¡ y estoy con Nir Baram
El escritor denuncia mentiras de la maquinaria b¨¦lica de no pocos pol¨ªticos israelitas que confunden invasi¨®n con tolerancia
Escribo de luto. Las madrugadas de ¨ªntimo silencio en las sombras se prolongan incluso durante las lluvias soleadas del d¨ªa. Me duele el dolor de los deudos e imagino el dolor insoportable de las v¨ªctimas, de los muertos que sobrellevan su martirio de a?os con estoica serenidad que parece verdadero amor por la vida. Intento tomar ejemplo de quienes se resignan a encarar con absoluta dignidad la agresi¨®n de tanto impune, tanto poderoso ciego, tanto engre¨ªdo que finca su presencia absuelto en que las horas del d¨ªa conceden treguas humanitarias que no necesariamente se respetan, tanta palabrer¨ªa hueca que conjugan en sus s¨ªlabas la ira callada, el enga?o constante y el recurso infalible de las mentiras.
Hace una semana escrib¨ªa que estoy con Etgar Keret, escritor israel¨ª de cuentos entra?ables a quien por el s¨®lo hecho de haber pedido un minuto de silencio por la muerte de ni?os palestinos vive ahora el infierno irracional de amenazas e injurias siniestras en su propia patria. Desbocadas bandadas de fanatizados sionistas y enceguecidos compatriotas israelitas han llegado al extremo de advertirle a Keret que pretenden llevar a su esposa ¨Cla actriz y directora cinematogr¨¢fica Shira Geffen¡ªal pat¨ªbulo rabioso de una violaci¨®n masiva y ¨Csin la menor consideraci¨®n a la implicaci¨®n simb¨®lica de sus amenazas¡ª¡°condenarla a las c¨¢maras de gas¡±.
Estoy con Keret cada vez que lo leo y envidio con admiraci¨®n tentada al plagio sus fascinantes historias con los enredos ins¨®litos de sus tramas, la irreal cuadratura de sus personajes como poliedros y la ternura ¨Ca menudo desconcertante¡ªde sus desenlaces y estoy con Kerete cuando imagino el tormento que vive todos los d¨ªas por externar en p¨²blico un llamado al a cordura y a la piedad¡ y estoy con Nir Baram, a quien tambi¨¦n le llueven todos los d¨ªas insultos y amenazas de sus propios conciudadanos israelitas por el hecho de hablar con honestidad y sin miedos, desde hace a?os, en contra de la demencial pol¨ªtica militarista y ocupacional de ciertos pol¨ªticos de Israel que en lo m¨¢s m¨ªnimo se preocupan por buscar o apuntalar las verdaderas veredas de un posible entendimiento y p¨¢ramo de paz por encima de la siniestra nervadura de los t¨²neles terroristas de Ham¨¢s.
Nir Baram no tiene miedo alguno en advertir que las mentiras de Benjamin Netanyahu han llevado a Israel al embudo irracional
Conoc¨ª a Nir Baram durante la pasada Feria Internacional del Librio de Guadalajara 2013. Tuve el gusto sin sorpresa alguna de convertirlo en amigo instant¨¢neo no solo por la sincron¨ªa con su conversaci¨®n l¨²cida y llena de humor inteligente, sino por la admiraci¨®n que destilan sus p¨¢rrafos. Baram vino a M¨¦xico a presentar Las buenas personas (Alfaguara, 2013), una voluminosa novela que se lee como agua pura, por la fina prosa de su autor ya traducido a tantas lenguas, que de veras parece que el hebreo ¨Co alg¨²n dialecto ¨¢rabe o ciertos giros del finland¨¦s y para tal caso, cualquier lengua que se escriba con verdad y alma de coraz¨®n en mano¡ªser¨¢n siempre le¨ªdas en primera persona, como quien escucha la voz no s¨®lo del escritor, sino de cada uno de sus personajes. Nir Baram cuaj¨® una novela sobre la Alemania Nazi, la Rusia Sovi¨¦tica, la Segunda Guerra Mundial, el horror del Holocausto¡ ese per¨ªodo de la historia de nuestra conciencia que (c¨®moda o inc¨®modamente) se ha hollywoodizado, congelado en el recuerdo de forma maniquea y simplista, y es precisamente su atrevida historia la que rompe con ese estigma para muchos intocable donde toda tragedia parec¨ªa signada como destino inapelable; Baram escribi¨® sobre todos los que incluso sin saberlo ni poder evitarlo colaboraban en silencio o por omisi¨®n con cualesquiera forma del honor o la verg¨¹enza, con los que por cuidar las formas avalaban que cientos de ciudadanos llevasen el tatuaje de su credo como estrella cosida al brazo y con aquellos que editaban las confesiones de los presos en la Rusia intimidatoria de tantas sombras en blanco y negro.
