El primer ministro belga, objeto de un ins¨®lito robo en el que hurtan su port¨¢til
Los ladrones sustraen el ordenador del coche oficial mientras Di Rupo estaba en el gimnasio
El primer ministro ¡ªquiz¨¢¡ª menos ortodoxo de Europa, el socialista belga Elio di Rupo, sufri¨® el pasado lunes un episodio de lo m¨¢s ins¨®lito para un mandatario de su talla. Tras concluir su jornada de trabajo en uno de los edificios m¨¢s solemnes de Bruselas, la sede de la Comisi¨®n Europea, Di Rupo se encontraba en un gimnasio del centro de la capital belga cuando un ladr¨®n o un grupo de ladrones irrumpieron en el coche oficial y se hicieron con su ordenador port¨¢til y varios documentos de trabajo. Tres d¨ªas despu¨¦s, la polic¨ªa federal no tiene ni rastro del aparato ni de los asaltantes.
Tras 48 horas de secretismo absoluto, un portavoz de Di Rupo ha confirmado este jueves el hurto pero ha negado que el dispositivo sustra¨ªdo contenga informaci¨®n clasificada o secretos de Estado, tal y como hab¨ªan trascendido en un primer momento. En concreto, varios medios locales especulaban con que el ordenador tuviera informaci¨®n sensible sobre la familia real belga, una de las instituciones m¨¢s respetadas del pa¨ªs y clave en la fr¨¢gil unidad entre flamencos y valones. ¡°Ten¨ªa apuntes personales y algunos documentos de trabajo¡±, ha subrayado este portavoz, desmintiendo as¨ª las informaciones iniciales y tratando de quitar hierro a un hecho que ha sorprendido a propios y extra?os.
Seg¨²n relata el diario flamenco Het Laatste Nieuws, el ladr¨®n o ladrones aprovecharon la ausencia del ch¨®fer, que se encontraba en una librer¨ªa cercana, para romper una ventanilla del Audi A6 de la jefatura de Gobierno belga y acceder desde all¨ª al maletero, donde se encontraba el ordenador. Adem¨¢s del port¨¢til, los asaltantes se llevaron un malet¨ªn de alta gama que portaba documentos oficiales, un traje, una camisa blanca, un m¨®dem USB y un cargador de tel¨¦fono m¨®vil. Seg¨²n fuentes gubernamentales, el port¨¢til est¨¢ protegido y los documentos que se encuentran en su disco duro fueron transportados ¡°de acuerdo con las reglas y procedimientos oficiales¡± y fue el propio Di Rupo quien denunci¨® los hechos ante la polic¨ªa de Ixelles, uno de los barrios m¨¢s c¨¦ntricos de Bruselas.
?Buscaban los ladrones alguna informaci¨®n concreta? Y, m¨¢s a¨²n, ?sab¨ªan que ese era el coche del primer ministro o simplemente eran unos cacos que buscaban objetos de valor en el interior del veh¨ªculo? La respuesta a estos interrogantes tendr¨¢ que esperar: la investigaci¨®n policial a¨²n est¨¢ en fase preliminar y la polic¨ªa a¨²n no tiene sospechosos del suceso.
Este extra?o robo no es el primer incidente inform¨¢tico que sufre el primer ministro belga ¡ªhace menos de un a?o, su ordenador fue hackeado por piratas inform¨¢ticos chinos¡ª y se produce en un momento clave para el futuro pol¨ªtico de B¨¦lgica. Tras las elecciones del pasado 25 de mayo, en las que se impusieron los nacionalistas flamencos de la N-VA, una coalici¨®n de partidos de centro-derecha de mayor¨ªa neerland¨®fona negocian la formaci¨®n de un nuevo Gobierno que dar¨ªa al traste con una ya casi descartada permanencia del actual primer ministro.
Di Rupo, primer dirigente francohablante belga en las ¨²ltimas tres d¨¦cadas y primer mandatario europeo abiertamente homosexual, ha logrado dotar de estabilidad a un pa¨ªs que, hasta su llegada, llevaba un a?o y medio sin Gobierno y ha logrado transmitir una imagen de hombre de calle que dista mucho de la mayor¨ªa de hom¨®logos en la UE, normalizando al m¨¢ximo su figura. Tras casi tres a?os al frente del Ejecutivo, para los bruselenses ya no es extra?o cruzarse con su primer ministro, con ropa informal y sin escolta, caminando en pleno centro de la ciudad. Ahora, los belgas tampoco deber¨ªan extra?arse si, en el futuro, la m¨¢xima autoridad pol¨ªtica belga sufre un robo tan com¨²n como incre¨ªble. Por extra?o que pudiera parecer, ya ha sucedido.
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