Argentina impulsa una ley para prohibir amnist¨ªas a los criminales de la dictadura

Algunos pa¨ªses han perseguido y condenado a los criminales de sus dictaduras apenas ¨¦stas cayeron. Otros lo hicieron tiempo despu¨¦s. Muchos han amnistiado a todos sus responsables. En el caso de Argentina, la legislaci¨®n ha tenido sus vaivenes. Ahora que 370 delincuentes del r¨¦gimen han sido condenados, su Congreso debate una ley para evitar que en el futuro un presidente los indulte o conmute sus penas o una ley los perdone.

El pa¨ªs sudamericano fue uno de los que m¨¢s se apresur¨® en juzgar a los acusados por delitos de terrorismo de Estado a los pocos d¨ªas de regresar la democracia tras la ¨²ltima dictadura militar (1976-1983), bajo el impulso del entonces Gobierno del radical (centrista) Ra¨²l Alfons¨ªn (1983-1989). En 1985 se celebr¨® el hist¨®rico juicio a las juntas militares que gobernaron el pa¨ªs en tiempos en que se denunciaron 30.000 desapariciones forzadas de personas. Entonces fue condenada a prisi¨®n perpetua la c¨²pula del r¨¦gimen, incluido el exdictador Jorge Videla (1976-1981). Pero la presi¨®n militar sobre la joven democracia deriv¨® en que el radicalismo impulsara al a?o siguiente una ley de punto final para prohibir que fueran llamados a declarar nuevos imputados. No fue suficiente: los uniformados se alzaron en la Semana Santa de 1987 y entonces Alfons¨ªn promovi¨® otra ley del perd¨®n, la de obediencia debida, que exculpaba a los mandos medios e inferiores que hab¨ªan ejecutado ¨®rdenes de las juntas.

En 1989 lleg¨® al poder el peronista conservador Carlos Menem (1989-1999), que hab¨ªa estado preso cinco a?os durante la dictadura, e indult¨® a los exjerarcas militares y a los guerrilleros arrestados por delitos de la d¨¦cada del 70. Las organizaciones de defensa de los derechos humanos y los familiares de v¨ªctimas del r¨¦gimen buscaron otras v¨ªas para conseguir justicia y acabaron en Espa?a. En 1997, el juez Baltasar Garz¨®n enarbol¨® el concepto de justicia universal para comenzar a investigar primero los casos de desaparecidos espa?oles en Argentina y, despu¨¦s, de otros argentinos. Jueces de Buenos Aires reaccionaron con el inicio de investigaciones sobre el ¨²nico delito que hab¨ªa quedado fuera de las amnist¨ªas, el del robo de 500 beb¨¦s hijos de desaparecidas.

En 2003, el peronista de izquierdas N¨¦stor Kirchner (2003-2007) asumi¨® la presidencia argentina y sorprendi¨® al darle prioridad al asunto de volver a juzgar a los criminales. El Congreso, en 2003, y la Corte Suprema, en 2006, anularon los diversos perdones y volvieron a ser juzgados todos los responsables de los cr¨ªmenes de lesa humanidad, considerados imprescriptibles, desde los jerarcas hasta los ejecutores.

Pero aunque la Corte Suprema record¨® en su fallo de 2006 que tratados internacionales proh¨ªben las amnist¨ªas a los responsables del terrorismo de Estado, un diputado kirchnerista e hijo de desaparecidos que fue robado por el r¨¦gimen y ha recuperado la identidad, Horacio Pietragalla, impulsa una ley que impide que se los perdone y libere de prisi¨®n. El proyecto ya ha sido aprobado a finales del pasado agosto por varias comisiones de la C¨¢mara de Diputados, con el apoyo de todos los grupos, con la excepci¨®n del conservador Partido Propuesta Republicana (PRO), que alega que los tratados internacionales ya limitan los indultos, y con la disidencia de la centrista Coalici¨®n C¨ªvica, que pide que tampoco se pueda perdonar a los corruptos. PRO promueve la candidatura presidencial del alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri, para las elecciones de 2015.

¡°Nunca hemos bajado los brazos y hemos seguido insistiendo en la justicia legal, la que no le dieron a nuestros hijos desaparecidos¡±, recuerda Taty Almeida, integrante de Madres de Plaza de Mayo L¨ªnea Fundadora, que en 1986 se distanci¨® de la asociaci¨®n de madres que dirige Hebe de Bonafini. ¡°Me parece estupendo el actual proyecto de ley, pero no creo que ning¨²n futuro Gobierno indulte. No faltar¨¢n fachos que tengan ganas, pero las Fuerzas Armadas han cambiado y hay una justicia universal vigente¡±, se esperanza Almeida.