El terror gobierna el nuevo califato
El Estado Isl¨¢mico gestiona un territorio entre Siria e Irak con ocho millones de habitantes bajo su propia bandera gracias a la violencia y al contrabando de petr¨®leo en la frontera de Turqu¨ªa
¡°Mi primo fue al mercado y cuando regres¨® al coche con la compra, le pusieron una multa por mal aparcamiento¡±, se escandaliza Sirwan, un kurdo iraqu¨ª huido del avance de los yihadistas del Estado Isl¨¢mico (EI). Ocurri¨® en Raqa, la ciudad siria que se ha convertido en capital del califato proclamado por esa organizaci¨®n. Al lado de las decapitaciones, la expulsi¨®n de las minor¨ªas religiosas y el ominoso trato a las mujeres, una infracci¨®n de tr¨¢fico parecer¨ªa anecd¨®tica. Sin embargo, da idea de hasta qu¨¦ punto el grupo intenta convertirse en un Estado. Tras invadir amplias zonas de Siria e Irak (unos 130.000 kil¨®metros, tanto como Austria y Suiza juntas), gobierna a ocho millones de personas, cuenta con un ej¨¦rcito, dispone de financiaci¨®n propia y ondea una bandera.
¡°Es m¨¢s que un grupo insurgente que se esconde en las monta?as. El tama?o y el alcance de sus conquistas territoriales y el n¨²mero de sus combatientes (31.000 seg¨²n la CIA), apoyan esa idea, pero adem¨¢s intenta gobernar. Ha creado un sistema en las ciudades bajo su control, en Raqa primero y ahora en Mosul¡±, se?ala por tel¨¦fono Julien Barnes-Dacey, experto en Irak y Siria del European Council on Foreign Relations (ECFR).
Se trata una compleja estructura administrativa que promulga leyes, recauda impuestos, administra justicia, e incluso provee servicios sociales. En la c¨²spide de la pir¨¢mide est¨¢ Ibrahim al Badri, m¨¢s conocido como Abubakr al Bagdadi y proclamado califa Ibrahim el pasado junio. Al Bagdadi, que concentra en su persona la m¨¢xima autoridad religiosa y pol¨ªtica, cuenta con dos hombres de confianza, uno para las provincias sirias y otro para las iraqu¨ªes; un consejo consultivo (Shura) que dirime asuntos ideol¨®gicos y religiosos; un consejo militar, y un Gabinete que se encarga de finanzas, seguridad interna y propaganda.
En abril de 2013, en v¨ªsperas de que el entonces llamado Estado Isl¨¢mico en Irak y el Levante (EIIL) conquistara Raqa, esa ciudad de casas bajas y tonos ocre se jactaba de haber sido la primera ¡°liberada¡± de la dictadura de Bachar el Asad. Sus habitantes, menos conservadores que los de Alepo, dec¨ªan sentirse m¨¢s pr¨®ximos a sus vecinos iraqu¨ªes. No pod¨ªan imaginar que un a?o despu¨¦s, tras deshacerse de los otros grupos que expulsaron a los soldados del r¨¦gimen, el EIIL iba a derribar los mojones de la frontera. En cierta medida, fusion¨® la violencia y efectividad en el combate de Al Nusra, el grupo vinculado a Al Qaeda del que se desgaj¨®, con la capacidad administrativa de Ahrar al Sham, la milicia salafista que hasta entonces gestionaba la urbe.
La estrategia de comunicaci¨®n del grupo no se limita a las decapitaciones
¡°El Estado Isl¨¢mico ha desarrollado en Raqa una red de instituciones pol¨ªticas y sociales sin precedentes¡±, asegura Gabriel Garroum, un joven polit¨®logo sirio-catal¨¢n que acaba de concluir una tesis sobre la gobernanza del EI en esa ciudad. ¡°En Ramad¨¢n, por ejemplo, dio 2.000 libras sirias [unos 10 euros; 12 d¨®lares] a cada familia sun¨ª y otras 1.000 m¨¢s por cada hijo¡±, se?ala.
Aparte de los centros de lectura y estudio religioso, ha abierto oficinas de ¡°servicios isl¨¢micos¡± (se ocupan del abastecimiento de agua y electricidad, la reparaci¨®n de carreteras, etc.), de recaudaci¨®n de impuestos, de ayudas sociales a hu¨¦rfanos, e incluso, de protecci¨®n al consumidor. Es el modelo que ha traslado al resto de las ciudades conquistadas como Manbij, El Bab, Deir Ezzor, en el norte de Siria, o ahora Mosul, en el norte de Irak.
¡°Los servicios le ayudan a atraerse a la gente, en especial a los pobres que no tienen otras alternativas para ganarse la vida¡±, apunta en un correo electr¨®nico Lina Khatib, la directora del Centro Carnegie en Oriente Pr¨®ximo.
?De d¨®nde sale el dinero? Si en sus inicios el EI depend¨ªa de los donativos de potentados simpatizantes del Golfo, los rescates de los secuestros y el saqueo de los territorios que conquistaba, hoy los expertos coinciden en que el grupo gestiona una econom¨ªa auto sostenible gracias a los impuestos que impone a los habitantes en las zonas que controla y, sobre todo, al contrabando de petr¨®leo.
Bajo pretexto del azaque, la limosna obligatoria que constituye uno de los cinco pilares del islam, los milicianos extorsionan tanto a transportistas como a comerciantes. Los viajeros hablan de puestos de control en los que se les conmina a abrir la cartera y entregar un porcentaje del dinero que llevan. Tambi¨¦n los propietarios de tiendas reciben la visita de estos peculiares recaudadores que, en una prueba de la obsesi¨®n burocr¨¢tica con la contabilidad, incluso entregan recibos con el sello del EI acreditando el pago. Algunos aseguran que antes gastaban m¨¢s en sobornar a los esbirros del r¨¦gimen.
