Brasil entra en recesi¨®n t¨¦cnica a un mes de las elecciones

Cuando falta un solo mes largo para la crucial primera ronda de las ya de por s¨ª disputadas elecciones brasile?as, la hasta hace poco pujante econom¨ªa brasile?a emite peligrosas se?ales de agotamiento. El Instituto Brasileiro de Geografia e Estad¨ªstica (IBGE) ha divulgado este viernes los datos del segundo trimestre de 2014 y confirman lo que ya muchos ven¨ªan apuntando desde hac¨ªa semanas: Brasil entra en lo que los especialistas denominan ¡°recesi¨®n t¨¦cnica¡±, esto es, dos trimestres con la econom¨ªa marcha atr¨¢s.

En el primer trimestre recul¨® un 0,2% y en el segundo, un 0,6%. Es cierto, seg¨²n se ha apresurado a asegurar el Gobierno, que la ca¨ªda es leve, rozando porcentajes cercanos al 0 y que muchos analistas preconizan una r¨¢pida recuperaci¨®n de las cifras al alza. Pero tambi¨¦n lo es que Brasil no retroced¨ªa en el PIB desde finales de 2008 -cuando la crisis que sacudi¨® al planeta hizo tambalearse todo el mundo financiero- y que se recuper¨® pronto y con fuerza, ya que en el segundo trimestre de 2009 volv¨ªa a crecer un 1,9%. Tambi¨¦n es cierto que el dato, que ser¨¢ el ¨²ltimo de este instituto antes de las elecciones de octubre, complica ¨Ca¨²n m¨¢s- la reelecci¨®n de la actual presidenta, Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), cada vez m¨¢s maltratada por las encuestas.

El ministro de Hacienda, Guido Mantega, para tratar de quitar hierro al asunto, se neg¨® a hablar de recesi¨®n (para que se considere que un pa¨ªs est¨¢ en recesi¨®n, sin el calificativo piadoso de ¡°t¨¦cnica¡±, debe acumular tres trimestres de retroceso) y aventur¨® que para el a?o que viene la econom¨ªa brasile?a se recuperar¨¢ a un ritmo sostenido de un 3%. El ministro achac¨® el par¨®n a la falta de impulso de la econom¨ªa internacional, que no acaba de salir de la crisis o que sale a trompicones, al precio ascendente de la energ¨ªa consecuencia de la sequ¨ªa que se abate desde hace meses en algunas zonas del pa¨ªs y a la profusi¨®n de d¨ªas de fiesta otorgados por los Ayuntamientos y el Estado durante la celebraci¨®n del pasado Mundial de f¨²tbol. Esto ¨²ltimo roza la paradoja: el Campeonato Mundial, que deb¨ªa servir para insuflar aire en la econom¨ªa y, de paso, en el ¨¢nimo de los brasile?os, no ha servido, en principio, ni para lo uno ni para lo otro, despu¨¦s de los datos del PIB menguante y del apocal¨ªptico 7-1 que Alemania propin¨® a Brasil en la semifinal.

El dato de la recesi¨®n se hace p¨²blico despu¨¦s de que, el pasado 26 de agosto, una encuesta presentara como ganadora de las elecciones a Marina Silva, la nueva candidata del Partido Socialista de Brasil (PSB) en sustituci¨®n del Eduardo Campos, fallecido en un accidente a¨¦reo el pasado 13 de agosto. Esta encuesta, que deja claro hasta qu¨¦ punto la elecci¨®n de Silva ha revolucionado la campa?a, arrojaba las siguientes previsiones: en la primera ronda, que se celebrar¨¢ el 5 de octubre, Dilma Rousseff ganar¨¢ por un 34%: Silva obtendr¨ªa un 29% y el tercero en discordia, A¨¦cio Neves, del m¨¢s conservador Partido de la Social Democr¨¢cia Brasileira (PSDB), se conformar¨ªa con un 19%. La sorpresa vendr¨ªa en la segunda ronda, que se celebrar¨¢ un mes despu¨¦s: Silva, derrotada por la misma Rousseff en las anteriores elecciones de 2010, ex ministra de Medio Ambiente en el Gobierno de Lula, l¨ªder de un partido minoritario y n¨²mero dos en la candidatura de Campos hasta el fatal accidente de avi¨®n que la coloc¨® en el primer plano de la pol¨ªtica brasile?a, ganar¨¢ esta vez su duelo particular con la presidenta por un contundente 45% a 36%.

Es m¨¢s: un d¨ªa despu¨¦s de que se hiciera p¨²blica esta encuesta, los mercados saludaron con optimismo el resultado y la eventual elecci¨®n de Marina Silva. La bolsa brasile?a peg¨® un espasmo de alegr¨ªa. No hab¨ªa subido tanto desde enero de 2013.

As¨ª, lo que parec¨ªa seguro hace poco m¨¢s de un a?o, la reelecci¨®n de Dilma Rousseff y del PT, comienza cada vez a ser m¨¢s dudoso. Las sorpresivas e inesperadas protestas de 2013, cuando cientos de miles de personas salieron a la calle para pedir, simplemente, m¨¢s servicios p¨²blicos y m¨¢s calidad de vida en un pa¨ªs que por entonces se llevaba bien con el PIB, marcaron un n¨ªtido punto de inflexi¨®n y el principio de la ca¨ªda de popularidad de Rousseff. Desde entonces no ha hecho sino descender pelda?os y muchos expertos argumentan que s¨®lo la ayuda del carism¨¢tico ex presidente Lula y su total implicaci¨®n en la campa?a al lado de Rousseff evitar¨¢ la derrota de la presidenta, acosada a la vez por la proclamaci¨®n de una nueva candidata sorpresa y una econom¨ªa sin fuelle.