Una ministra socialista italiana aspira a dirigir la diplomacia europea

La crisis europea est¨¢ en cuarto menguante, a la espera de un oto?o que se adivina caliente, y es hora de aclarar los nombres de las figuras m¨¢s importantes de la pr¨®xima c¨²pula de la Uni¨®n: la que deber¨¢ lidiar con Rusia, con el en¨¦simo ¨®rdago euroesc¨¦ptico brit¨¢nico y, sobre todo, con la alica¨ªda econom¨ªa continental. Los l¨ªderes de la UE se re¨²nen el s¨¢bado en Bruselas en una cumbre, y ya velan armas algunos de los cargos esenciales del pr¨®ximo lustro. El conservador luxemburgu¨¦s Jean-Claude Juncker presidir¨¢ la pr¨®xima Comisi¨®n Europea ¡ªel brazo ejecutivo de la UE¡ª, eso es lo ¨²nico seguro. Pero de entre la mir¨ªada de favoritos para los puestos clave emergen el polaco Donald Tusk para el Consejo Europeo, la italiana Federica Mogherini como alta representante para la pol¨ªtica exterior, y el socialdem¨®crata franc¨¦s ¡ªalgo que empieza a convertirse en un ox¨ªmoron¡ª Pierre Moscovici como comisario de Asuntos Econ¨®micos y Monetarios. El espa?ol Luis de Guindos sigue siendo el mejor colocado para presidir el Eurogrupo, la reuni¨®n de ministros de Finanzas de la eurozona.

Guindos es el mejor colocado para estar al frente del Eurogrupo

Nada de eso es seguro, con la ¨²nica excepci¨®n de la presidencia de Juncker, ante la necesidad de cuadrar un sinn¨²mero de equilibrios en los puestos m¨¢s relevantes: ideol¨®gicos, geogr¨¢ficos y de g¨¦nero. Pero Tusk tiene muchas posibilidades para suceder al belga Herman Van Rompuy al frente del Consejo. Proeuropeo y de centroderecha, el polaco ¡ªde 57 a?os¡ª supondr¨ªa una minirrevoluci¨®n: ser¨ªa el primer cargo de peso para el bloque del Este, tras la ampliaci¨®n de hace 10 a?os, y una novedad en un sill¨®n tradicionalmente ocupado por pol¨ªticos del Benelux. Tusk cuenta con el aval de la canciller alemana Angela Merkel y con el del gran perdedor de las cumbres anteriores al verano, el brit¨¢nico David Cameron, necesitado de gestos por parte europea tras su vana oposici¨®n a Juncker. En la rec¨¢mara suenan tambi¨¦n el exprimer ministro let¨®n Vladis Dombrovskis y el estonio Andrus Ansip, y fuera del ala Este la danesa Helle Thorning-Schmidt, el finland¨¦s Jyrki Katainen y, sobre todo, el irland¨¦s Enda Kenny, seg¨²n se?alan fuentes europeas.

Casi todos ellos responden a un mismo patr¨®n: son norte?os, moderadamente conservadores y hombres. Por ello ayer se daba como seguro en Bruselas el nombramiento de la italiana Federica Mogherini al frente de la diplomacia europea, en sustituci¨®n de la baronesa Catherine Ashton. Sure?a y socialdem¨®crata, Mogherini es casi una reci¨¦n llegada a la alta pol¨ªtica, pero cuenta con el respaldo del primer ministro italiano, Matteo Renzi ¡ªla ¨²ltima esperanza del centroizquierda continental¡ª, a pesar del sonoro fracaso que cosech¨® en la reuni¨®n de julio. Con la crisis ucrania planeando sobre los nombramiento europeos, Mogherini ser¨ªa el contrapunto perfecto para Tusk ante la necesidad de tender puentes con Rusia: Italia ha sido unos de los pa¨ªses menos favorables a las sanciones a Mosc¨² desde hace meses y Mogherini tiene buenas relaciones con el c¨ªrculo del presidente Vlad¨ªmir Putin. Gran conocedora de los problemas derivados de la presi¨®n migratoria en el Mediterr¨¢neo, su candidatura vuelve a sonar con fuerza tras sufrir el bloqueo anterior de los pa¨ªses del Este, que la consideran demasiado blanda con Rusia.

Van Rompuy ha hablado en los ¨²ltimos d¨ªas con la inmensa mayor¨ªa de los l¨ªderes de los Veintiocho, seg¨²n fuentes de su equipo, y hoy tendr¨¢ una ¨²ltima reuni¨®n con Juncker para perfilar los puestos clave. Espa?a ha jugado sus bazas y ha hecho patente el apoyo de Alemania al nombramiento de Guindos al frente del Eurogrupo, aunque esa inc¨®gnita puede quedar para m¨¢s adelante: el holand¨¦s Jeroen Dijsselbloem se resiste a dejar ese cargo antes de mediados de 2015. El exministro Miguel Arias Ca?ete tiene tambi¨¦n el visto bueno de Juncker como comisario ¡ªaunque tendr¨¢ que conformarse con un puesto de segunda l¨ªnea¡ª, pero puede encontrarse con la f¨¦rrea oposici¨®n del Parlamento Europeo, con ganas de dejar patente que ha ganado peso en la escena pol¨ªtica europea, y que puede morder pese al acuerdo entre las dos grandes familias europeas.