¡°Queremos ser el Houston de M¨¦xico¡±
El gobernador de Nuevo Le¨®n, Rodrigo Medina, ve un futuro pr¨®spero para su regi¨®n tras la aprobaci¨®n de la reforma energ¨¦tica
Dice Rodrigo Medina que desde el norte de Nuevo Le¨®n, el Estado que gobierna desde octubre de 2009, es posible ver a simple vista la riqueza que han dejado los hidrocarburos en Texas (Estados Unidos). ¡°All¨ª en Eagle Ford la peque?a empresa es de 1.000 millones de d¨®lares. Me dec¨ªa un empresario que el dinero no cabe en los bancos¡±, cuenta. El pol¨ªtico del PRI, el partido en el Gobierno, se frota las manos pensando que la reci¨¦n aprobada reforma energ¨¦tica, que abre la industria a las empresas privadas, har¨¢ lo mismo por su Estado, que ha sido severamente castigado por la violencia de narcotr¨¢fico en los ¨²ltimos a?os. ¡°Pretendo que Nuevo Le¨®n sea la capital energ¨¦tica del pa¨ªs. Queremos ser el Houston de M¨¦xico¡±, dice sin rodeos.
El anhelo no es ingenuo. Nuevo Le¨®n est¨¢ pr¨¢cticamente flotando en gas. La Cuenca de Burgos, un tesoro subterr¨¢neo que corre a lo largo del Estado y que comparte con Coahuila y Tamaulipas, es la reserva m¨¢s importante de gas natural en M¨¦xico. Para el 2027 los proyectos de explotaci¨®n en la zona representar¨¢n el 35,8% de la producci¨®n nacional. ¡°Hemos tenido la visita de m¨¢s de 100 empresas que quieren arrancar trabajos all¨ª¡±, revela. La mayor¨ªa de ellas, dice, son extranjeras.
Nuevo Le¨®n es la segunda entidad m¨¢s rica de M¨¦xico, despu¨¦s del Distrito Federal. Produce el 7% del PIB nacional gracias a que alberga industrias importantes como la del acero y el cemento y porque mantiene una estrecha relaci¨®n con los empresarios mexicanos. Sus autoridades pretenden convertirla en el centro financiero para los corporativos de las empresas trasnacionales que llegar¨¢n en un futuro cercano. El Estado, asegura el gobernador, se ver¨¢ beneficiado por su cercan¨ªa a la kilom¨¦trica red de ductos de gas en Estados Unidos.
Medina afirma que las universidades de la entidad, dentro de las que se encuentra el reputado Tecnol¨®gico de Monterrey, ya han adaptado sus planes de estudios de licenciaturas y posgrados para formar mano de obra que pueda trabajar en un mercado energ¨¦tico abierto.
Hemos tenido la visita de m¨¢s de 100 empresas que quieren arrancar trabajos en Nuevo Le¨®n¡±
En el promisorio panorama del gobernador aparece un nubarr¨®n. Pocos meses despu¨¦s de haber iniciado su administraci¨®n, los c¨¢rteles m¨¢s poderosos de esa zona del pa¨ªs, los sanguinarios Zetas y el Cartel del Golfo rompieron relaciones. Nuevo Le¨®n se convirti¨® en el campo de batalla de una sangrienta disputa que marc¨® la Administraci¨®n.
En 2010, a?o de la ruptura entre los delincuentes, se registraron 828 homicidios. Un a?o despu¨¦s fueron m¨¢s de 2.000. Ese fue el pico de una violencia desbocada que desat¨® asesinatos de alcaldes, fugas de prisioneros de las c¨¢rceles y provoc¨® un cruel atentado contra la poblaci¨®n cuando criminales prendieron fuego al Casino Royale, donde murieron 52 personas. En el aire flota una pregunta. ?Puede un Estado donde haya sucedido esto ofrecer seguridad a las inversiones que lleguen por la reforma energ¨¦tica? ¡°Es una de las preocupaciones m¨¢s importantes¡±, confiesa Medina.
El gobernador se dio cuenta de que estaba combatiendo la afrenta del narcotr¨¢fico ¡°con muy pocos elementos¡±. ¡°Nuestras polic¨ªas locales estaban poco preparadas. Hab¨ªan sido infiltradas, eran corruptas. El panorama se puso m¨¢s dif¨ªcil de lo que esper¨¢bamos¡±, confiesa. Entre 2010 y 2011 m¨¢s de 140 agentes fueron asesinados. Muchas de esas vidas fueron cobradas por sicarios que exterminaban polic¨ªas bajo la sospecha de que simpatizaban con sus rivales.
El Gobierno decidi¨® comenzar desde ¡°menos cero¡± una transformaci¨®n. 4.000 polic¨ªas fueron despedidos y una instituci¨®n en la que se pudiera confiar fue creada. En 2011, sin embargo, nadie quer¨ªa ser polic¨ªa en Nuevo Le¨®n. Las autoridades tuvieron que abrir la cartera para hacer m¨¢s apetitosa la oferta de Fuerza Civil, un organismo de seguridad que duplic¨® los sueldos de sus elementos, que pasaron de ganar 8.000 pesos mensuales (611 d¨®lares) a 18.000 (1.376 d¨®lares).
Para apagar el incendio de la inseguridad fue necesario mucho dinero. El Estado pas¨® de invertir en seguridad el 2,8% del presupuesto al 9% para 2014. Se construyeron cuarteles de Fuerza Civil y la Armada para brindar seguridad a las carreteras de las zonas rurales, que por a?os acumularon reportes de desapariciones, secuestros y asaltos.
Nuestras polic¨ªas locales estaban poco preparadas. Hab¨ªan sido infiltradas, eran corruptas¡±
El esfuerzo comienza a dar frutos. En el primer semestre de este a?os se han registrado 262 homicidios, una reducci¨®n del 73% desde el pico de 2011. El Departamento de Estado de Estados Unidos reconoce una disminuci¨®n ¡°dr¨¢stica¡± de la violencia del narcotr¨¢fico y del crimen com¨²n en Monterrey, la capital del Estado, en los ¨²ltimos 18 meses, pero desaconseja viajar m¨¢s all¨¢ de la ciudad.
La inversi¨®n econ¨®mica del Gobierno requiri¨® sacrificios. Proyectos y programas fueron cancelados, y m¨¢s de 1.500 bur¨®cratas fueron despedidos para hacer m¨¢s eficaz la Administraci¨®n. El esfuerzo ha pasado factura y hoy Nuevo Le¨®n tiene una deuda de 58.000 millones de pesos, la segunda m¨¢s elevada del pa¨ªs despu¨¦s del Distrito Federal.
Rodrigo Medina asegura que ¡°est¨¢ preparado para dar garant¨ªas de seguridad a las inversiones¡± sin importar que lleguen a una zona colindante con el inseguro Tamaulipas. En las carreteras de Nuevo Le¨®n en ese rumbo no se ha tenido ¡°un solo incidente de seguridad en dos a?os y medio¡±, dice el optimista gobernador que quiere que su tierra se parezca a Estados Unidos.
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