La dulce tiran¨ªa de los colores
Los partidos y las ideolog¨ªas tienen color y por defender uno u otro se puede hasta matar y morir
¡°No tiene color¡±, se dice de lo insustancial. El color evoca la vida. A la muerte la te?imos de negro. Los colores entra?an una cierta dulzura alegre, pero pueden tambi¨¦n tiranizar. No todo en la vida puede ser medido por las vibraciones de lo crom¨¢tico.
?De qu¨¦ color es la confianza en el futuro? ?Y el desaliento?
?Tienen color los deseos? ?Y la amistad? ?De qu¨¦ color es el cinismo? La soledad, ?tiene color? ?De qu¨¦ tonos est¨¢ pintada la sonrisa de un ni?o? ?Y la fe?
Los partidos y las ideolog¨ªas tienen color y por defender un color u otro se puede hasta matar y morir. Vimos, por ejemplo, en las elecciones brasile?as, enfrentarse las banderas rojas del Partido de los Trabajadores a favor de su candidata Dilma Rousseff y el azul del PSDB de A¨¦cio Neves. Rojo y azul acabaron quebrando amistades y enfrentando familias. Ambos acabaron te?idos de violencia.
Los colores pueden llevar en su seno el germen de la libertad o el de la esclavitud. Se puede ser esclavo de los colores de una bandera o de un uniforme, u hombres libres para quienes no existen m¨¢s colores ni ideolog¨ªas que la b¨²squeda del bien com¨²n. ?De qu¨¦ color es la libertad?
La f¨ªsica nos ense?a que el blanco es la suma de todos los colores. Ser¨ªa el color de la plenitud. El negro, considerado el color de la p¨¦rdida o del luto, es la ausencia de color, pero no porque carezca de ¨¦l sino porque los absorbe todos. Al igual que el blanco, tambi¨¦n el negro posee, aunque ocultos, todos los tonos crom¨¢ticos. ?No podr¨ªa ser el color de la discreci¨®n y de la elegancia?
En pol¨ªtica, se asocia el negro a la extrema derecha, a los movimientos violentos o nazis, como el rojo se confunde con la sangre derramada en la lucha contra la miseria y la opresi¨®n. El rojo ser¨ªa el color de la izquierda y de las luchas a favor de la liberaci¨®n de los oprimidos.
Y sin embargo el rojo, que Arist¨®teles asemejaba al fuego, fue tambi¨¦n el estandarte de millones de muertos en las dictaduras comunistas en todo el mundo.
El verde es la bandera de los ecologistas que evoca la defensa de la naturaleza, pero s¨®lo una peque?¨ªsima parte del Planeta es verde. El resto es azul o color tierra. El mar y el firmamento son azules.
Los colores son convencionales, son neutros por m¨¢s que la psicolog¨ªa haya querido asociarlos a los sentimientos. ?De qu¨¦ color es el sexo o la generosidad?
?Vale la pena poner en juego nuestra vida por la fidelidad a un color? Al final de cuentas, nadie, cuando siente o piensa, es de un solo color. Somos todos de muchos colores, quiz¨¢s de todos. A veces somos de un color al levantarnos y de otro en el trabajo o en la calle. Lo somos cuando tomamos el caf¨¦ con un amigo o cuando tenemos que soportar las impertinencias de un jefe frustrado.
Los psiquiatras dicen que los que sufren trastornos mentales son los que m¨¢s capacidad tienen de convivir con todos los colores. Los que nos consideramos normales somos muchas veces esclavos de un solo color, de una sola idea, como si las cosas, la vida o la pol¨ªtica se pudiera encuadrar en una sola tonalidad.
Todos somos due?os y esclavos de muchas y diferentes ideas a la vez, incluso contradictorias. ?No hay gente de izquierdas que son progresistas en lo social y conservadores en costumbres, y al rev¨¦s, gente conservadora en econom¨ªa y progresista y moderna en otros campos?
Nuestro peque?o planeta ser¨ªa mejor y m¨¢s feliz si fu¨¦semos capaces de aceptar que no existen verdades ni credos absolutos; que adem¨¢s del blanco y del negro o del rojo y el azul o el verde existen muchas otras realidades complejas que deber¨ªan armonizarse y mezclarse como los colores en un calidoscopio.
Existir¨ªan menos guerras, menos sangre, si fu¨¦semos capaces de admitir que todos somos, cuando nacemos y cuando nos vamos de aqu¨ª, un peque?o arco¨ªris en el que se reflejan todas las esperanzas y dolores del mundo.
Aferrarnos a un solo color, a una sola idea, a un solo pensamiento, es abrir la puerta a los autoritarismos. Y esos pueden hasta tener un color diferente, como los fascismos, pero desembocan al final en uno solo: el de la intransigencia y el absolutismo, incapaces ambos de aceptar la luminosa complejidad libertadora del arco iris.
Colores de Brasil
El 80% de los pa¨ªses del mundo, incluidos los de Am¨¦rica Latina, destacan el color rojo en sus banderas. Brasil, no. Sus colores son: amarillo, azul, verde y blanco.
?Significa eso algo? Quiz¨¢s, no, o quiz¨¢s, s¨ª. Su himno es de los menos belicosos de los que conozco. Brasil hace 144 a?os que no guerrea contra otro pa¨ªs.
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