Venezuela: la tercera invasi¨®n
En Am¨¦rica, se est¨¢ sustituyendo a Estados Unidos como potencia dominante por otras fuerzas
El cambio geoestrat¨¦gico que se est¨¢ produciendo en Am¨¦rica tiene varios componentes. El m¨¢s importante es la sustituci¨®n, aunque sin repercusiones pol¨ªticas inmediatas, de la potencia a¨²n dominante (Estados Unidos) por otras fuerzas econ¨®micas, como ocurre con la paulatina ocupaci¨®n de la zona por China.
Prestarle dinero al pa¨ªs que sigue teniendo las mayores reservas de petr¨®leo del mundo tiene poco misterio, en el sentido de que ¡ªsi Venezuela no estalla pol¨ªticamente¡ª siempre se podr¨¢ recuperar la inversi¨®n.
Estados Unidos sigue siendo el principal socio comercial de Caracas, con un flujo cercano a los 70.000 millones de d¨®lares anuales. Sin embargo, de golpe, como pas¨® un d¨ªa con los chavistas y luego con los cubanos, los chinos empiezan a multiplicarse en todos los sectores de la econom¨ªa venezolana.
No es s¨®lo que Venezuela sea el mayor consumidor de celulares fabricados en China de toda Am¨¦rica Latina, no es s¨®lo que nadie sepa la cifra de los m¨¦dicos cubanos que trabajan en las misiones o el n¨²mero exacto de consejeros militares, es que en un pa¨ªs con una poblaci¨®n relativamente peque?a (menos de 31 millones de habitantes) hay m¨¢s de 400.0000 chinos.
Chinos y venezolanos han establecido una relaci¨®n econ¨®mica bilateral que ha crecido exponencialmente en los 15 a?os de chavismo y que en el fondo se ha convertido en la trinchera de resistencia del r¨¦gimen. Las cifras son claras: el intercambio comercial entre ambos pa¨ªses ha pasado de 12.000 millones de d¨®lares en 2000 a m¨¢s de 230.000 al a?o.
Nicol¨¢s Maduro comenz¨® su mandato con un viaje a China. Ahora la presencia china en Venezuela (como en otros pa¨ªses latinoamericanos) adquiere caracter¨ªsticas peculiares porque ya no solo se trata de financiar al pa¨ªs a cambio de productos ¡ªpetr¨®leo y materiales estrat¨¦gicos mineros¡ª, sino que tambi¨¦n significa entrar e intercambiar bienes de consumo. La compra de grandes almacenes lo prueba.
Pek¨ªn no es un enemigo ideol¨®gico de los otros equilibrios de la zona, pero s¨ª es una potencia econ¨®mica emergente. Adem¨¢s, tiene una doble estrategia: el peso espec¨ªfico y s¨²bito que le da la poblaci¨®n de origen chino y una exportaci¨®n masiva de t¨¦cnicos (uno de los grandes campos en los que Pek¨ªn ha invertido en los ¨²ltimos diez a?os) para ocupar no s¨®lo los espacios f¨ªsicos a trav¨¦s del dinero, sino los intangibles mediante el desarrollo tecnol¨®gico propio.
China est¨¢ propiciando, con cr¨¦ditos especiales, la recuperaci¨®n de infraestructuras y la creaci¨®n de nuevos sistemas de comunicaci¨®n en la zona, lo que le permite enlazar y ocupar territorios como antes Estados Unidos o la Uni¨®n Europea.
Los trenes y los grandes puertos son los mejores ejemplos. As¨ª, los caminos de hierro regresan a Am¨¦rica Latina de la mano de los chinos, que acaban de prestar 7.500 millones de d¨®lares a Venezuela para la construcci¨®n de una l¨ªnea ferroviaria de 468 kil¨®metros, de la que China Railways Engineering poseer¨¢ un 40%. China invierte unos 1.900 millones de d¨®lares al a?o en la naci¨®n bolivariana.
Y no hay que perder de vista que Ch¨¢vez se dedic¨® a rearmarse y a buscar el equilibrio en la zona con compras masivas de material militar a la Rusia de Putin. Ahora, por primera vez, los chinos no s¨®lo financian al pa¨ªs a cambio de obtener petr¨®leo y productos de los que carecen, sino que, en una repetici¨®n de la historia, acaparan materias primas para seguir manteniendo su nivel de desarrollo.
La posibilidad de cooperaci¨®n en los sectores del transporte ferroviario y el energ¨¦tico, as¨ª como el empe?o chino en convertirse en una potencia en trenes de alta velocidad en el continente americano, donde no tienen competencia directa estadounidense, se traduce en acuerdos como el firmado en el ¨¢rea de Junin ¡ªconsiderada el cintur¨®n de petr¨®leo de Orinoco¡ª entre China International Trust and Investment Corporation y Petr¨®leos de Venezuela SA (PDVSA).
Asimismo, se prev¨¦ la creaci¨®n de una compa?¨ªa entre PDVSA y la empresa china de tecnolog¨ªa Sinotec para explorar y explotar yacimientos. El Banco de Desarrollo de China otorgar¨¢ un pr¨¦stamo por 500 millones de d¨®lares para la compra de maquinaria y tecnolog¨ªa petrolera.
China importa de Venezuela m¨¢s de 500.000 barriles de petr¨®leo diarios, un 10% de sus importaciones totales de crudo. Se prev¨¦ que para el 2016 la cifra se duplique. Pero, para llegar a ese punto, primero debe convertirse en due?a de la capacidad de explotaci¨®n de los pozos petrol¨ªferos.
Otro problema que se presenta en esta macrolucha estrat¨¦gica deriva del equilibrio entre chinos y rusos. No es casual la vuelta del activismo ruso a Cuba porque, a fin de cuentas, la segunda invasi¨®n de Venezuela, llevada a cabo por los cubanos durante el mandato de Ch¨¢vez, es un fen¨®meno de penetraci¨®n ideol¨®gica, militar y de control social que no debe menospreciarse.
En t¨¦rminos absolutos, Estados Unidos es en apariencia el gran ausente en la lucha por el control de Venezuela, dada la penetraci¨®n f¨ªsica y en sistemas de seguridad de los cubanos. Y ahora se presenta la tercera invasi¨®n que es la financiera y tecnol¨®gica a cargo de China. Los vac¨ªos siempre se llenan.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.