?Qui¨¦n ha empujado a Lula a llamar nazi a A¨¦cio Neves?
Brasil vive la campa?a m¨¢s dif¨ªcil de su democracia, la m¨¢s agria, con gran nerviosismo, llena de operaciones de descalificaci¨®n
Para quienes tenemos a¨²n viva en la memoria la Segunda Guerra Mundial y la tragedia del Holocausto, la mayor barbarie de la Historia, con el asesinato de seis millones de jud¨ªos, no podemos olvidar que no existe mayor insulto que calificar a una persona o a un pol¨ªtico de nazi.
Quienes, dentro y fuera de Brasil, mantienen a¨²n vivo el recuerdo de los dos gobiernos del expresidente tornero Lula da Silva, que acab¨® con la pobreza en este pa¨ªs y dibuj¨® a trav¨¦s de sus viajes por el mundo la imagen de un Brasil pac¨ªfico, en pleno desarrollo econ¨®mico y social, ejemplo de pluralismo pol¨ªtico, cultural y religioso, sin demonios de separatismo ni odios regionales, orgullosos todos de ser y sentirse brasile?os, no han podido dejar de escuchar con asombro, y hasta con dolor, a Lula calificar de nazi al candidato de la oposici¨®n, A¨¦cio Neves y a su partido, el PSDB, nacido de la acertada y democr¨¢tica experiencia de la socialdemocracia europea.
Se ha quejado Lula de que en el debate pol¨ªtico de estas elecciones, A¨¦cio y los suyos estaban atacando a la candidata Dilma Rousseff, del PT, partido del gobierno ¡°como lo hac¨ªan los nazis durante la Segunda Guerra¡±. M¨¢s a¨²n, desempolvando la Biblia, afirm¨® que los del PSDB son ¡°m¨¢s intolerantes que Herodes, que mat¨® a Jesucristo por miedo a que llegara a ser lo que fue¡±.
Lula hizo esas graves acusaciones el martes pasado en Recife, capital del Estado de Pernambuco, en ese Nordeste que fue siempre una regi¨®n azotada por la pobreza y de la que su familia emigr¨® hacia la rica S?o Paulo en busca de mejor fortuna.
Y es tambi¨¦n la tierra del l¨ªder fallecido socialista Eduardo Campos, el candidato que perdi¨® la vida viajando en avi¨®n y cuyo partido y familia se unieron al ¡°nazi¡± candidato Neves en estas elecciones.
Desde hace mucho tiempo no se ve¨ªa a Brasil tan dividido y desgarrado, tras haber sido enfrentado el Nordeste pobre con el sudeste m¨¢s rico
Brasil vive la campa?a m¨¢s dif¨ªcil de su democracia, la m¨¢s agria, con gran nerviosismo, y est¨¢n abundando m¨¢s las operaciones de descalificaci¨®n y desconstrucci¨®n de los candidatos que los programas concretos para mejorar la vida de los ciudadanos y rehacer una econom¨ªa que vive un momento dif¨ªcil que desalienta a los inversiones extranjeros.
Una campa?a tan tensa que en las redes sociales se viven episodios de amistades de muchos a?os hechas a?icos y hasta de familiares que llegan a negarse la palabra. La violencia est¨¢ latente en la calle y hasta dentro de las familias.
Quiz¨¢s desde hace mucho tiempo no se ve¨ªa a Brasil tan dividido y desgarrado, tras haber sido enfrentado el Nordeste pobre, reserva de los votos de la candidata del gobierno, con el sudeste m¨¢s rico, donde recoge mayores consensos el candidato del PSDB.
?Es suficiente el hecho de que los votos puedan dividirse, en un proceso democr¨¢tico de alternancia pol¨ªtica entre dos proyectos de gobierno diferentes, para crear una cruzada con el viejo y avinagrado sabor de las divisiones de clases entre ricos y pobres, empresarios y banqueros, norte y sur?
?Qui¨¦n ha podido empujar al perspicaz Lula, que ha sido siempre visto como el creador de un Brasil unido, ya sin pobres, sin complejos de inferioridad, con voluntad de contar en el tablero de la pol¨ªtica mundial, a resbalar en sus acusaciones hasta el punto de calificar de nazi a un candidato y a un partido democr¨¢tico y respetados internacionalmente?
El PSDB fue en efecto uno de los art¨ªfices, despu¨¦s de la dictadura militar, de haber puesto las bases para la consolidaci¨®n de la econom¨ªa del pa¨ªs as¨ª como los pilares de la moderna democracia.
En un mundo donde los valores democr¨¢ticos est¨¢n puestos en tela de juicio en muchas partes; donde crecen los odios dentro de una misma naci¨®n, donde surgen l¨ªderes y partidos intolerantes, de extrema derecha, Brasil tiene la suerte de contar en la pugna electoral en curso con dos personajes de total respetabilidad, con biograf¨ªas limpias, impecables en sus principios democr¨¢ticos, salidos del seno de dos partidos como el PT de Lula y el PSDB de Cardoso, que juntos han modernizado al pa¨ªs.
Sus programas econ¨®micos y sociales llegan a ser tan parecidos que no pocos analistas y hasta l¨ªderes pol¨ªticos de ambas formaciones desde hace tiempo se preguntan por qu¨¦ no podr¨ªan hasta gobernar juntos.
Brasil no discute entre dictadura y democracia, entre fascismo y libertad de las instituciones. Aqu¨ª ni siquiera hay partidos de derecha ni de extrema derecha y si alguno de ellos podr¨ªa parecerlo son m¨¢s bien los que han gobernado estos 12 a?os con el PT.?
Sus programas econ¨®micos y sociales son tan parecidos que muchos se preguntan por qu¨¦ no gobiernan juntos
Brasil y los brasile?os son un pueblo con vocaci¨®n de paz, sin demonios de separatismos ni de odios regionales. Son gentes que disfrutan con la convivencia, donde pobres y ricos, ilustrados y analfabetos, nordistas y sudistas, todos llevan viva en su coraz¨®n la llama del orgullo de su identidad de brasile?os.
Me atrever¨ªa a decir que los marqueteros o asesores que hayan podido arrastrar a Lula a calificar de nazi a un candidato del partido de la socialdemocracia, han hecho un regalo envenenado al pa¨ªs.
Todo lo que no necesitaba Brasil en este momento de debilidad econ¨®mica, de deseos de cambio para mejorar la vida de los ciudadanos, era un campa?a te?ida de odio en la que todo valga, desde la mentira a la calumnia, desde el desprecio por el adversario hasta el deseo de convertirlo en enemigo.
Como ha escrito hoy una poeta brasile?a en su blog: ¡°No importa qui¨¦n gane las elecciones. Brasil es demasiado grande para que quepa en una f¨®rmula o en una receta pol¨ªtica¡±. Y con un grito dolorido se pregunta: ¡°? Por qu¨¦ no podemos construir juntos un Brasil magn¨ªfico para todos?¡±. Si este verso de la poeta fuera puesto a votaci¨®n el domingo, seguro que ganar¨ªa las elecciones.
Los brasile?os de a pie, letrados o no, acaban siendo siempre m¨¢s sabios, m¨¢s pragm¨¢ticos y hasta m¨¢s iluminados que muchos pol¨ªticos que acaban como Esa¨², el personaje b¨ªblico, ceg¨¢ndose y vendiendo a su hermano Jacob su progenitura y dignidad por un plato de votos.
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