Pero es sobre todo el contrabando de petr¨®leo lo que financia la quimera del califato. El EI controla al menos tres campos de extracci¨®n en Siria y cinco en Irak. Aunque s¨®lo tiene una refiner¨ªa en el primero, tambi¨¦n utiliza peque?as instalaciones m¨®viles, que est¨¢n siendo objetivo de los ¨²ltimos bombardeos de la aviaci¨®n estadounidense. El combustible que no utiliza, lo vende, peque?as cantidades localmente y la mayor¨ªa en Turqu¨ªa de contrabando, lo que le reporta entre 1,65 y 2,36 millones de euros diarios (de dos a tres millones de d¨®lares), seg¨²n Luay el Khatteeb, director del Instituto de Energ¨ªa de Irak y asesor del Parlamento de Bagdad.
El EI ha creado en su feudo de Raqqa una importante red de instituciones
¡°Est¨¢n locos y realmente se creen que est¨¢n montando un Estado", afirma un joven activista que ha tenido que refugiarse en Turqu¨ªa ante la persecuci¨®n del EI y que se muestra convencido de que la vida en Raqa ahora mismo "es muy mala".
No obstante, la llegada del EI ha llevado a la mayor¨ªa de las zonas que conquista seguridad y estabilidad tras a?os de guerra civil (en Siria) o de conflicto sectario (en Irak). Aunque muchos huyen ante la f¨¦rrea imposici¨®n de sus normas y su obsesi¨®n por controlar hasta los m¨ªnimos detalles de la vida, quienes se quedan aprecian la disminuci¨®n de los delitos, la claridad de sus edictos, e incluso una menor corrupci¨®n.
¡°Han sacado partido del descontento de los sun¨ªes tanto en Siria como en Irak, que no s¨®lo se sent¨ªan abandonados por sus respectivos gobiernos, sino amenazados por la alianza que encabeza Ir¨¢n¡±, interpreta Barnes-Dacey.
Estructura de poder
El Estado Isl¨¢mico tiene una compleja estructura administrativa que promulga leyes, recauda impuestos, administra justicia e incluso provee servicios sociales.
En la c¨²spide est¨¢ Ibrahim al Badri, m¨¢s conocido como Abubaker al Bagdadi, proclamado califa en junio y m¨¢xima autoridad religiosa y pol¨ªtica.
Cuenta con dos hombres de confianza, uno encargado de las provincias sirias y otro de las iraqu¨ªes; un consejo consultivo (shura) que dirime los asuntos ideol¨®gicos y religiosos; un consejo militar, y un gabinete que se encarga de las finanzas, la seguridad y la propaganda de la organizaci¨®n.
M¨¢s a¨²n, se han convertido ¡°en la voz de los sun¨ªes¡±, ante su falta de representaci¨®n efectiva y leg¨ªtima, en una amplia zona que se extiende de Beirut a Bagdad. La cuesti¨®n es si ese brutal modelo de gobernanza resulta sostenible, lo que va a depender tanto de su capacidad de ocuparse de la poblaci¨®n como de las alternativas que ofrezcan los Gobiernos de Damasco e iraqu¨ª.
¡°El EI carece de experiencia t¨¦cnica, lo que significa que no podr¨¢ crear instituciones de Estado viables. Adem¨¢s, es una entidad que ning¨²n pa¨ªs del mundo reconoce como leg¨ªtima. Eso hace imposible que se convierta en un Estado en el sentido tradicional¡±, apunta Khatib.
Aunque han logrado mantener abiertos mercados de abastos, panader¨ªas y gasolineras, afrontan dificultades con las grandes infraestructuras. En Raqa, su paradigma, apenas consiguen cuatro horas de electricidad diaria y el abastecimiento de agua est¨¢ creando problemas en un lago cercano. El propio Al Bagdadi ha reconocido esa falta de profesionales cualificados. En un reciente mensaje de audio (cuya transcripci¨®n puede consultarse aqu¨ª), el autoproclamado califa ped¨ªa ingenieros y m¨¦dicos para ayudar a construir su Estado.
De ah¨ª que la brillante estrategia de comunicaci¨®n del grupo no se limite a difundir haza?as b¨¦licas y las brutales decapitaciones de extranjeros que le han granjeado la condena mundial. Los propagandistas del EI tambi¨¦n muestran su para¨ªso y lo hacen a todo color y en alta definici¨®n. ¡°Hay buena atm¨®sfera ?sabes?¡±, asegura desde Raqa un combatiente brit¨¢nico identificado como Abu Abdula al Habashi en el v¨ªdeo Felicitaciones desde el Califato estrenado en Ramad¨¢n. Otros milicianos aparecen repartiendo pistolas de juguete a un grupo de ni?os en un parque, les columpian, les cogen en brazos¡ ¡°Hay una gran fiesta en marcha¡±, afirma Abu Shuaib al Afriki al final del clip de veinte minutos de duraci¨®n.
Pero ese para¨ªso tambi¨¦n genera contrapropaganda. Esta semana, un v¨ªdeo grabado por una mujer de forma clandestina en Raqa muestra una ciudad llena de combatientes extranjeros y sus familias, tomada por las armas, en la que las mujeres no pueden salir solas a la calle y tienen que ir cubiertas con niqab (una funda que s¨®lo deja al descubierto los ojos).
Con informaci¨®n de Natalia Sancha, Jos¨¦ Miguel Calatayud y ?scar Guti¨¦rrez.
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