Buenos Aires busca sus adoquines
La capital argentina reduce a menos de la mitad el n¨²mero de calles empedradas Se indaga el destino de 38 millones de piedras; algunas se venden por Internet
Mauricio Macri, el conservador alcalde de Buenos Aires y candidato presidencial para las elecciones argentinas de 2015, naci¨® en Tandil, unos 309 kil¨®metros al sur. All¨ª su familia materna cuenta con fincas encastradas entre las sierras. Precisamente de las canteras de Tandil comenzaron a extraerse a principios del siglo XX los adoquines de granito con los que se reemplazaron los que proven¨ªan de Irlanda y Gales para empedrar la capital argentina. Eran tiempos en que algunos apodaban a Buenos Aires como la Par¨ªs del Sur. Pero el empresario y alcalde oriundo de Tandil, que lleg¨® al Ayuntamiento porte?o hace siete a?os, ha decidido retirar los t¨ªpicos adoquines de numerosas calles. El misterio radica en d¨®nde han ido a parar las piedras, que hasta se venden en portales de comercio electr¨®nico.
En 2010, la ciudad aut¨®noma de Buenos Aires declaraba que hab¨ªa 4.500 cuadras (lados de una manzana) empedradas, sobre un total de 26.000. Dos a?os antes hab¨ªa comenzado a asfaltarlas con el argumento de que as¨ª ser¨ªan m¨¢s econ¨®micas de mantener, da?ar¨ªan menos los neum¨¢ticos de los coches y escurrir¨ªan mejor el agua de lluvia. Pol¨ªticos opositores a Macri, asociaciones de vecinos de barrios como La Boca y San Telmo y la organizaci¨®n no gubernamental Basta de Demoler se opusieron, pero el alcalde avanz¨® en su tarea. El Ayuntamiento informa ahora de que quedan 2.000 cuadras con adoquines, menos de la mitad que cuatro a?os atr¨¢s.
Desde 2008, el Gobierno porte?o ha retirado unos 42 millones de adoquines, de cinco kilos cada uno, seg¨²n un informe que la Auditor¨ªa General de Buenos Aires divulg¨® recientemente en el peri¨®dico La Naci¨®n. Este c¨¢lculo excluye las piedras retiradas del casco hist¨®rico, que se emplaza entre el centro y San Telmo. El reporte de la auditor¨ªa, que dirige un l¨ªder del opositor Frente Amplio Unen, advierte adem¨¢s de que el Ayuntamiento solo tiene registrado el destino de cuatro millones de esos adoquines: est¨¢n en un dep¨®sito en el barrio de Villa Lugano y desde all¨ª se env¨ªan para empedrar parques y calles. El destino de los restantes 38 millones resulta una inc¨®gnita.
Hasta el a?o pasado eran usuales los hurtos de adoquines en el dep¨®sito. Cerca de all¨ª y en las mismas calles que est¨¢n asfaltando hay quienes venden estas piedras a los interesados. En el portal argentino de comercio electr¨®nico Mercado Libre se consiguen por entre 6 y 16 pesos (entre 0,50 y 1,40 euros) cada uno. La Naci¨®n ha calculado que los adoquines perdidos cuestan unos 25 millones de euros.
¡°?D¨®nde est¨¢n todos los adoquines que se sacaron? Hay que tener m¨¢s rigurosidad con este material, que es parte de nuestro patrimonio y nuestra historia¡±, se queja el auditor general de Buenos Aires, Facundo del Gaiso. El subgerente del ¨¢rea legal del Ente de Mantenimiento Urbano Integral del Ayuntamiento, Mariano Schiavo, le responde que ese organismo controla el destino de las piedras y que se reutilizan para obras p¨²blicas. Niega el hurto y alega que los adoquines ofrecidos por Internet provienen de canteras privadas. ¡°La realidad es que en todas las ciudades de Europa se preserva el adoquinado. Es mucho m¨¢s permeable que el asfalto y tiene mucha mayor durabilidad¡±, alega sin suerte el vicepresidente de la ONG, Santiago Pusso.
El pasado d¨ªa 2, casi todos los grupos del Parlamento local, incluido el del alcalde, aprobaron una ley que proh¨ªbe la destrucci¨®n de 1.773 inmuebles anteriores a 1941. Pero los adoquines de Tandil no han conmovido lo suficiente al candidato presidencial.
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