Los criterios pendulares de la Justicia egipcia
Tras a?os de independencia, los jueces toman decisiones en consonancia con Al Sisi
Hubo un tiempo en el que los jueces egipcios se enorgullec¨ªan de mantenerse al margen del nepotismo y la corrupci¨®n que distingu¨ªan la dictadura de Hosni Mubarak. A falta de una alternativa pol¨ªtica, la judicatura se convert¨ªa en ocasiones en una suerte de cortafuegos para las caprichosas medidas tomadas por el poder Ejecutivo. Pero tras el amago de infarto que provocaron los islamistas en el seno del aparato judicial, sus decisiones parecen ahora discurrir en paralelo a la pol¨ªtica instaurada por el r¨¦gimen de Abdel Fatah al Sisi.
La ¨²ltima de las pol¨¦micas decisiones proviene de un tribunal penal de El Cairo, que decret¨® a mediados de julio cadena perpetua para siete j¨®venes y 20 a?os de prisi¨®n para otros dos menores de edad por su supuesta implicaci¨®n en las agresiones sexuales contra mujeres que se produjeron hace un mes en la plaza Tahrir, coincidiendo con las celebraciones por la investidura de Al Sisi. Los asaltos empa?aron la toma de posesi¨®n del flamante presidente, que se implic¨® de forma directa en acabar con la lacra del acoso. Una enmienda al C¨®digo Penal endurece las penas para estos casos, aunque la corte ha ido mucho m¨¢s all¨¢ al endosar a los acusados una ristra de delitos que van desde la violaci¨®n o el abuso, al robo y la posesi¨®n de armas blancas.
¡°En estos momentos no hay una ley que los jueces sigan, cuando alguien comparece en una corte no sabe qu¨¦ va a pasar¡±, asegura Hassan Mosad, abogado del Centro Egipcio para los Derechos Econ¨®micos y Sociales. Ante cualquier asunto escabroso, el Gobierno enarbola la independencia de la Justicia y niega su implicaci¨®n en estos asuntos. Pero seg¨²n el letrado, el imperio de la ley en Egipto ¡°se ha sustituido por las decisiones personales de los magistrados, que obedecen a sus ideas preconcebidas¡±.
Desde el derrocamiento de Mohamed Morsi, las principales v¨ªctimas de esta ¡°justicia selectiva¡± -como la han venido a denominar organizaciones como Amnist¨ªa Internacional (AI)- han sido los islamistas. Los l¨ªderes de los Hermanos Musulmanes acumulan decenas de cargos, mientras que miles de simples simpatizantes del movimiento han sido incluidos en juicios masivos en los que las garant¨ªas procesales han brillado por su ausencia, seg¨²n los equipos jur¨ªdicos de los colectivos de derechos humanos. El abogado Mohamed Lotfi, que ha trabajado para AI en alguno de estos casos, apunta que la t¨®nica general es que ¡°los detenidos pasen en prisi¨®n preventiva sin acusaciones m¨¢s tiempo del que deber¨ªan, sin recibir tampoco asistencia legal¡±.
En el proceso m¨¢s medi¨¢tico, un mismo juez conden¨® a muerte a 220 supuestos partidarios de la Hermandad -incluido el gu¨ªa supremo de la cofrad¨ªa, Mohamed Badie- y dict¨® cadena perpetua para otro medio millar de personas. Pero tampoco se han librado periodistas como los del canal catar¨ª Al Yazira, condenados a penas de entre siete y diez a?os de c¨¢rcel, o los principales activistas de tendencia liberal, que se encuentran en prisi¨®n.
Al contrario de lo que podr¨ªa interpretarse como la politizaci¨®n de la Justicia, Nathan Brown, profesor en la Universidad George Washington y experto en constitucionalismo en los pa¨ªses ¨¢rabes, piensa que la judicatura goza de la suficiente autonom¨ªa ¡°para tomar decisiones en nombre de Egipto, pensando sinceramente que act¨²a como defensor de la naci¨®n¡±. En su ensayo La fallida transici¨®n en Egipto se?ala que los jueces han actuado por todos los medios para ¡°perpetuar sus intereses hasta un nivel que socava los mecanismos democr¨¢ticos¡±.
Los recelos de algunos estamentos de la judicatura sobre el r¨¦gimen de Mubarak no los acerc¨® ni mucho menos a los islamistas, contra los que la mayor¨ªa del aparato judicial tiene una especial inquina. Enaltecidos como garantes de un Estado laico, Morsi abri¨® contra los togados una encarnizada lucha de la que sali¨® m¨¢s que tocado. En su intento por jubilar a los magistrados m¨¢s hostiles y purgar el sistema judicial, s¨®lo consigui¨® abrir una herida en la que los jueces hurgan ahora.
La nueva Constituci¨®n ratificada en enero en refer¨¦ndum premia a este colectivo con una independencia a¨²n mayor. El poder ejecutivo y el judicial circulan por v¨ªas distintas con un mismo destino. Como el resto de las instituciones egipcias, que han cerrado el paso a la disidencia para arropar las viejas pr¨¢cticas recuperadas por la nueva Administraci¨®n de Al Sisi.
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