¡°Es la tragedia de mi vida, el holocausto, lo peor¡±

Jos¨¦ Luis Hern¨¢ndez Rivera est¨¢ cansado. En su min¨²sculo despacho de director de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa vive desde hace tres semanas sentado sobre un volc¨¢n. Este jueves, por ejemplo, sus alumnos han decidido, junto a una constelaci¨®n de organizaciones sindicales y sociales, iniciar una escalada de protestas por la desaparici¨®n y muerte de sus compa?eros en Iguala (Guerrero). Para Hern¨¢ndez Rivera, 62 a?os, soci¨®logo y caf¨¦ sin az¨²car en la mano, la semilla de la violencia est¨¢ germinando en su escuela y sabe que no dejar¨¢ de crecer hasta que no se recupere a los alumnos perdidos y se capture a los culpables. ¡°La situaci¨®n est¨¢ fuera de control. Aqu¨ª hemos tenido de siempre soledades, tristeza, pero nunca algo as¨ª. Es la tragedia de mi vida, el holocausto, lo peor¡±, afirma.

El director utiliza un tono suave y pausado para decir estas cosas. Se nota que ha meditado al respecto y es precavido. Cuando se le pregunta por qu¨¦ los normalistas, por qu¨¦ tanto encarnizamiento sobre unos estudiantes desarmados, toma aire y comenta: ¡°P¨®ngase en los zapatos de quien lo orden¨®, s¨®lo en esa mente cabe algo as¨ª¡±. Hern¨¢ndez Rivera no lo menciona abiertamente, como nadie en Guerrero, pero se refiere al narco, m¨¢s conocido aqu¨ª como La Ma?a, la bestia oscura que, en connivencia con la autoridad, el ¨²ltimo viernes de septiembre persigui¨® a tiros a los estudiantes, mat¨® a seis personas y secuestr¨® a 43. Una escalofriante demostraci¨®n de poder, un mensaje enviado a toda la poblaci¨®n para recordar qui¨¦n manda e impone la ley en Guerrero. ¡°Los que dieron la orden se mueven en la impunidad; este pa¨ªs est¨¢ lleno de fosas. Hacen lo que quieren y cuando quieren¡±, explica.

Hern¨¢ndez Rivera hace d¨ªas que dej¨® de preocuparse por el curso lectivo, por las tuber¨ªas que constantemente revientan y enlodan su internado de 540 alumnos varones, de luchar con sus superiores para que mejoren las condiciones de las casetas donde se duermen y sue?an sus estudiantes. Desde la madrugada del s¨¢bado 27 de septiembre en que le informaron por tel¨¦fono de la tragedia, el director de la Escuela Normal de Ayotzinapa vive obsesionado por recuperarlos, por sacarlos del ¡°odio y la desesperaci¨®n¡±. Por ello les ha dado total libertad, no quiere m¨¢s desgaste. O c¨®mo ¨¦l dice: ¡°Lo importante es la vida de estos muchachos, lo otro se puede resolver¡±.