Para bien de la literatura y mella de cualquier buen equipo de f¨²tbol, Nir decidi¨® no profesionalizar sus buenas maneras como centro delantero y podr¨ªa jurar que mete mejores goles y dribla a m¨¢s rivales con su pluma que con el bal¨®n. Baram ya hab¨ªa azotado a los profesionales de la cr¨ªtica desde su primera novela Purple Love Story, enamorado milagro en morado y m¨¢s a¨²n, con la publicaci¨®n de The Remaker of Dreams, donde el que rehace los sue?os redefine y cambia el decurso idealista de toda vigilia. Por ambos libros y por tanta buena prosa el diario alem¨¢n Frankfurter Allgemeine Zeitung afirmaba que ¡°Muy probablemente, Dostoievski escribir¨ªa as¨ª si viviera hoy en d¨ªa en Israel¡±. Con verdades descarnadas, voluntad constante de di¨¢logo, abierta disposici¨®n al di¨¢logo e incluso a la discusi¨®n de las ideas (que s¨®lo un pelma confunde con ganas de pelear), Nir Baram se ha construido un lugar en las letras del mundo, libro a libro y en cada columna y ensayo que publica en prensa y revistas. As¨ª se confirm¨® al lado de Jorge Volpi durante la presentaci¨®n de Las buenas personas y en la azarosa sincron¨ªa de las nuevas novelas de ambos, pues tanto La sombra del mundo de Baram y la recientemente aparecida Memorial del enga?o (Alfaguara, 2014) de Volpi abordan la oprobiosa debacle del capitalismo descarnado que nos tiene a casi todos sumidos en madrugadas de silencio.
Pero Baram se ha hecho o¨ªr (aunque quiz¨¢ no escuchar por todos sus lectores lo escuchen) desde hace a?os en la columna que publica en el peri¨®dico Haaretz de Israel y por lo pensado y expuesto en un largo y luminoso art¨ªculo publicar en el medio 972, Baram ha sido ahora condenado a insultos constantes, amenazas nada veladas e incluso, censuras sin sentido. Baram ha denunciado mentiras de la maquinaria b¨¦lica de no pocos pol¨ªticos israelitas, ha subrayado absurdos y contradicciones de quienes confunden invasi¨®n con tolerancia y agresi¨®n con defensa. Hijo y nieto de destacados pol¨ªticos, ambos ministros en diferentes Gobiernos laboristas del pasado, Nir Baram sabe bien de qu¨¦ habla cu¨¢ndo habla y escribe de la nueva cala?a de mentirosos que nada tienen que ver con pol¨ªticos de buena voluntad y constructores de futuros posibles (como lo fueron su padre y abuelo) y que no hacen m¨¢s que opacar las ra¨ªces mismas con las que se fund¨® el Estado de Israel y Nir Baram no tiene miedo alguno en advertir que las mentiras de Benjamin Netanyahu han llevado a Israel al embudo irracional en el que se halla la nebulosa confundida de quienes celebran bombardeos y aplauden al escuchar los gritos de los ni?os palestinos masacrados. Que Baram critique la locura y el odio desatado por su propio pueblo no tiene nada que ver con quienes apoyen o simpatizan con los truculentos criminales de Ham¨¢s y no tiene nada que ver con quienes vociferan el inconsciente antisemitismo radical en pro de un intuido y no tan consciente entusiasmo palestino.
Ya sab¨ªamos que en las noches de los tiempos que nos tocan vivir hay mucha neblina de amnesia y se agolpan como algodones negros las c¨ªclicas ignorancias que intentamos abatir con los libros que se leen a media voz, a la vela de una m¨ªnima luz, en medio de tanta oscuridad. No olvidemos que las palabras de los escritores que hablan con valiente verdad, los que escriben sin miedo a la agresi¨®n que recibir¨¢n sus palabras no-le¨ªdas es tan ejemplar y reconfortante como la callada agon¨ªa de todos los inocentes que mueren entre cascajos, los heridos que agonizan lejos de los gritos y la palabrer¨ªa de las propagandas y la nerviosa impaciencia de un solo ni?o que, de tener un bal¨®n a la mano, estar¨ªa jugando hoy mismo un partido sin fronteras.
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