El sult¨¢n de los 100 a?os
Erdogan aspira a permanecer en el poder m¨¢s all¨¢ de 2023, en el centenario de la Turqu¨ªa fundada por Atat¨¹rk
¡°Tayyip s¨®lo cree en Al¨¢... pero no se f¨ªa ni de Dios¡±, le confesaba hace siete a?os al embajador de Estados Unidos en Ankara un estrecho colaborador del primer ministro de Turqu¨ªa en un cable diplom¨¢tico desvelado por Wikileaks. Recep Tayyip Erdogan, ratificado ayer por cerca de 20 millones de electores como uno de los suyos, como un hombre de la calle criado en un barrio de Estambul, se dispone a convertirse en el gobernante turco con un mandato m¨¢s dilatado. Aspira a superar incluso al padre de la Turqu¨ªa moderna, Mustaf¨¢ Kemal Atat¨¹rk, que presidi¨® el pa¨ªs durante 15 a?os a partir de su fundaci¨®n en 1923. Erdogan quiere mantenerse en el poder precisamente al menos hasta 2023, en la celebraci¨®n del centenario de la Rep¨²blica. Si lo consigue, y ayer dio un paso definitivo para lograrlo, habr¨¢ gobernado como primer ministro desde 2003 hasta 2014 y sumar¨¢ otra d¨¦cada como presidente, hasta 2024, si revalida su elecci¨®n como jefe de Estado dentro de cinco a?os.
Erdogan va camino de convertirse en un l¨ªder de dimensi¨®n hist¨®rica tras haber transformado la econom¨ªa de Turqu¨ªa hasta colocarla entre los 15 pa¨ªses con mayor peso econ¨®mico del planeta. Y ah¨ª radica una de las principales razones de su victoria, impulsada por unas clases medias conservadoras y religiosas que han triplicado en el ¨²ltimo decenio su nivel de renta, y que no parecen muy preocupadas por la reciente deriva autoritaria del l¨ªder islamista turco.
Nacido hace 60 a?os en Rice, a orillas del mar Negro, su familia pronto se traslad¨® a Estambul, donde el joven Tayyip fue un destacado jugador de f¨²tbol aficionado y estudi¨® en un imam hatip, o liceo cor¨¢nico, antes de graduarse en Econom¨ªa en la Universidad del M¨¢rmara. En 1994, fue elegido alcalde de la capital econ¨®mica turca, donde aplic¨® un programa de reformas y de lucha contra la corrupci¨®n. Pero su militancia islamista puso fin entonces a su carrera pol¨ªtica. Erdogan estuvo cuatro meses en la c¨¢rcel y fue condenado a la inhabilitaci¨®n permanente para ocupar cargos p¨²blicos por haber le¨ªdo un poema islamista que rezaba ¡°nuestras bayonetas son los minaretes¡± en 1998.
Sobrevivi¨® al ostracismo y tras moderar su discurso pol¨ªtico, fund¨® el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), con el que ha gobernado hasta ahora tras sumar tres aplastantes mayor¨ªas absolutas consecutivas en las legislativas.
Ayer culmin¨® una nueva etapa para perpetuarse en el poder. Tras haber iniciado el proceso para adhesi¨®n de su pa¨ªs a la Uni¨®n Europea y haber devuelto a los cuarteles a los militares, que protagonizaron cuatro golpes de Estado a partir de 1960, el autoritarismo de Erdogan marco un periodo de polarizaci¨®n de la sociedad turca, dividida entre sectores religiosos y laicos, que tuvo su m¨¢xima expresi¨®n en los disturbios protagonizados por miles de j¨®venes en el verano de 2013 que estallaron en el parque de Gezi de Estambul.
Los grupos pol¨ªticos liberales y las organizaciones isl¨¢micas, como la que dirige el influyente imam Fetul¨¢ G¨¹len, que le apoyaron en sus primeros mandatos, le han dado ahora la espalda. ¡°Vencer¨¢, pero no convencer¨¢¡±, insiste el analista pol¨ªtico turco Yavuz Baidar ¡ªparafraseando la c¨¦lebre frase de Miguel de Unamuno al poco de estallar la Guerra Civil espa?ola¡ª tras los recientes ¨¦xitos de Erdogan en las urnas. Pero el l¨ªder del AKP sigue conservando el apoyo electoral mayoritario de sus conciudadanos.
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