La izquierda acaricia la vuelta al poder en Suecia, pero necesitar¨¢ apoyos
El deterioro del Estado de bienestar empuja a un cambio de mayor¨ªa en las elecciones del domingo tras ocho a?os de gobierno de centroderecha
Con los mimbres del Estado de bienestar en el centro de debate, Suecia se plantea el giro hacia la izquierda tras ocho a?os de gobierno de centro derecha. Los socialdem¨®cratas se perfilan como ganadores en las elecciones parlamentarias del pr¨®ximo domingo, seg¨²n todas las encuestas, pero obtendr¨¢n un resultado insuficiente para gobernar, y quiz¨¢ el m¨¢s bajo de su historia: podr¨ªan necesitar apoyos para gobernar m¨¢s all¨¢ del ya previsto de los ecologistas. En el panorama que pinta la fragmentaci¨®n del voto se incluye el auge del partido Dem¨®cratas Suecos. Esta fuerza ¡ªpopulista para unos, de extrema derecha y con tintes xen¨®fobos para otros¡ª que quiere poner coto a la inmigraci¨®n duplicar¨¢ sus resultados, a tenor de los sondeos. Con el 10% de los sufragios, puede convertirse en la tercera m¨¢s votada, pero nadie quiere contar con su apoyo.
¡°Se ha producido un cambio de valores por lo que ha ocurrido en los ¨²ltimos cuatro a?os¡±, explica el polit¨®logo Tommy M?ller, de la Universidad de Estocolmo."Muchos ciudadanos son cr¨ªticos con las compa?¨ªas privadas que reciben dinero p¨²blico y que a veces ofrecen servicios de poca calidad, pero logran grandes beneficios econ¨®micos", detalla.
Durante sus ocho a?os en el poder, la alianza de centroderecha ¡ªformada por moderados, liberales, cristianodem¨®cratas y centristas¡ª ha dado una vuelta de tuerca al Estado de bienestar, el sello de identidad sueco desde el siglo pasado ¡ªhijo de las largas d¨¦cadas de gobiernos socialdem¨®cratas¡ª que todos los partidos defienden, aunque con matices. ¡°Quiz¨¢ el giro hacia las formaciones de izquierda se explique en parte porque algunos votantes de derecha est¨¢n hartos de desregulaci¨®n y reformas neoliberales¡±, apunta la investigadora social Charlotte Hylt¨¦n-Cavallius.
La alianza de gobierno encabezada por el primer ministro moderado Fredrik Reinfeld apost¨® desde 2006 por rebajar los impuestos que lo costean ¡ªcinco reducciones en ocho a?os¡ª y favorecer la presencia del sector privado en tres sectores clave: educaci¨®n, sanidad y cuidado de mayores. Ahora la presi¨®n fiscal equivale al 45% del PIB ¡ªm¨¢s baja que a la francesa¡ª . Pero las quejas abundan. En la diana, la educaci¨®n. ¡°La gran cuesti¨®n de estas elecciones es c¨®mo mejorarla¡± apunta M?ller. Casi un tercio de los centros est¨¢n en manos privadas, pero los informes Pisa registran una ca¨ªda del nivel de conocimientos de los alumnos y se alzan voces contra la creciente desigualdad en un pa¨ªs donde pervive un fuerte sentimiento igualitarista. Adem¨¢s, el paro fustiga a los j¨®venes (21% frente al 8%, en la poblaci¨®n general) en un pa¨ªs que ha sorteado la crisis (el PIB aument¨® 1,6% el a?o pasado). A todo ello se suman las cr¨ªticas por la atenci¨®n sanitaria ¡ªtambi¨¦n fuertemente privatizada¡ª y por las deficiencias en el cuidado a los mayores.
Descontentos con los servicios b¨¢sicos y atentos a la creciente llegada de refugiados pol¨ªticos. Aunque el 20% de los suecos han nacido fuera o son de padres for¨¢neos, la creciente llegada de extranjeros ¡ªsobre todo refugiados sirios e iraqu¨ªes¡ª preocupa desde hace meses en una sociedad que se considera a s¨ª misma ¡°tolerante y no racista¡±, define Hylt¨¦n-Cavallius. Y es la principal bandera de Dem¨®cratas Suecos, el partido populista en alza que propone limitar las llegadas de refugiados ¡ªla principal v¨ªa de inmigraci¨®n¡ª. ¡°El ritmo est¨¢ en un nivel alt¨ªsimo. Para este a?o se esperan 80.000. Es como si a Espa?a llegaran 400.000¡±, explica V¨ªctor Lapuente, profesor de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad de Gotemburgo. ¡°Muchos suecos consideran que es una cifra excesiva, en gran medida por el coste econ¨®mico que supone, pero tambi¨¦n por el cambio social que entra?a¡±, a?ade. ¡°Dem¨®cratas Suecos ha atra¨ªdo a votantes de centro derecha y de centro izquierda y a algunos nuevos. Entre otras cosas, ha capitalizado la nostalgia por el Estado de bienestar y la creciente inseguridad debida a la globalizaci¨®n y a la inmigraci¨®n que sienten sobre todo trabajadores de las clases m¨¢s bajas¡±, sostiene Hylt¨¦n-Cavallius.
Dado que nadie quiere contar con su apoyo para formar Gobierno y que los sondeos acortan cada vez m¨¢s ¡ªde 5 a 3,6 puntos¡ª la diferencia en favor del bloque de izquierda que en agosto sacaba 10 puntos de ventaja, los pactos de gobierno ser¨¢n determinantes. Los socialdem¨®cratas, a los que una de las encuestas da en torno al 30,6% del voto, tienen la vista puesta en los ecologistas (8,6%), pero miran con recelo a los excomunistas (7,1%). Con el 46,3% de los votos de estas tres fuerzas lograr¨ªan 167 de los 349 esca?os. Los cuatro partidos de centroderecha hasta ahora en el poder lograr¨ªan 148 esca?os (41,3%).
Tras las urnas del domingo se dibuja el momento del cortejo a los peque?os (como los liberales hasta ahora en la Alianza y los ecologistas, m¨¢s inclinados a la izquierda). El primer ministro, Fredrik Reinfeldt, contrataca con la vista puesta en su tercer mandato. Ofrece pactos con los ecologistas y otros partidos de la oposici¨®n. Las urnas apuntan a un Gobierno en minor¨ªa.
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