Amnist¨ªa documenta el acoso a los activistas civiles en Arabia Saud¨ª
Un informe detalla c¨®mo Riad intenta erradicar las voces que piden una reforma pac¨ªfica
Amnist¨ªa Internacional (AI) denuncia en un informe que hace p¨²blico hoy viernes los esfuerzos de Arabia Saud¨ª para amordazar a la sociedad civil. A trav¨¦s del caso de la Asociaci¨®n Saud¨ª por los Derechos Civiles y Pol¨ªticos (ACPRA), la organizaci¨®n internacional ha documentado el acoso sistem¨¢tico a activistas de derechos humanos pac¨ªficos, que son detenidos como si fueran criminales, sometidos a juicios sin garant¨ªas y, a menudo, maltratados en prisi¨®n. Muestra especial preocupaci¨®n por el uso de las nuevas leyes antiterroristas que equiparan cualquier cr¨ªtica a un crimen contra el Estado.
¡°Las autoridades de Arabia Saud¨ª han intentado borrar cualquier huella de ACPRA, de la misma forma que han intentado erradicar todas las voces cr¨ªticas que piden [una] reforma pac¨ªfica¡±, declara Said Boumedouha, vicedirector para Oriente Pr¨®ximo de AI, en la presentaci¨®n ACPRA de Arabia Saud¨ª: C¨®mo el Reino silencia a sus activistas de derechos humanos.
Desde su fundaci¨®n en 2009, ACPRA ha sido una de las pocas voces que ha osado hablar sobre las violaciones de derechos humanos en el Reino del Desierto. En consecuencia, sus miembros han sido encausados con acusaciones tan vagas como ¡°romper con la lealtad y desobedecer al gobernante¡± o ¡°incitar a la opini¨®n p¨²blica contra las autoridades¡±.
Dos de los 11 miembros del grupo est¨¢n detenidos sin juicio, tres esperan una repetici¨®n del mismo, otros tres cumplen condenas de hasta 15 a?os, y tres m¨¢s est¨¢n libres a la espera del resultado de sus causas. En todos los casos se ha tratado de procesos injustos, seg¨²n denuncia AI, que considera presos de conciencia a los ocho encarcelados. Al menos a uno de ellos se le neg¨® representaci¨®n legal durante la causa.
Saleh al Ashwan estuvo dos meses recluido en r¨¦gimen de incomunicaci¨®n y fue interrogado en ausencia de un abogado. Adem¨¢s, seg¨²n AI, fue torturado y golpeado, obligado a desnudarse y colgado del techo por las extremidades en una sala de interrogatorio. Suliaman al Rashudi, que entonces ten¨ªa 76 a?os, estuvo dos meses detenido en r¨¦gimen de incomunicaci¨®n y de aislamiento antes de ser autorizado a tener contacto con su familia. Varios se han declarado en huelga de hambre para protestar por el maltrato y las penosas condiciones de reclusi¨®n.
Sin reconocimiento de las libertades de expresi¨®n y de asociaci¨®n, los activistas de derechos humanos est¨¢n atrapados en un c¨ªrculo vicioso legal en el que les detienen por no disponer de la necesaria licencia, pero tampoco pueden obtenerla. Amnist¨ªa reconoce que ACPRA no es la ¨²nica organizaci¨®n objetivo de las autoridades saud¨ªes, pero sostiene que sus miembros han sido quienes han recibido un tratamiento m¨¢s duro.
El motivo, en su opini¨®n, es que el grupo ¡°presentaba un desaf¨ªo mayor a la interpretaci¨®n de las autoridades sobre los derechos humanos en el islam y su defensa de la particularidad cultural porque buscaba enraizar su discurso en la ley y la jurisprudencia isl¨¢micas¡±. De hecho, entre sus fundadores hay un antiguo juez, abogados en ejercicio y profesores de jurisprudencia, con fuertes credenciales isl¨¢micas.
¡°Las sentencias de todos los activistas de ACPRA deben anularse, y ellos quedar en libertad de inmediato y de forma incondicional¡±, pide Boumedouha antes de hacer un llamamiento a los aliados de Arabia Saud¨ª para que le exijan que respete los derechos de sus ciudadanos.
En cualquier caso, el informe se?ala que el esfuerzo de los responsables saud¨ªes por silenciar a los miembros de ACPRA, cuyo maltrato documenta individualmente, es parte de ¡°una campa?a m¨¢s amplia contra el activismo independiente y la libertad de expresi¨®n desde 2011¡±.
Desde la primavera ¨¢rabe, pr¨¢cticamente todos los activistas de derechos humanos del pa¨ªs est¨¢n encarcelados como resultado de las implacables medidas tomadas contra la cr¨ªtica, la disidencia y el ejercicio de la libertad de expresi¨®n. De hecho, en este tiempo, las autoridades han interrogado o detenido a numerosos blogueros y activistas online por comentarios que han hecho o que han publicado en sus p¨¢ginas web.
¡°El Gobierno ha respondido a las protestas pac¨ªficas a favor de reformas y de mayores derechos pol¨ªticos, o en nombre de las v¨ªctimas de violaciones de derechos, utilizando la fuerza para aplastarlas, en particular en la Provincia Oriental donde se concentra la minor¨ªa musulmana chi¨ª del pa¨ªs¡±, asegura el texto.
Esa represi¨®n que hasta ahora quedaba al albur de los servicios secretos se ha oficializado con la nueva legislaci¨®n antiterrorista implementada este a?o y que equipara la cr¨ªtica pac¨ªfica, e incluso el ate¨ªsmo, a los actos terroristas. Lo que es m¨¢s grave esas leyes tienen car¨¢cter retroactivo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.