Obama se topa de nuevo con la guerra
El Pent¨¢gono advierte al presidente de que el yihadismo es la mayor amenaza para los intereses de EE UU. Los fantasmas del 11-S regresan con la intervenci¨®n en Irak
El presidente Barack Obama quer¨ªa desplazar el foco de la pol¨ªtica exterior y de seguridad de Estados Unidos a Asia. Su objetivo, cuando lleg¨® a la Casa Blanca en 2009, era acabar con las guerras que hered¨® de su antecesor, George W. Bush, y cerrar el cap¨ªtulo de una d¨¦cada en la que la guerra contra el terrorismo ¡ªuna expresi¨®n que al Administraci¨®n Obama repudi¨®¡ª sali¨® cara a la primera potencia mundial en tiempo, dinero y sangre.
El ascenso del Estado Isl¨¢mico (EI) en Siria e Irak fuerza a Obama a modificar sus planes. Este verano el pol¨ªtico que hizo carrera con su temprana oposici¨®n a la invasi¨®n de Irak y que cumpli¨® su promesa al retirar las tropas en 2011 ha enviado aviones para bombardear posiciones del grupo yihadista sun¨ª en este pa¨ªs.
El presidente que, tras la muerte de Osama bin Laden en 2011, celebraba que Al Qaeda estuviese ¡°diezmada¡± y ¡°en el camino de la derrota¡± afronta ahora una escisi¨®n de Al Qaeda, el EI, que aspira a crear un califato en Oriente Medio y, seg¨²n el Pent¨¢gono, es ¡°una amenaza inminente¡± a los intereses de Estados Unidos en todo el mundo.
El v¨ªdeo con la decapitaci¨®n del periodista norteamericano James Foley, divulgado esta semana, supone un cambio cualitativo: el mensaje es que, de nuevo, el terror llega a Estados Unidos.
¡°Si vais a por norteamericanos, iremos a por vosotros, est¨¦is donde est¨¦is¡±. La frase no es del republicano Bush, proclive a esta ret¨®rica combativa. Es de Ben Rhodes, el joven viceconsejero de Seguridad Nacional del dem¨®crata Obama: su portavoz en cuestiones de seguridad.
En una rueda de prensa, Rhodes confirm¨® el viernes lo que el d¨ªa anterior dijo el general Martin Dempsey, jefe del Estado Mayor Conjunto: Estados Unidos contempla ataques contra el Estado Isl¨¢mico en Siria, pa¨ªs excluido hasta ahora de la intervenci¨®n a¨¦rea en el vecino Irak.
¡°?Se les puede derrotar sin confrontar a la parte de la organizaci¨®n de reside en Siria?¡±, se pregunt¨® Dempsey. ¡°La respuesta es no¡±. No hay planes concretos todav¨ªa, ni est¨¢ clara cu¨¢l ser¨ªa la estrategia para intentar derrotar al EI. Fatigados de guerras, los norteamericanos rechazan enviar tropas a pa¨ªses lejanos.
Pero si Estados Unidos bombardease en Siria, ser¨ªa una doble rectificaci¨®n: por intervenir en un pa¨ªs que el presidente descart¨® hace un a?o bombardear cuando todo estaba a punto para hacerlo, y por bombardear no al r¨¦gimen de Bachar el Asad, como planeaba hacerlo entonces, sino a los enemigos m¨¢s fieros del dictador alau¨ª, el Estado Isl¨¢mico.
Otra rectificaci¨®n: hasta ahora el objetivo de los bombardeos de Estados Unidos en Irak ha sido no derrotar sino contener el avance del Estado Isl¨¢mico, que se acercaba a Erbil, la capital del Kurdist¨¢n iraqu¨ª, e impedir el exterminio de la minor¨ªa yazid¨ª. Las palabras de los jefes del Pent¨¢gono y del presidente Obama esta semana indican que la derrota del Estado Isl¨¢mico est¨¢ en la agenda de la primera potencia.
Si no la guerra contra el terrorismo, un t¨¦rmino que sigue vetado en la Casa Blanca, la lucha contra grupos yihadistas vuelve a monopolizar los esfuerzos de Estados Unidos. ¡°Osama bin Laden est¨¢ muerto, as¨ª como la mayor¨ªa de sus lugartenientes. No ha habido ataques a gran escala contra Estados Unidos y nuestro pa¨ªs est¨¢ m¨¢s seguro¡±, dec¨ªa el a?o pasado Obama en un discurso sobre terrorismo. ¡°Nuestras alianzas son fuertes, as¨ª como nuestra posici¨®n en el mundo. En suma, estamos m¨¢s seguros gracias a nuestros esfuerzos¡±.
El optimismo sobre las relaciones internacionales ¡ªera posible entenderse con otros pa¨ªses, Estados Unidos ya no afronta amenazas existenciales¡ª queda lejos. Con el v¨ªdeo del asesinato de Foley y el regreso a Irak, los fantasmas del 11-S regresan a Estados Unidos. Aquella etapa no estaba cerrada. Irak y el antiterrorismo demuestran que para los presidentes no resulta tan f¨¢cil cortar en seco con sus antecesores. Obama intent¨® hacerlo. Lo primero que hizo al llegar a la Casa Blanca fue prohibir las torturas y anunciar el cierre de Guant¨¢namo.
Pero Guant¨¢namo sigue abierto y las investigaciones sobre las torturas de la CIA siguen ocupando al Congreso. La sombra de George W. Bush sigue definiendo el campo de acci¨®n de Barack Obama.
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