El gran error estrat¨¦gico de Cameron
Londres rechaz¨® incluir la opci¨®n de mayor autonom¨ªa en la consulta
El primer ministro brit¨¢nico, David Cameron, podr¨ªa haber salido muy debilitado de todo el proceso refrendario escoc¨¦s. No porque aceptara la convocatoria de la consulta, sino por las facilidades que le dio a Alex Salmond para convocarla a su medida y, sobre todo, por cometer el error estrat¨¦gico de suprimir la opci¨®n que quer¨ªa introducir el propio Salmond de que los votantes pudieran apostar por mayor autonom¨ªa como alternativa a la independencia.
Que se haya celebrado el refer¨¦ndum se considera algo l¨®gico desde el momento en que su convocatoria ten¨ªa el respaldo del Parlamento escoc¨¦s. Sin embargo, Cameron ten¨ªa mucho margen para haber impuesto sus condiciones. A fin de cuentas, era la primera vez en la historia que el independentista Partido Nacional Escoc¨¦s (SNP) consegu¨ªa la mayor¨ªa absoluta que necesitaba para que el Parlamento escoc¨¦s apoyara la convocatoria. Y no solo era la primera vez, sino que se apoyaba en una mayor¨ªa muy corta lograda en condiciones excepcionales de debilidad de los tres grandes partidos brit¨¢nicos.
A Cameron le reprochan incluso los suyos que actuara con tal celeridad que casi sorprendi¨® al propio Salmond, que en aquel momento a¨²n no estaba seguro de que el refer¨¦ndum llegar¨ªa a celebrarse y, sobre todo, que no parec¨ªa confiar en que pudiera ganarlo. Eso es lo que llev¨® al l¨ªder independentista a plantear una consulta con tres alternativas: mantener el statu quo, la independencia o bien la m¨¢xima autonom¨ªa posible.
Para sorpresa de muchos, la respuesta de Cameron fue suprimir la alternativa de m¨¢s autonom¨ªa. Alex Salmond fue uno de los m¨¢s sorprendidos. ?l hab¨ªa dibujado un escenario en el que siempre ganaba: con tres preguntas, o ganaba la independencia o ganaba la autonom¨ªa, pero era imposible que los escoceses eligieran seguir dentro de Reino Unido sin ampliar los poderes del Parlamento de Holyrood. Y nadie le pod¨ªa acusar de poner a los votantes entre la espada y la pared.
Ese papel se lo arrog¨® David Cameron por iniciativa propia. El primer ministro explic¨® entonces que lo hac¨ªa para que el refer¨¦ndum tuviera un resultado claro y n¨ªtido, y que para eso la gente ten¨ªa que elegir entre todo o nada. Sus cr¨ªticos sostienen que eso lo hizo porque es sobre todo un pol¨ªtico que se mueve en el corto plazo, nunca en la larga distancia. Es un t¨¢ctico, no un estratega.
Esos mismos cr¨ªticos sostienen que entonces estaba convencido de que la opci¨®n unionista ganar¨ªa con claridad y el problema escoc¨¦s quedar¨ªa enterrado por muchos a?os. "Pod¨ªa elegir", declar¨® hace unos d¨ªas Cameron al diario The Times. "O dec¨ªa 's¨ª, puedes tener el refer¨¦ndum y esta es la forma de que sea legal, concluyente y justo', o pod¨ªa haber enterrado la cabeza bajo la arena y decir 'no, no puedes tener un refer¨¦ndum'. Y creo que la independencia estar¨ªa hoy mucho m¨¢s cerca si hubiera hecho eso que teniendo un refer¨¦ndum apropiado, legal, justo y concluyente", explic¨®. Y asegur¨® que, para negociar m¨¢s autonom¨ªa, los escoceses ten¨ªan que decidir primero si quer¨ªan seguir dentro de Reino Unido.
Alex Salmond dej¨® muy claro d¨ªas antes de la votaci¨®n que, aunque buscaba una victoria amplia, le bastaba con ganar por un voto. Otros creen que no se puede cambiar de forma tan radical la naturaleza constitucional de un pa¨ªs cuando la mitad de la poblaci¨®n apoya una opci¨®n y la otra mitad se opone.
Pero los conservadores ten¨ªan un mal precedente para imponer condiciones adicionales. En el refer¨¦ndum de autonom¨ªa de 1979, Margaret Thatcher exigi¨® que, para que la propuesta fuera aprobada, ten¨ªa que tener al menos el apoyo de un 40% del censo electoral, y no solo de quienes acudieran a votar. La propuesta recibi¨® el apoyo de un 51,6% de los votantes, pero, con una participaci¨®n del 64%, esos votantes representaban solo al 32,9% de los electores, por lo que fue rechazada.
Con la fiebre despertada ahora por el refer¨¦ndum de independencia, la f¨®rmula de Thatcher no hubiera funcionado. Y pod¨ªa incluso haber sido contraproducente y alentar el voto independentista.
Hab¨ªa otras alternativas, como imponer una mayor¨ªa reforzada: que la independencia obtuviera un determinado margen de apoyo para ser aprobada. Pero eso se habr¨ªa visto como una trampa, una forma de celebrar la consulta pero negar el resultado por anticipado.
Pod¨ªa haber compensado eso con el compromiso de que si ganaba la independencia pero no por una mayor¨ªa suficiente, habr¨ªa un segundo refer¨¦ndum en la siguiente legislatura. Pero el primer ministro nunca pens¨® que esas cautelas fueran necesarias. Siempre pens¨® que ganar¨ªa por goleada.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.