici¨®n a los Hermanos Musulmanes y su defensa del golpe de Estado militar del 3 de julio de 2013.
Pregunta. ?Se arrepiente de haber apoyado el golpe?
Respuesta. No, fue una acci¨®n necesaria porque el pa¨ªs estaba al borde de la guerra civil. Adem¨¢s, aqu¨ª no consideramos que fuera un golpe de Estado. El Ej¨¦rcito cumpli¨® la voluntad de la mayor¨ªa de la poblaci¨®n, que se expres¨® unos d¨ªas antes en manifestaciones multitudinarias. Fue una situaci¨®n excepcional, ya que no ten¨ªamos un Parlamento, y por lo tanto no exist¨ªa ning¨²n mecanismo legal para retirar la confianza al presidente Mohamed Morsi, algo presente en la mayor¨ªa de democracias occidentales.
P. Pero en los sistemas presidencialistas, como el egipcio, es necesario que el presidente haya cometido alg¨²n delito grave...
R. Y Morsi los cometi¨®. Bajo su presidencia se asesin¨® a decenas de personas en Port Said, a ra¨ªz de la tragedia del estadio de f¨²tbol. Se puede argumentar que ¨¦l no dio las ¨®rdenes. Pero m¨¢s dif¨ªcil es justificar que no sea responsable de las muertes de opositores revolucionarios. Los islamistas no son pac¨ªficos. Despu¨¦s del golpe, en una manifestaci¨®n, dispararon contra la fachada de mi consulta.
P. Antes de que llegaran al poder, defendi¨® el derecho de los Hermanos Musulmanes a gobernar. ?Le decepcionaron?
R. Siempre he cre¨ªdo que no tienen respuestas a los problemas actuales de Egipto porque intentan recrear un sistema, el califato, de muchos siglos atr¨¢s y que, realmente, ni siquiera existi¨®. Ahora bien, yo argumentaba que se les deb¨ªa conceder una oportunidad, y por eso me llovieron las cr¨ªticas. Dicho esto, la Hermandad es la principal responsable de su ca¨ªda, porque olvidaron que quienes les auparon a la presidencia fueron los votos de los revolucionarios. Poco despu¨¦s de su investidura, Morsi me convoc¨® a una reuni¨®n con otros representantes de la revoluci¨®n. Entonces, le dije que ten¨ªa dos opciones: cumplir con las demandas de la revoluci¨®n, aun a costa de perder apoyos internos, o llegar a un acuerdo con el viejo r¨¦gimen para perpetuarse en el poder. Enseguida fue evidente que no me har¨ªa caso, y decid¨ª no colaborar con su Administraci¨®n. Rechac¨¦ la oferta de formar parte de la Asamblea Constituyente.
P. ?Qu¨¦ opini¨®n le merece el r¨¦gimen actual?
R. Estoy en desacuerdo con algunas cosas que han pasado el ¨²ltimo a?o. Para empezar, las terribles violaciones de derechos humanos. Es algo completamente inaceptable. Con estos abusos, lo que conseguir¨¢n es multiplicar el n¨²mero de futuros terroristas. El terrorismo se debe combatir con la justicia, no con la opresi¨®n.
P. O sea, que no conf¨ªa en el presidente Al Sisi.
R. Sabemos muy poco de lo que piensa. Lleva poco tiempo en la presidencia, y creo que debemos darle una oportunidad. Ante s¨ª tiene tres caminos: reconstruir el Estado policial de Mubarak, lo cual ser¨ªa un desastre para ¨¦l y para el pa¨ªs; imitar a Nasser, e intentar desarrollar el pa¨ªs aplicando un programa de justicia social, pero sin permitir voces cr¨ªticas, un proyecto que tambi¨¦n fracasar¨¢; o bien democratizar Egipto.
P. Sus columnas han desaparecido del diario Al Masry al Youm. ?Qu¨¦ ha sucedido?
R. Lleg¨® un nuevo director y empezaron a violar las normas de mi contrato. Es lo que sucede cuando tus art¨ªculos incomodan al Gobierno. Van poniendo trabas a tu trabajo para que abandones.
P. ?Mantiene su optimismo?
R. S¨ª, porque se ha roto la barrera del miedo que sostuvo al r¨¦gimen de Mubarak. La revoluci¨®n ha cambiado incluso a aquellos que no participaron en ella. Es como un esp¨ªritu que ha penetrado en sus mentes.
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