?Cu¨¢nto vale la contaminaci¨®n?
A medida que se hace imperativo reducir las emisiones, organizaciones y gobiernos buscan f¨®rmulas para compensar los efectos nocivos del carbono en la atm¨®sfera
?Cu¨¢nto vale el humo que sale del tubo de escape de su autom¨®vil? ?Y los gases que emiten las f¨¢bricas? El smog se ve ¡ªy se siente¡ªen lugares como Pek¨ªn y Ciudad de M¨¦xico, es decir, es real. Pero es complicado medir y calcular en dinero el da?o que se hace al planeta, a la naturaleza, a las personas.
Sin embargo, cient¨ªficos, gobiernos, instituciones internacionales y organizaciones no gubernamentales analizan f¨®rmulas (algunas ya existentes) para ¡°cobrar por contaminar¡± o ¡°poner un precio a las emisiones¡±, es decir, que quienes m¨¢s contaminen, compensen en t¨¦rminos econ¨®micos el da?o que le hacen al ambiente. La idea es limitar y reducir las emisiones de gases de infecto invernadero, responsables del calentamiento global y del cambio clim¨¢tico.
Y es vital y necesario, ya que nuevos datos muestran que en 2013 la concentraci¨®n de gases que provocan el efecto invernadero en la atm¨®sfera registr¨® un nuevo r¨¦cord. Mientras contin¨²en las emisiones al ritmo actual, la concentraci¨®n de gases continuar¨¢ creciendo. Esto provocar¨¢ la elevaci¨®n de la temperatura del planeta y traer¨¢ consecuencias graves para el medio ambiente con fen¨®menos clim¨¢ticos m¨¢s severos y m¨¢s frecuentes, afectando actividades como la agricultura.
Pero para compensar estas emisiones, es indispensable cuantificarlas. Lo m¨¢s com¨²n es calcular las emisiones de di¨®xido de carbono (CO2) o las emisiones equivalentes a CO2 de todos los gases que provocan el efecto invernadero, incluyendo el propio di¨®xido de carbono o el a¨²n m¨¢s contaminante metano.
Por eso, cuando se habla de ¡°comprar¡± y ¡°vender¡± emisiones que provocan el efecto invernadero y el cambio clim¨¢tico, se est¨¢n describiendo los ¡°mercados de carbono¡±.
Cuesti¨®n de precios
Aunque el precio que se ponga al carbono (o sus equivalentes) no sea igual al costo real de la contaminaci¨®n, s¨ª sirve para desincentivar las emisiones, seg¨²n Neeraj Prasad, gerente de Alianzas y Conocimiento sobre Cambio Clim¨¢tico del Banco Mundial. ¡°Con los precios al carbono, podemos decir, por ejemplo, que la energ¨ªa producida con carb¨®n es m¨¢s cara que la energ¨ªa producida por un panel solar,¡± explica Prasad.
¡°Si no somos capaces de estimar (en dinero) los da?os que causa el cambio clim¨¢tico, hay otros mecanismos que podemos usar para determinar los precios que deber¨ªamos usar como indicadores,¡± declar¨® Alvaro Uma?a, ex ministro del Medio Ambiente y Energ¨ªa de Costa Rica en el reciente Foro Latinoamericano del Carbono en Bogot¨¢.
Si bien no es la regi¨®n que m¨¢s contamina, Am¨¦rica Latina es muy vulnerable a las alteraciones del clima, como sequ¨ªas prolongadas, inundaciones y tormentas m¨¢s fuertes y recurrentes. Por eso, algunos gobiernos de la regi¨®n, como en otros lugares del mundo, ya han establecido varios mecanismos y pol¨ªticas para desincentivar las emisiones.
Un ejemplo son los impuestos al carbono, que se aplican a las emisiones de CO2, y var¨ªan seg¨²n cada pa¨ªs. En M¨¦xico, por ejemplo, un nuevo impuesto a combustibles f¨®siles est¨¢ ligado al contenido de carbono en el producto: por ejemplo, es m¨¢s alto para el di¨¦sel (12.40 centavos por litro) que para la gasolina magna (10.38 centavos por litro).
Por su parte, en Costa Rica, los ingresos de un impuesto de 3.5% a los combustibles se han usado para el cuidado de los bosques. Tambi¨¦n existen mercados nacionales de emisiones, internacionales, como en la Uni¨®n Europea, y hasta un mercado global.
Si una empresa certifica, por ejemplo, que emiti¨® por debajo del l¨ªmite fijado o ¡°cap¡± mediante la implementaci¨®n de energ¨ªa renovable, captura de metano, eficiencia energ¨¦tica etc., puede vender su excedente en un mercado (comerciarlo o ¡°trade¡±) donde otra empresa o, un gobierno lo puede comprar si lo necesitara. Esta clase de mecanismos suelen ser llamados esquemas de intercambio de emisiones o ¡°cap and trade¡±. Este pago puede ser utilizado para financiar inversiones ¡°verdes¡±.
Impacto visible
Unos 40 pa¨ªses y m¨¢s de 20 estados y municipios de todo el mundo ya han implementado impuestos al carbono o esquemas de intercambio de emisiones. En 2014, m¨¢s de 100 empresas de diferentes pa¨ªses se adhirieron p¨²blicamente[IH1] a la propuesta de usar el precio del carbono como instrumento de gesti¨®n de riesgo.
Otra f¨®rmula es el pago por servicios ambientales que reciben agricultores, comunidades ind¨ªgenas o empresas que cuidan el medio ambiente. Por proteger la naturaleza, cuidar la biodiversidad o reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, pueden recibir cierta cantidad de dinero de su gobierno.
Este mecanismo se usa en Costa Rica, en M¨¦xico, Colombia o Brasil, con modelos diferentes. En Costa Rica por ejemplo, los propietarios de la tierra reciben dinero por cada ¨¢rbol que plantan o conservan. Y los resultados se notan: la cobertura boscosa pas¨® del 21% en la d¨¦cada de los 80 hasta el 52% en 2012. ¡°Hemos fijado, con el apoyo del Banco Mundial y otros, m¨¢s de 90 millones de toneladas de carbono forestal en la ¨²ltima d¨¦cada¡±, afirma Alvaro Uma?a.
Mirando al futuro
Este 23 de septiembre se llevar¨¢ a cabo la Cumbre sobre el Clima en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, donde se discutir¨¢n temas relacionados sobre el cambio clim¨¢tico y los beneficios de las medidas que se est¨¢n tomando en el mundo para contrarrestar y evitar estos fen¨®menos.
Pero la mirada estar¨¢ puesta en las negociaciones jur¨ªdicas internacionales sobre el clima que llevar¨¢n a cabo en Lima este diciembre y que continuar¨¢n en 2015 en Par¨ªs, donde se aspira a llegar a un nuevo acuerdo y nuevos objetivos mundiales de desarrollo sustentable. Estos mecanismos de ¡°compra¡± y ¡°venta¡± de carbono ser¨¢n parte fundamental de las discusiones.
Lo m¨¢s importante, se?alan los expertos, es que los pa¨ªses se dirijan hacia un camino de desarrollo de bajo carbono. Que el precio del carbono se determine a trav¨¦s de un esquema de intercambio de emisiones o un impuesto, o que el medioambiente se proteja de otra manera como con el pago por servicios ambientales. Para que esto suceda, sin embargo, tanto el sector privado como el p¨²blico tienen que estar de acuerdo.
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