Am¨¦rica desgarrada
Obama, con sus pol¨ªticas fallidas, est¨¢ perdiendo el apoyo de los latinos
Am¨¦rica son muchas Am¨¦ricas, pero hay un hilo conductor entre ellas: la relaci¨®n con Estados Unidos. Con las pr¨®ximas elecciones para renovar el Congreso en noviembre, se romper¨¢n o crear¨¢n nuevos lazos entre los norteamericanos que hablan en espa?ol. EE UU, la mayor potencia militar y a¨²n primera econom¨ªa mundial, tiene un 17% de ciudadanos de origen hispano. De hecho, Barack Obama ha llegado dos veces al Despacho Oval gracias al voto latino.
Como primer presidente afroamericano, Obama pudo cerrar las heridas de la segregaci¨®n. No lo consigui¨®. No es s¨®lo su culpa, pero tampoco su virtud. Con sus pol¨ªticas fallidas y fracasos, el presidente dem¨®crata est¨¢ consiguiendo llevar a los republicanos al poder (sin necesidad del Tea Party) al perder el apoyo de la poblaci¨®n latina.
En el interior de Estados Unidos se levantan fronteras de fantasmas y silencios. Murallas marcadas por el uso del espa?ol y el intento ficticio de resolver la situaci¨®n de los 11 millones de indocumentados que realizan labores que los estadounidenses no quieren hacer.
Las elecciones intermedias de noviembre redefinir¨¢n lo que significa el legado hist¨®rico de Obama, lastrado por el fracaso de su reforma sanitaria y su incapacidad pol¨ªtica para, contra toda l¨®gica, aprobar la reforma migratoria, lo que aumentar¨¢ su desconexi¨®n con las minor¨ªas y acrecentar¨¢ el voto en su contra.
Este a?o, en el 113? Congreso, el caucus hispano fue el m¨¢s grande de la historia. Habr¨¢ 31 representantes y aumentar¨¢ su n¨²mero con las siguientes elecciones. La tragedia es que los latinos que ir¨¢n al Congreso, en su mayor¨ªa, no tienen nada que ver con los que apoyaron a Obama o la reforma migratoria.
Las Am¨¦ricas, tan interrelacionadas, corren el riesgo, a partir de estas elecciones, de sufrir una grave quiebra en su inmediato futuro. El Partido Republicano est¨¢ conquistando cada vez m¨¢s votos latinos y el Partido Dem¨®crata perdiendo la capacidad de relacionarse con los hispanos ¡ªjusto cuando los senadores y congresistas no son ya aquellos a quienes guiaba la solidaridad con su minor¨ªa, sino los de la pol¨ªtica de exclusi¨®n similar a la que defienden los republicanos¡ª. Esto sucede al tiempo que decenas de miles de ni?os llegan a Estados Unidos para intentar reencontrarse con sus padres.
No s¨¦ qui¨¦n invent¨® el negocio del narcotr¨¢fico, pero s¨ª qui¨¦n lo mantiene: el gigantesco mercado estadounidense, y s¨¦ qui¨¦n invent¨® la pol¨ªtica de migraci¨®n: Estados Unidos, con sus guerras perdidas al recibir en su territorio soldados y guerrilleros sin patria.
As¨ª, las calles de Nueva York y de las ciudades que bordean el Pac¨ªfico se llenaron de vietnamitas que salieron de Saig¨®n, junto con exmarines estadounidenses. Los arrabales de Los ?ngeles albergan a los antiguos luchadores por la libertad, venidos de los ej¨¦rcitos de Centroam¨¦rica, donde el Este y el Oeste se enfrentaron en medio de la pobreza nicarag¨¹ense, la necesidad hondure?a o la brutalidad dominicana.
El caso de M¨¦xico es especial. M¨¦xico est¨¢ dentro de los pulmones y el coraz¨®n de EE UU con m¨¢s de 30 millones de personas, entre legales e ilegales, salidos del vientre de sus madres y llegados a lomos de La Bestia. La relaci¨®n es tan fuerte que ning¨²n presidente del gigante del norte puede ser neutral. Por eso, el presidente mexicano, Enrique Pe?a Nieto, en su viaje a California, el primer Estado de la Uni¨®n que visit¨® oficialmente, s¨®lo habl¨® de un tema bilateral realmente importante: afirm¨® que no aprobar la reforma migratoria es una injusticia.
Llegar¨¢ un d¨ªa en el que la VII flota, si no hay un proceso de reintegraci¨®n y de redescubrimiento de las Am¨¦ricas, no tendr¨¢ que ir a Oriente Pr¨®ximo, sino a Los ?ngeles para poner orden.
Se ha producido una ruptura cuyas consecuencias pol¨ªticas y sociales est¨¢n por verse. En las elecciones de noviembre, los candidatos latinos que lleguen al Congreso no ser¨¢n tanto representantes de su raza, en el sentido de defender su causa, sino que ser¨¢n elegidos por defender el cierre de la frontera y rechazar la integraci¨®n.
Sin duda, las relaciones entre las Am¨¦ricas ser¨¢n muy distintas. No s¨®lo porque la segunda potencia mundial (China) est¨¢ al acecho, aprovechando todas las oportunidades para tejer su red, sino porque se rompi¨® algo realmente importante: lo que significa el concepto de la americanidad en el siglo XXI.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.