El petr¨®leo tambi¨¦n vota
Los separatistas quieren financiar con ¨¦l pol¨ªticas sociales, los unionistas dicen que queda poco
La Blackberry no da tregua a un pasajero del primer tren del lunes desde Glasgow a Aberdeen. El joven encorbatado resopla. Habla de un recinto, de tiempos, de distancias. Su cuaderno est¨¢ abierto por un encabezado: ¡°Aberdeen-PM¡±. Aberdeen es la capital europea del petr¨®leo; PM es la abreviatura de primer ministro. El joven, llamado Michael, es director de comunicaci¨®n del Partido Conservador en Escocia y se dirige a la visita, difusamente anunciada, que David Cameron planea al norte de la frontera.
¡ª?Es cierto que Cameron estar¨¢ hoy en Aberdeen?
¡ªS¨ª, pero no lo diga muy alto.
¡ª?D¨®nde y a qu¨¦ hora es?
¡ªMe temo que eso es secreto. Por seguridad, ya sabe.
Al llegar, Michael se apiadar¨¢ del periodista extranjero.
¡ª?Sabe? Tome mi tarjeta y m¨¢ndeme un mensaje en un par de horas para ver si le puedo colar o, al menos, decir cu¨¢ndo es.
Aberdeen, el escenario que eligi¨® Cameron para su mensaje final, es la ciudad con m¨¢s millonarios per c¨¢pita y menos desempleo (2%) de Reino Unido. De aqu¨ª mana la energ¨ªa llamada a alimentar una Escocia independiente, el petr¨®leo que ha proporcionado a Reino Unido casi un cuarto de bill¨®n de euros en ingresos fiscales desde que se descubrieron los pozos bajo el Mar del Norte a finales de los sesenta. Ese oro negro situ¨® en el mapa al Partido Nacional Escoc¨¦s (SNP), que puso un primer pie en Westminster en 1967 y, al grito de ¡°?Es el petr¨®leo de Escocia!¡±, consigui¨® 11 diputados siete a?os m¨¢s tarde.
La gesti¨®n de ese combustible y los c¨¢lculos sobre lo que a¨²n queda bajo el mar constituyen una de las claves del refer¨¦ndum de ma?ana. El SNP vende un modelo de pa¨ªs como el de Noruega, que destina lo recaudado por el petr¨®leo a un fondo soberano para financiar pol¨ªticas sociales. Los unionistas, por su parte, advierten de que, solo con el respaldo de una econom¨ªa fuerte, Escocia podr¨ªa resistir los vaivenes de los vol¨¢tiles precios del petr¨®leo; que los yacimientos se est¨¢n agotando; que, para cumplir sus promesas de gasto social, el Gobierno independiente deber¨ªa subir los impuestos, y eso ahuyentar¨ªa a las grandes empresas que necesitan multimillonarias inversiones para explotar nuevos yacimientos cada vez de m¨¢s dif¨ªcil acceso.
Frank Doran y Joan Ruddock forman un matrimonio especial. ?l es diputado liberal dem¨®crata por Aberdeen y ella, diputada laborista por Londres. Les separa su afiliaci¨®n pol¨ªtica, pero les une la campa?a por el no. Juntos reparten, en el centro de Aberdeen, octavillas contra la separaci¨®n. ¡°Confiar un proyecto de pa¨ªs al petr¨®leo es est¨²pido¡±, opina ella. ¡°El petr¨®leo lo controlan las multinacionales, los Gobiernos solo crean regulaciones. Si las compa?¨ªas no est¨¢n a gusto, se ir¨¢n. Aberdeen necesita inversiones nuevas. Los nacionalistas proponen un salto a ciegas. Nosotros proponemos diversificaci¨®n con energ¨ªas renovables¡±. ¡°El SNP dice que el petr¨®leo pagar¨¢ todo¡±, a?ade ¨¦l, ¡°pero son yacimientos muy maduros. Los ingresos petroleros son solo una parte de la riqueza de nuestro pa¨ªs, y Escocia se ha beneficiado de ella como el resto¡±.
Al otro lado de Union Street est¨¢ el despacho de Jake Molloy, responsable regional del sindicato del transporte RMT. Preguntado sobre lo que queda bajo estos mares, se acerca a un mapa de las islas brit¨¢nicas, con sus aguas divididas en parcelas rectil¨ªneas. ¡°Los bloques rojos son gas, los verdes, petr¨®leo y los grises est¨¢n por explotar¡±, se?ala. ¡°Todo esto, por ejemplo, al oeste de las islas Shetland, no se ha tocado. No sabemos lo que hay all¨ª. Lo que s¨ª sabemos es que BP, Shell, Total y Chevron est¨¢n invirtiendo miles de millones en la zona. En esta otra parte, construye una refiner¨ªa la corporaci¨®n estatal noruega. Cuatro grandes corporaciones estatales y cuatro grandes compa?¨ªas privadas est¨¢n invirtiendo mucho en nuestras aguas. Eso le da idea de lo que hay ah¨ª abajo¡±.
Molloy desprecia el riesgo de que la incertidumbre tras la independencia pueda ahuyentar a las petroleras. ¡°El s¨ª podr¨ªa salvar el sector¡±, defiende, ¡°porque se gestionar¨ªa mejor. No puede hacerse peor de como se ha hecho hasta ahora. El ¨²nico momento en que los de Westminster piensan en el petr¨®leo es cuando ponen gasolina a sus coches. Este pa¨ªs no ha tenido una pol¨ªtica energ¨¦tica. Se habla de renovables, pero no hay un plan. No soy seguidor de Salmond [l¨ªder independentista] , pero tiene raz¨®n cuando dice que Escocia puede gestionar su petr¨®leo como los escandinavos. Siendo muy pesimistas, tenemos reservas para 30 a?os. Lo ¨²nico que retiene a Escocia de la independencia es el miedo¡±.
La tarde descarga una fuerte lluvia sobre Aberdeen. Michael, del departamento de comunicaci¨®n tory no ha respondido a los mensajes, pero un emocionado Cameron ya ha hablado: ¡°Si Escocia vota s¨ª, el Reino Unido se dividir¨¢ y marcharemos por caminos separados para siempre¡±.
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