La ofensiva del EI en Siria cuestiona la eficacia de la campa?a a¨¦rea
Los yihadistas estrechan el cerco a la ciudad de Kobane pese a los bombardeos aliados
Dos meses despu¨¦s del inicio de los bombardeos de Estados Unidos para frenar el avance del Estado Isl¨¢mico (EI), la operaci¨®n de la primera potencia tropieza con las dudas. El asalto de los insurgentes sun¨ªes a la ciudad kurda de Kobane, en la frontera de Siria con Turqu¨ªa, reabre la discusi¨®n sobre la eficacia de la campa?a a¨¦rea y la conveniencia de desplegar tropas terrestres.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, fue ayer el primer aliado de EE UU en expresar en voz alta y reclamar una operaci¨®n terrestre. "Han pasado meses pero no se han logrado resultados", dijo durante una visita a un campo de refugiados en el este de Turqu¨ªa, pa¨ªs miembro de la OTAN. "Kobane est¨¢ a punto de caer".
La Casa Blanca se declar¨® "muy preocupada" por los civiles sitiados en la ciudad kurda. El portavoz Josh Earnest enumer¨® varios ataques a¨¦reos en las cercan¨ªas de Kobane y dijo que estos hab¨ªan destruido veh¨ªculos del Estado Isl¨¢mico y equipamiento antia¨¦reo. La ca¨ªda de Kobane visualizar¨ªa las dificultades de EE UU y sus aliados para doblegar al EI, un grupo escindido de Al Qaeda que aspira a crear un califato en Oriente Medio y que ha horrorizado a medio mundo con v¨ªdeos de rehenes decapitados.
Las sucesivas victorias de los yihadistas en Irak ¡ªincluida la toma de Mosul, la segunda ciudad del pa¨ªs¡ª y la consolidaci¨®n de un territorio m¨¢s o menos estable que incluye parte de la vecina Siria forzaron este verano al presidente Barack Obama a rectificar sus planes para retirarse de la regi¨®n. El 8 de agosto EE UU empez¨® a bombardear posiciones del EI en Irak y el 22 de septiembre ampli¨® los ataques a Siria.
A la hora de un primer balance, nadie esconde que el EI resiste a los bombardeos y que la ofensiva norteamericana no ha arrojado ninguna victoria clara. Desde el primer momento, el objetivo de Obama no fue una derrota r¨¢pida de los insurgentes, sino debilitarlos para que despu¨¦s tropas terrestres locales ¡ªlas fuerzas armadas iraqu¨ªes en Irak y rebeldes entrenados por EE UU y otros pa¨ªses en Siria¡ª soportasen la carga de los combates. Pero esta estrategia requerir¨¢ a?os. Hasta ahora Obama se ha esforzado por construir una coalici¨®n de decenas de Estados en la que deben tener un papel destacado potencias regionales sun¨ªes como Arabia Saud¨ª o Qatar, porque EE UU quiere evitar que la intervenci¨®n contra el EI se perciba como un ataque contra el Islam sun¨ª y un apoyo al chi¨ª.
"Lo tenemos que hacer bien, no r¨¢pido", avis¨® hace unos d¨ªas el general Martin Dempsey, jefe del Estado Mayor Conjunto de EE UU, en una rueda de prensa en el Pent¨¢gono. Dempsey alud¨ªa al entrenamiento de milicias capaces de retomar las zonas de Siria en manos del EI. Los planes de EE UU, aprobados por el Congreso, prev¨¦n el entrenamiento de 5.000 milicianos en el primer a?o, pero seg¨²n Dempsey esta cifra es insuficiente: se necesitar¨¢n entre 12.000 y 15.000 para derrotar a los yihadistas.
El problema a?adido, en Siria, es que EE UU descarta colaborar de forma abierta con en enemigo de su enemigo, el r¨¦gimen de Bachar el Asad. Desde poco despu¨¦s del estallido, hace tres a?os, de la guerra civil en Siria, la pol¨ªtica oficial de la Casa Blanca ha sido exigir la marcha de El Asad.
El otro problema es Irak, donde la ausencia de unas fuerzas armadas en condiciones y las divisiones ¨¦tnicas complican la lucha contra los insurgentes. La semana pasada, durante una visita a Bagdad, el general John Allen, encargado de coordinar la acci¨®n internacional contra el EI, dijo que las fuerzas armadas iraqu¨ªes tardar¨ªan un a?o para estar preparadas para retomar Mosul. La declaraci¨®n de Allen ¡ªque anoche viajaba a Turqu¨ªa para debatir los detalles log¨ªsticos de la participaci¨®n turca en la coalici¨®n¡ª da una idea del tempo que Washington ha impuesto a esta guerra: no ser¨¢ cuesti¨®n de meses sino de a?os, y seguramente la heredar¨¢ el sucesor de Obama en 2017.
La lentitud impacienta a las v¨ªctimas del EI en Siria e Irak, a sus rivales militares y a vecinos como Turqu¨ªa. Ante la actual inoperancia de los combatientes iraqu¨ªes y sirios, el debate sobre un posible env¨ªo de tropas norteamericanas recobra fuerza. "Despu¨¦s de 50 d¨ªas de obvio fracaso, es hora de tomar en cuenta un enfoque que pueda funcionar: enviar fuerzas especiales sobre el terreno junto a los ¨¢rabes sun¨ªes", han escrito Frederick y Kimberly Kagan, historiadores militares en la ¨®rbita del movimiento neoconservador. "La ¨²nica alternativa es resignarnos a vivir con un Estado y un Ej¨¦rcito de Al Qaeda".
Pero Obama se niega a enviar tropas. No quiere una repetici¨®n de la fallida ocupaci¨®n de Irak en 2003 y conoce, como todo gobernante en este pa¨ªs, la historia de la guerra de Vietnam, que empez¨® con el env¨ªo de asesores militares ¡ªsimilares a los que ahora se encuentran en Irak¡ª y termin¨® con casi 60.000 norteamericanos muertos.
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